Siete actividades turísticas que nunca deberías realizar

Habría que evitar que los turistas realicen estas excursiones y actividades que implican el sufrimiento de animales y personas

No hay carta blanca en el turismo. Así como las autoridades ponen límites a la explotación de menores en el turismo sexual, a la venta libre de drogas en algunos destinos y a las conductas incívicas (Mallorca sabe mucho del tema); hay diversas prácticas y excursiones que no pueden tener lugar en el siglo XXI.

Estas actividades y propuestas gastronómicas implican el sufrimiento o muerte de animales, el menosprecio a otras culturas, o la explotación de seres humanos, por más que en algunos casos se realicen con buenas intenciones por parte de los visitantes.

Pasear con elefantes

Dar un paseo en lomos de un elefante es un reclamo habitual en el Sudeste Asiático. Pero para domesticarlo el animal es castigado desde pequeño con varas con descargas eléctricas para que aprenda a levantarse, caminar, detenerse o agacharse cuando reciba las órdenes.

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El elefante está acostumbrado a transitar largas distancias con su manada, pero los operadores de paseos lo retienen, desde que son bebés, con grilletes clavados a estacas en el suelo.

Tras las denuncias de varias organizaciones animalistas, Tripadvisor eliminó las propuestas de estos paseos de su portal.

Fotografías con tigres

Los tigres de Bengala despiertan una súbita fascinación entre los turistas.

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En Tailandia se puso de moda tener a un tigre en cautiverio para que los visitantes se hagan selfies con el felino. El animal está drogado, y para estimularlo, es golpeado o se le realiza una rápida descarga eléctrica, que motiva el rugido del animal.

Nadar entre delfines

En muchos parques acuáticos se invita al público a nadar entre delfines. El aspecto sonriente de estos cetáceos llama a engaño: para un animal que nada cientos de millas náuticas estar confinado en una piscina le estresa y deprime.

Los elefantes asiáticos son domesticados con descargas eléctricas y elementos punzantes para acostumbrarlos a pasear a turistas

El animal obedece las órdenes, y aprende rápido gracias a su inteligencia, pero según denuncia la organización Whale and Dolphin Conservation, los delfines son estimulados con drogas para mostrarse activos y alegres frente al público.

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Si se quiere nadar entre cetáceos, en diferentes regiones del mundo (como Tarifa en España) hay excursiones que realizan avistamientos sin alterar sus conductas, y que permiten inmersiones a la espera que los animales se acerquen. Los delfines, como las ballenas, son muy curiosos y suelen aproximarse con confianza.

Bucear entre tiburones

En Sudáfrica se ofrece la posibilidad de tener una cita con un tiburón blanco. El visitante desciende a un par de metros en una jaula, y los operadores estimulan al tiburón con trozos de carne y sangre esparcida por la zona.

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Los delfines y orcas de los parques acuáticos sufren de estrés y depresión, y son estimulados por drogas

Esta práctica, revela un estudio, es perjudicial porque altera los patrones de comportamiento del escualo, que se torna más agresivo y puede atacar a bañistas. Por esta razón, Florida prohibió esta práctica en 2001.

Visitas a favelas y barrios de chabolas

En Río de Janeiro, Bombay, Manila y otros países del Tercer Mundo surgió un tipo de turismo que pretende ser políticamente correcto, pero que está lejos de lograrlo. Con la consigna de conocer una realidad fuera de los circuitos, se organizan visitas a los barrios más pobres. En algunos casos, se invita al viajero a que pase unos días entre los vecinos, que participe en proyectos sociales y que conozca su lucha por lograr una mejor calidad de vida.

Muchos orfanatos de Camboya están poblados de falsos huérfanos, para obtener limosnas de los visitantes

Pero también hay operadores que muestran a los habitantes de estos barrios como si fueran animales de zoológico, donde se insta a tomar fotos rápidamente y a seguir el camino antes de que alguien se sienta (con todo el derecho del mundo) molesto por la presencia de los visitantes.

favelas

El mismo principio corre para las excursiones para conocer a las comunidades nativas, donde se les obliga a disfrazarse y realizar bailes autóctonos a cambio de una propina. En la India, en 2012 surgió un escándalo cuando un video mostró cómo los turistas arrojaban plátanos y cacahuetes a los nativos de la tribu Jarawa como si fueran animales.

Visitas a orfanatos en Camboya

Muchos turistas creen que hacen una buena acción visitando un orfanato en Camboya y aportando una contribución económica. Pero esta acción esconde un negocio oscuro: muchas familias pobres son presionadas para entregar a sus hijos para que el visitante vea que el establecimiento está lleno de niños con necesidades económicas y afectivas.

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Según denunció la organización Save The Children, el número de orfanatos en Camboya creció el 75% en la última década, pese a que el número de niños sin padres descendió considerablemente.

Probar platos de animales en extinción

Es interesante probar la gastronomía más típica de otras culturas, pero cabe advertir que hay varios platos que se preparan con animales en riesgo de extinción. Por ejemplo, en las Islas Caimán, Centroamérica y en algunos países de Asia es común comer huevos de tortuga.

huevos tortuga

Las aletas de tiburón es otro plato famoso en Asia, pero su popularidad está diezmando la población de estos peces.

Los medicamentos y afrodisíacos elaborados con polvo de cuerno de rinoceronte también condenó a este animal a estar a punto de desaparecer.

Asimismo, el tráfico ilegal del marfil lleva a que se maten 55 elefantes cada día, según cálculos de la WWF (Fondo Mundial de la Naturaleza).

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