¿Quién es el valiente que se anima a cruzar estos puentes?

La moda de construir puentes colgantes y transparentes se expande desde China a otros países, todo un desafío para los amantes de la adrenalina

Los puentes colgantes, transparentes y solo aptos para los más aventurados ya dejaron de ser un negocio exclusivo de China. El «turismo de pasarela» toma fuerza en distintas partes del mundo en el que estas impresionantes obras de la ingeniería impactan con su belleza y grandeza a todo tipo de viajeros.

Podrán verse muy espectaculares desde lejos, pero de cerca tientan al vértigo y requieren de un esfuerzo adicional para cruzarlos, no porque sean peligrosos, sino porque por la forma en la que están hechos y los paisajes que permiten ver tienden a causar miedo a la primera.

Superado el miedo la aventura es todo alegría. A cientos de metros de altura de ríos y montañas, sus costados y pisos permiten disfrutar de la arquitectura de los puentes como nunca antes, para enfocarse más en el camino que en el destino.

Repasemos algunos ejemplos de puentes que se han convertido en focos turísticos alrededor del mundo.

China, la pionera

Zhangjiajie es el puente de vidrio más alto del mundo, gracias a un sistema de suspensión impresionante. Ubicado en la provincia china de Hunan, es uno de los mejores ejemplos del nivel de majestuosidad al que pueden aspirar estas construcciones.
Puente de vidrio de Zhangjiajie, en China. Foto: Wikicommons/CC by 4.0 (dominio público)
Puente de vidrio de Zhangjiajie, en China. Foto: Wikicommons/CC by 4.0 (dominio público)

Los viajeros explican la experiencia de cruzar el Zhangjiajie como «caminar sobre una ventana», pues todo su suelo está hecho de vidrio resistente que permite ver hacia abajo a 300 metros de altura, permitiendo el paso entre dos grandes montañas.

Otros de los puentes más fascinantes de China son el Hongyagu, el cual también es de vidrio y fue inaugurado en 2017 con una longitud de casi 500 metros, y el del río Sidu, considerado el puente de suspensión más alto del planeta, con 1,2 kilómetros de largo y 20 años de construcción.
Puente Sibu. Foto: Wikicommons/CC by 3.0 (dominio público)
Puente Sibu. Foto: Wikicommons/CC by 3.0 (dominio público)

El puente del río Sidu fue inaugurado en 2009 y está dividido en 71 secciones.

América sigue el paso

Estos puentes que desafían la adrenalina hasta de Bear Grylls no son exclusivos del continente asiático, y en América hay varios ejemplos que dan prueba de ello.

Quizá el más impresionante es el puente de suspensión Capilano, ubicado en Vancouver, en Canadá. Se estima que este puente para peatones en el medio de la selva se empezó a construir en 1889, a 70 metros por encima del río Capilano.

Por sus movimientos y ubicación, este puente suele provocar miedo en los turistas poco experimentados, porque –aparte de que su ingeniería genera dudas en quienes desconocen la ingeniería que respalda la obra– un accidente allí los dejaría en medio del bosque.
Puente colgante de Capilano, en Vancouver. Foto: Markus Säynevirta/CC by 4.0 (dominio público)
Puente colgante de Capilano, en Vancouver. Foto: Markus Säynevirta/CC by 4.0 (dominio público)

A unos cuantos miles de kilómetros de distancia del río Capilano se encuentra uno de los puentes más maravillosos de América del Norte: el Royal Gorge Bridge, en Cañon City, Colorado, EEUU.

Construido hace más de 90 años, el Royal Gorge Bridge (en la imagen principal de esta noticia) es el puente de suspensión más alto del continente americano y actualmente es la principal atracción turística de Colorado, Antes de los puentes chinos, era el puente más alto del mundo.
Puente colgante Charles Kuonen. Foto: Gemeinde Randa/CC by 3.0 (dominio público)
Puente colgante Charles Kuonen. Foto: Gemeinde Randa/CC by 3.0 (dominio público)

A 300 metros de altura y con casi 400 metros de longitud, el Royal Gorge lleva y trae a un magnífico parque de atracciones para terminar de hacer de la experiencia una memoria inamovible.

En el resto del mundo

La imagen principal de esta noticia muestra al puente Charles Kuonen, en Suiza, exclusivo para peatones y abierto en 2017. Rodeado de un valle alpino, el puente es parte de la recta final de la ruta de montaña por los alpes franceses y suizos.

El puente colgante Charles Kuonen se extiende por casi 500 metros y va cuesta arriba, por lo que cuando termina los peatones están 85 metros por encima del trecho inicial.

Otro puente famoso es el Akashi KaikyÅ, en Kobe, Japón. Se le considera el puente de suspensión más largo del mundo y también uno de los más caros para cruzar, porque el peaje que hay que pagar para experimentarlo asciende casi hasta los 20 euros.

El puente Akashi Kaikyo. Foto: Wikicommons/CC by 3.0 (dominio público)
El puente Akashi Kaikyo. Foto: Wikicommons/CC by 3.0 (dominio público)

En la India es el puente Howrah el que se lleva todos los vítores. Ubicado sobre el mítico río Hooghly, el puente Howrah es un sitio de paso para unos 100.000 coches y un millón de peatones por día, sin contar el paso de las vacas.

Es considerado el puente de su tipo más ocupado del planeta por su gran tráfico, por lo que está muy congestionado.
El río Hooghly y el puente Howrah. Foto: Biswarup Ganguly/CC by 3.0 (dominio público)
El río Hooghly y el puente Howrah. Foto: Biswarup Ganguly/CC by 3.0 (dominio público)

Otros de los puentes colgantes más impresionantes del planeta son el Paul Sauer, en Sudáfrica; el Osman Gazi, en Turquía; el Mackinac, en EEUU; el Ojuela, en México; y el Danyor, en Pakistán.

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