Cinco bodegas españolas para saborear la vendimia

El otoño trae consigo, además de paisajes rojizos y hermosos atardeceres, el momento más importante para el mundo vinícola: la recogida de la uva

Vivir la experiencia de la vendimia es una auténtica maravilla en la que (a veces) nos dejan participar a los amantes del vino: recorrer los viñedos cargados de frutos, recolectar y aprender sobre los diferentes procesos de selección de las uvas, prensado y fermentado para, finalmente, dejar reposar el resultado en sus barricas y obtener uno de los alcoholes más preciados en el mundo entero.

Es entre los meses de agosto y octubre cuando tiene lugar este momento tan especial. La cosecha dependerá siempre del grado de maduración del fruto, que encuentra su estado óptimo cuando la relación entre azúcares y ácidos alcanzan el valor apropiado según cada tipo de uva.

De Rioja Alavesa a Cádiz y de Trujillo a Burgos pasando por Valladolid viajamos a Alta Pavina, Tradición, Pradorey, Habla y Vallobera para descubrir la vendimia en primera persona

Por eso esta es la ocasión perfecta para descubrir estas cinco bodegas repartidas por el territorio español en las que dejarse conquistar por el maravilloso y complejo mundo del vino.

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Bodegas Alta Pavina. La Parrilla, Valladolid 

Son los proyectos como el de Alta Pavina los que hacen tan maravillosa la vinicultura. Por capricho y empeño de los hermanos Ortega, en esta parcela de 35 hectáreas perteneciente al término municipal de La Parrilla, Valladolid, se produce uva de las variedades pinot noir y cabernet sauvignon.

Bodega Alta Pavina.
Los hermanos Ortega dirigen las riendas de esta bodega que tiene como buque insignia un monovarietal pinot noir. Foto: Bodega Alta Pavina.

Sus viñedos, plantados en 1985 sobre páramos de suelo franco-calcáreo, dan como resultado unos vinos de fuerte personalidad que sorprenden a todo el que los cata. Su lema, ‘The Spanish Pinot Noir’, abre un mundo de sensaciones con las que nunca antes nos habíamos deleitado.

El buque insignia de la casa el Citius Pinot Noir, un monovarietal pinot noir con crianza exclusivamente en roble francés durante 18/24 meses. Representa la máxima expresión de esta variedad de uva, tanto en aromas como en su paso aterciopelado y persistente por boca.

Finca. Foto Bodega Alta Pavina
Finca de la bodega en La Parrilla (Valladolid). Foto: Bodega Alta Pavina.

Bodegas Tradición. Jerez de la Frontera, Cádiz

Como si dentro de un museo nos encontráramos, Bodegas Tradición esconde en su interior dos grandes tesoros. Por una parte, una impresionante colección de obras de artistas de la talla de Goya, Murillo, Velázquez o Sorolla, que admirar con una copa de vino en mano. En cuanto a su producción, puede presumir de ser la única bodega de la zona que únicamente embotella caldos muy viejos (vors) y genuinos de cada uno de los tipos de Jerez.

Tradición no solo es una de las bodegas más antiguas de Jerez, sino también un auténtico museo con obras de artistas como Goya, Murillo, Velázquez o Sorolla

Fundada en 1650, se trata de uno de los almacenes de vino más antiguos del territorio, un proyecto iniciado por Joaquín María Rivero, descendiente de los propietarios. Entre sus botas o barricas encontramos vinos de entre 50 y 120 años de antigüedad. Una visita que permite recorrer, no solo la historia de los vinos de Jerez, sino también la del arte español.

Bodegas TradicioÌn
A medio camino entre bodega y museo. Foto: Bodegas Tradición.

Bodegas Pradorey. Ribera del Duero, Burgos

Los viñedos de Pradorey esconden una historia plagada de realeza y sabor. Sus terrenos pertenecieron originalmente a Isabel la Católica, pasaron a Felipe III, quien disfrutó de la caza en El Prado del Rey, para finalmente quedarse en manos de Alfonso XIII, que los declaró explotación agrícola modelo.

Su belleza y potencial enamoró también a artistas de la talla de Rubens y Lope de Vega, pero fue en 1989 cuando Javier Cremades de Adaro compró la finca para producir vinos de calidad en una de las zonas más óptimas para ello.

La altitud, el terreno, el clima y la composición del suelo de la Ribera del Duero permite obtener en las 520 hectáreas de viñedos la excelencia en sus productos. La osadía de los propietarios ha conseguido que aquí se elaboren vinos de categoría Roble, un rosado pálido con esta D.O. (Lía de Pradorey), en dejar incolora la uva tinta Tempranillo (El Cuentista) o en utilizar el sistema boreal en Rueda.

Pradorey Tinajas
Pradorey es una de las bodegas más innovadoras de la región. Foto: Bodegas Pradorey.

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Bodegas Habla. Trujillo, Cáceres

Son ya once años los que Bodegas Habla lleva produciendo algunos de los vinos más reconocidos de una nueva generación vinícola. Son el mejor ejemplo de que hoy en día se pueden obtener buenos resultados sin contar con cientos de años de experiencia, y que merece la pena atreverse a probar estas etiquetas que, por lo general, traen precios muy ajustados.

Innovadora y vanguardista, Bodegas Habla ha logrado hacerse un nombre en el panorama vinícola nacional

Con la vanguardia por bandera y el objetivo de elaborar pequeñas “obras de arte” de ediciones limitadas, presumen además de realizar una viticultura ecológica -sin químicos-, de una vendimia y selección de la uva manuales, y del empleo de las más novedosas tecnologías en bodega, donde además se trabaja por gravedad.

Bodegas Habla, Trujillo.
Tintos, blancos un rosado y un blanco fermentado bajo el mar integran su catálogo de referencias. Foto: Bodegas Habla.

El catálogo de la bodega está compuesto por los vinos “de alta costura” Habla, el vino prêt à porter Habla del Silencio, el joven Habla La Tierra, los blancos Habla de ti Habla Duende, el champagne Moses y el rosado Rita.

La novedad más exclusiva de la bodega es Habla del Mar, un vino absolutamente único y pionero en el mercado español, cuya segunda fermentación se produce bajo el mar, a 15 metros de profundidad, en la bahía de San Juan de Luz.

Bodegas Vallobera. Laguardia, Álava

Ubicada en el corazón de la Rioja Alavesa, Vallobera es un punto de encuentro entre la tradición y la modernidad. En ella, la familia San Pedro lleva embotellando sus vinos más de 25 años, una apuesta de la que salen elaboraciones que van desde vinos jóvenes a crianza, pasando por propuestas de autor e incluso semidulces con resultados muy destacados en el mercado.

La diferencia que presentan frente a otras propuestas de la misma D.O. es su carga frutal, con el objetivo de llenar cada botella de lo mejor de la uva, sin perder nada por el camino.

Sala de barricas. Foto Bodegas Vallobera.
Sala de barricas. Foto: Bodegas Vallobera.

En sus catorce fincas a los pies de la sierra cántabra cuidan con extremo mimo los viñedos de variedades tempranillo tinta y blanca, sauvignon blanc, viura, malvasía, graciano y garnacha, de las que obtienen no solo vinos tintos -Vallobera crianza, Finca Vallobera y Terran de Vallobera-, sino también muy interesantes blancos: El Marido de mi amiga, un semidulce conseguido de forma natural a partir del azúcar de los tres tipos de uva; y Caudalia, elaborado a partir de la uva de un viñedo viejo.

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