Las 12 mejores heladerías de Madrid para saborear el verano

Tarrinas, paletas o cucuruchos, de factura tradicional o moldeados con nitrógeno, estos helados son todo lo que necesitas para vencer al calor en Madrid

Helado-pez en La Pecera

Las heladerías que debes conocer en Madrid. Foto: La Pecera.

Hay quien sitúa su origen hace 6.000 años en China y otros que achacan su invención a los persas. Personajes como Nerón o Alejandro Magno dejaron constancia de su afición por ellos y un siciliano, Francesco Procopio dei Coltelli, se considera el padre del primer establecimiento en que se vendían, el Café Procope, abierto en París en 1686 y que llegó a servir al mismísimo rey Luis XIV.

Hablamos de los helados, reyes cuando aprieta el calor y, en realidad, entre nosotros en cualquier momento del año.

En paleta, tarrina o cucurucho; de tradición italiana o argentina, elaborado según técnicas artesanales o con nitrógeno líquido, las opciones para preparar un delicioso helado son muchas y no renunciamos a ninguna, como muestra esta ruta por algunas de las mejores heladerías que ahora mismo puedes encontrar en Madrid.

Kalúa

Auténtica institución en Málaga, donde cuenta con 5 locales, Kalúa dio en 2012 el salto a Madrid, donde aterrizó en pleno barrio de Chamberí (Fuencarral 131).

Un cono de helado Kalúa
Una institución en Málaga, Kalúa también vende sus ricos helados en Madrid.

Allí elaboran sus helados 100% artesanales con ingredientes naturales que transforman diariamente en nada menos que 40 deliciosos sabores. Amarena, banana split, carrotcake, chocolate fondente, panettone, turrón o pastel de limón son solo algunos de ellos.

Atención especial merece el de dulce de leche, que pone el acento en sus orígenes argentinos (Kalúa fue fundada en Buenos Aires hace más de tres décadas).

Zúccaru

Reciente ganador de uno de los Soletes de verano que entrega la Guía Repsol, Zúccaru es una heladería siciliana en el corazón de Madrid (Palafox, 20 y Vergara, 16).

Por eso aquí se preparan deliciosos cannoli rellenos de ricotta y auténtico gelato artesano, elaborado a la manera tradicional, sin colorantes, aromas o grasas saturadas hidrogenadas.

Fachada de la heladería Zúccaru.
Foto: Zúccaru.

Sus sabores y colores hemos de agradecérselos únicamente a las materias primas de temporada, la leche de granja y los mejores ingredientes de Italia y el mundo (cada receta lleva hasta un 65%de pulpa de fruta).

100% natural, disponen de sabores sin gluten, sin lactosa y son veganos, ya que no tienen sustancias de origen animal o aditivos artificiales.

N2 Lab

De la tradición a la innovación que representa N2 Lab (Gravina, 5), la firma creada por Marta Jáñez y Vicente Díaz en 2019 con el objetivo de revolucionar el sector. Pensaron en el hidrógeno y, tras infinitas pruebas, dieron con la fórmula.

Los helados se elaboran en el momento, con un proceso muy efectista en el que, tras elegir la base (fresa, chocolate, café, cacahuete…) se mezcla en la batidora con nitrógeno líquido a -196 grados y el resto de ingredientes escogidos.

La congelación, que produce el característico humo, es tan rápida que no permite la aparición de cristales de hielo, lo que permite que los helados sean tan cremosos (un 80% más que los convencionales según sus creadores).

Foto: N2Lab.

Luego se rematan con toppings como frutas variadas, pepitas de chocolate, galletas o chucherías. Y voilà.

En el barrio de Chueca, además de batidos, waffles, café, nitrolados, piruletas y polos ofrecen también bolas de dragón: bolitas de harina de maíz que, debido a su alta porosidad, absorben especialmente bien el nitrógeno líquido y lo conserva. Al introducirla en la boca y exhalar, el gas sale por la nariz, simulando el humo de un dragón.

Bibì e Bibò

Utilizando solo lácteos de la mejor calidad, frescos y de origen local (la leche llega de la sierra de Madrid) y fruta de verdad, en Bibì e Bibò (Joaquín Bau, 1; Fuencarral, 111 y Príncipe de Vergara, 266) han dado con una fórmula magistral para hacer helados.

Sus creadores, Santiago Asuar, Mar Areosa (exdirectivos de El Corte Inglés) y Stefano Luppi, marido de Mar, se formaron en La Toscana, cuna de algunos de los mejores helados del mundo, para poner en marcha una heladería auténticamente artesanal que abría sus puertas en septiembre de 2018 en el local junto a la plaza de Castilla de la capital.

tarrinas de helado en Bibì e Bibò
Foto: Bibì e Bibò.

En sus locales el obrador está a la vista porque, como ellos mismos dicen, “Creemos en la sencillez y en la honestidad. Por eso compartimos cómo y con qué hacemos nuestros helados”.

Amarena y nata, arroz con leche, avellana a la italiana, biscoff con galleta Lotus, calvados con manzana, caramelo salado, coco verde, crema catalana, mango con una pizca de lima, manzana y canela o palmeritas son alguno de los sabores de sus helados, junto a los que ofrecen también un delicioso tiramisú.

Su compromiso con la innovación es total y, cada año, sus maestros heladeros dedican tiempo a viajar y conocer sabores con los que preparar nuevos gustos.

Patagonia artesanal

En un pequeño establecimiento en la plaza de Tirso de Molina vende sus deliciosos helados Patagonia Artesanal.

La heladería es una feliz conjunción de las tradiciones heladeras de Argentina e Italia de la mano de Ignacio Grehan, formado con el maestro heladero Carlos Arriba.

De elaboración artesanal, sus recetas toman lo mejor de ambas culturas y se hacen en su obrador propio, libre de gluten, seleccionando minuciosamente materias primas como la leche, las cremas, los chocolates, las frutas o los frutos secos.

Tarrina de helado de Patagonia
Foto: Patagonia Artesanal.

Todo fresco y natural, cada sabor de helado es el resultado de una receta única sin agregado de aditivos, conservantes, colorantes ni saborizantes, y eso, claro, se nota al probar los helados.

Tienen 48 sabores de helados que se ofrecen en cucuruchos, crepes, wafles y brownies. Un ‘must’ es el de dulce de leche, preparado según una receta casera con leche, azúcar y vainilla.

Entre la amplísima variedad, sabores frutales como cereza, kiwi, mandarina, sandía, yerba mate o tomate; cremas como el arroz con leche, donut, lemon pie, banana split, churros o leche merengada; y chocolates de Bariloche, con almendras, crocante, Kinder Bueno, o con Baileys.

Sani Sapori

En el barrio de Lavapiés encontramos Sani Sapori, una heladería de tradición italiana que abrió las puertas en 2008 que desde entonces es todo un éxito.

Su secreto, explican, hay que buscarlo en la forma de elaboración, totalmente artesanal, así como en las recetas depuradas con las que preparan sus productos, siempre con leche fresca de granja y azúcar de caña bio.

Helados en Sani Sapori
Foto: Sani Sapori.

En un colorido local con terraza se pueden degustar cafés, infusiones, chocolates, batidos, zumos y granizados, así como deliciosos helados de sabores que van desde los más tradicionales como vainilla, chocolate, stracciatella o cassata siciliana con requeson fresco y fruta escarchada a los más innovadores, como el de cacahuete garrapiñado con dulce de leche y toque de sal, de quinoa hidrolizada y baobab, de rosquillas o de hortalizas.

Napoli

También de estilo italiano, aunque en este caso del sur del país, Napoli (Avda. Ciudad de Barcelona, 19) es otra dirección que garantiza el placer en forma de helado.

Veteranos en la ciudad –la heladería abrió sus puertas en los años 80 del pasado siglo– y elaborados diariamente con productos naturales, son referentes en el mercado del helado artesanal de Madrid, ofreciendo una fórmula equilibrada y originales sabores.

Helado italiano Napoli
Foto: Napoli.

De hecho, aquí lo normal no lo es tanto y entre sus combinaciones sorprendentes se lucen como el de queso Blue Stilton, de frambuesa y vinagre de Módena, de Jerez con pasas, de Philadelpia con fresa, de mascarpone con higos o de aceite de oliva.

Además, horchatas, granizados o batidos con los mismos sabores y solo la imaginación como límite.

La Dolce Fina

De creación más reciente –ellos mismos declaran la heladería hija de la pandemia y gestada a través de Zoom-, La Dolce Fina (Villanueva, 31), ya cuenta con premios internacionales, entre ellos la ‘Coppa del Mondo della Gelateria’ en 2006 a su especialidad de pistacho.

¿Cómo es posible? Porque Pilar Artaza y Juan Pablo Brina, argentinos de ascendencia vasca e italiana decidieron un buen día enfocar su vida a los helados y no dudaron en viajar a San Gimignano en La Toscana (Italia) para formarse junto a dos grandes maestros: Sergio Dondoli y Sergio Colalucci.

Helado de La Dolce Fina.
La Dolce Fina. Foto: Mani García Cavalieri.

De allí se trajeron al barrio de Salamanca, muy cerca del Retiro, el saber artesano y también el nombre: Serafina o beata Fina (la virgen de esta localidad italiana también conocida por sus vinos), que derivó en La Dolce Fina.

Todos sus gelati, con gustos que van del mango a la fior de Nutella y especialidades como el sorbete de pomelo rosado y cava o el del exquisito chocolate Amedei, se elaboran de forma artesanal, con ingredientes frescos, naturales y de proximidad, sin aditivos ni conservantes.

Maison Glacée

Creado en formato pop-up en 2018, el éxito de Maison Glacée fue tal que rápidamente Ricardo Vélez, el ‘chef del cacao’, supo que había dado con un filón que merecía su propio espacio.

En paralelo a su extraordinaria pastelería Moulin Chocolat, fundó su heladería, un pequeño local en la calle Ibiza 42 al que poco tiempo después siguió otro espacio en Alcalá 77.

Su sobrenombre, Helados de culto, ha demostrado ser realidad.

Helados de Maison Glacee
Foto: Maison Glacée.

A los primeros seis sabores ideados por Vélez -avellana del Piamonte, chocolate guanaja, lemon pie, fresa Mara des Bois, vainilla con Havana7 y leche merengada con tocino de cielo- se han sumado otros como los de pistacho, de caramelo de violeta, de mango y Jerez, de piña con Jack Daniel’s, de straciatella o de panettone y roscón de Reyes.

Todos ellos disponibles en varios formatos, tanto en tarrinas como en recipientes para llevar o en su barquillo casero, que también se elabora diariamente en el local.

Mamá Elba

Dos hermanas y una amiga, Elba, Margot y Lucía, fundaron en 2016 Mamá Elba, una heladería con la que destila, como una madre, seguridad, ternura y amor.

Aunque abrieron su primera tienda en la calle de Cea Bermúdez, hoy atienden en la zona de La Latina (Calle de la Ruda, 15), donde dispensan helados de más de 50 sabores elaborados con el máximo cariño, tanto hacia las materias primas como al proceso y el medio ambiente.

Toda la oferta es artesana y cuentan también con opciones ecológicas, sin gluten, veganas y sin azúcar, edulcorados con maltitol.

Tarrina de helado de Mamá Elba.
Foto: Mamá Elba.

Entre los sabores más demandados, tutifruti, Nutella, pistacho, tarta de zanahoria, donuts o kéfir con higos. El que lleva el nombre del establecimiento, Mamá Elba, es una ‘bomba’ de ron, whisky y chocolate.

Además, gofres hechos al momento, crepes y tortitas, así como tartas, bizcochos y galletas, brownies y rollos de canela, que se sirven con cafés de calidad o smoothies.

La Pecera

No hace falta un hotspot: basta una foto con un helado La Pecera para lograr buen puñado de likes en Instagram, prometido.

La Pecera fue la primera heladería en introducir en Madrid, en 2017, el taiyaki, un cono de helado con textura de gofre y forma de pez. Los hermanos Luis y Miguel Aliff y su socia Giuseppina Palladino fueron los responsables de esta auténtica revolución foodie hace ya cuatro años y que no ha parado de crecer.

Al local original en la calle Velarde, en el madrileño barrio de Malasaña, se han sumado otros en Sol, Bailén, Fuencarral y el Centro Comercial Príncipe Pío hasta sumar los 9 con los que cuenta actualmente en la capital.

Uno de los helados-pez de La Pecera
Taiyaki y helado. Foto: La Pecera.

Sus ricos helados-pez van rotando sus sabores, que van de los clásicos vainilla y chocolate al té matcha. Sus toppings forman casi obras de arte: cereales de colores, palomitas caramelizadas, grumitos de Cola-Cao, galletas de ositos, golosinas, nubes… todo vale para hacer de estos los helados más vistosos de la ciudad.

También ofrecen un formato mini (Tayakitos) que se une a las tarrinas, conos y bebidas como café, té matcha latte o chai tea latte, así como los Batiyaki, en formato batido con un toque crunchy de Oreo, almendra, granola de chocolate, galleta Lotus o cacahuetes.

La Gelatería Italiana

En el número 52 de la calle Rios Rosas, dentro de la Little Italy madrileña, encontramos una de las heladerías que más adeptos suman entre los amantes de los auténticos helados italianos.

La Gelateria Italiana cuenta con obrador propio y también su maestro heladero italiano, que prepara diariamente sus productos utilizando exclusivamente leche fresca de granjas de Madrid, fruta de temporada y otros ingredientes de primera, entre ellos pistacho 100% siciliano, avellana con IGP de Piemonte, chocolate belga 70% o caffe 100% arabica Illy.

Foto: La Gelateria Italiana.

Las opiniones confirman lo que se ve a simple vista en las fotos: gelato italiano de verdad, que además se puede pedir al servicio de delivery.

a.
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