Siete tradiciones insólitas de Navidad (y en ninguna está Papá Noel)

En muchos lugares del mundo los festejos navideños están alejados de la costumbre de la cena familiar y la ceremonia de los regalos. Relacionados con viejas costumbres que se remontan al paganismo, algunos rituales y ceremonias pueden causar más de una sorpresa.

Cabe aclarar que la imposición del 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Cristo proviene de la celebración del nacimiento del dios Sol (Mitra), muy popular entre los siglos I al IV; así como el cierre de las fiestas Saturnalias, que festejaba la renovación de la luz (con días más largos) y la llegada de la época de las cosechas.

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La figura de Papá Noel proviene de la adoración del obispo griego que se convirtió en San Nicolás de Bari; pero la idea del hombre gordo, de barba blanca y con traje rojo fue un genial golpe de marketing de Coca-Cola.

Por ello, muchas fiestas ni tienen en cuenta a esta popular figura. Pero no por ello los habitantes dejan de divertirse.

El Krampus (Austria y Hungría)

La figura de San Nicolás en Austria y Hungría tiene una némesis: el Krampus, un ser maligno que llega a los pueblos para raptar a los niños que se han portado mal antes de Navidad.

El Krampus es una representación del demonio en el centro de Europa. Foto: Wikipedia.

Más que un hombre, es una especie de carnero-diablo con una lengua de dimensiones exageradas, y en vez de una bolsa con regalos lleva cadenas y una canasta para sus fines siniestros.

En Austria y Hungría, antes de Navidad el Krampus busca niños que se hayan portado mal para raptarlos

El 5 de diciembre es la festividad más popular, cuando varios jóvenes pasean por las calles disfrazados con pieles y máscaras con cuernos mientras hacen ruidos con las cadenas.

Ganna (Etiopía)

En Etiopía la Navidad se festeja con un juego parecido al hockey pero mucho más agresivo. De hecho ganna es el nombre que en lengua copta se da a la Navidad.

En Etiopía la Navidad se celebar con un juego parecido al hockey. 

La tradición dice que los pastores estaban jugando a este deporte cuando se enteraron del nacimiento de Jesús, y 20 siglos después, en este país (que mantiene una comunidad cristiana desde los orígenes de esta religión) mantienen la costumbre.

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El balón es de pieles y los palos de madera de olivo, y como no hay reglas escritas sobre las dimensiones del campo, los jugadores corren y corren pero apenas pueden marcar tantos.

Varios pueblos también suelen jugar una especie de rugby, pero con una piedra más pequeña a modo de balón y donde las peleas están a la orden del día.

Mari Lwyd (Gales)

En algunos pueblos de Gales se mantiene la costumbre de la ceremonia de Mari Lwyd, una tradición pagana que sobrevivió siglos después.

Mari Lwyd, la calavera de caballo que canta en los pueblos de Gales. Foto: Wikipedia.

Una persona recubierta por una tela blanca carga la calavera de un caballo y va parando casa por casa, acompañada por un grupo de cantantes y bailarines.

En cada hogar el dueño invita a pasar, y se celebra un interesante duelo de rimas y cantos en tono de sátiras e ironías.

Pollo frito (Japón)

Los japoneses pueden ser indiferentes a la Navidad, ya que su población es sintoista y budista. Sin embargo la compañía Kentucky Fried Chicken logró que la población nipona instaure la tradición de comer pollo frito en esa fecha.

Kentucky Fried Chicken, hace 40 años, convenció a los japoneses de que consuman pollo frito en Navidad. Y fue un éxito de marketing

En 1974 la empresa lanzó una ambiciosa campaña de marketing en donde aseguró que en EEUU era tradición comer pollo frito en las fiestas navideñas, aunque nunca aclaró que es más común cenar un pavo y cocinado al horno.

KFC convenció a Japón de que hay que comer pollo frito en Navidad.

A los japoneses no les importó la distinción: la idea les gustó y las últimas semana de diciembre 3,6 millones de personas suelen comer en los locales de KFC, motivadas por figuras gigantes del Coronel Sanders vestido como Papá Noel.

La Befana (Italia)

Los niños italianos no creen que sea Papá Noel ni los Reyes Magos quien traigan los regalos, sino que afirman que la tarea compete a La Befana, una bruja que –como corresponde- vuela en escoba.

La Befana cuenta historias en la ciudad de Lucca. Foto: JP Chuet-Missé.

En pueblos y barrios alguna persona se disfraza de bruja para repartir golosinas y presentes a los más pequeños; y en ocasiones, un voluntario (generalmente un bombero) asume el personaje y se cuelga de un cable para simular el efecto de que está volando por encima de las cabezas.

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La leyenda dice que La Befana era una anciana que le dijo a los Reyes Magos dónde podrían encontrar al pesebre donde nació Jesús, pero como se arrepintió de no acompañarlos salió casa por casa con presentes para ver si, con suerte, podía llegar al famoso nacimiento. Como no lo logró, sigue vagando y regalando.

El Caganer (Cataluña)

Las fiestas en Cataluña tienen un cariz escatológico. En el pesebre, junto al niño Jesús, María y José se coloca un caganer, que es una figura que está realizando sus necesidades fisiológicas en medio del nacimiento más importante de la Cristiandad.

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Se cree que el origen proviene de fines del siglo XVII y principios del XVIII. Se lo representa con vestimentas rurales tradicionales, con barretina y faja, pero también se suelen vender figuras de cerámica de políticos, futbolistas, actores y otras personalidades defecando.

El Caga Tió, una tradición de Cataluña. Foto: Valerie Hinojosa.

Otra tradición es el Caga Tió: es un tronco con un extremo con una cara dibujada y tapado por una manta. Los niños le golpean con saña con palos; y tras alguna distracción, un adulto coloca los juguetes. En el último intento, efectivamente, el tronco ha expulsado los regalos de su parte posterior.

La quema del diablo (Guatemala)

Esta tradición proviene del siglo XVI, aunque es posible que tenga raíces en cultos mayas de Guatemala.

Los pobladores sacan muebles y objetos en desuso y los apilan en grandes torres, coronadas con un diablo de fantasía.

Quema del diablo en Guatemala, para purificar los hogares.

Antes de las fiestas se prende fuego, para asegurar que en las casas se purifiquen y se celebren las fiestas lejos de la presencia de los demonios.

El problema es que muchas veces se suelen colocar elementos altamente inflamables y suceden accidentes entre los participantes.