Osijek: la Croacia más inesperada nos sorprende en Eslavonia

Paseamos por Osijek entre mansiones secesionistas, cines de la vanguardia, clubes de jazz y mucha historia

No es Dubrovnik ni falta que le hace. La hermana menor de Zagreb y cuarta ciudad de Croacia cuenta con sus propios atractivos, como los hermosos edificios secesionistas que jalonan la Avenida de Europa, pero también un ambiente animado, excelentes cafés e, incluso, una playa fluvial que acoge todo tipo de festivales enmarcados bajo un puente colgante que cada noche se ilumina de vivos colores.

Capital de Eslavonia, Osijek es una de las ciudades más queridas para los croatas. Quizás sea por su arquitectura, de la categoría de la capital croata, de cuando el Imperio austrohúngaro dejó una hilera de imponentes edificios secesionistas.

Con 110.000 habitantes, Osijek es el centro cultural, industrial y económico de Eslavonia

[Para leer más: Dos destinos para descubrir otra Croacia (y huir de las multitudes)]

Puede que sea también por la simpatía de su gente que lleva una vida tranquila.

Edificios secesionistas de la Avenida de Europa. Foto: Manena Munar.
Edificios secesionistas de la Avenida de Europa. Foto: Manena Munar.

La guerra no terminó hace mucho; el monumento de un pequeño Fiat 600 rojo pisando a un tanque en recuerdo al vano intento del joven Branko Breskic de detener los tanques de Belgrado de forma pacífica un 27 de junio de 1991 es testimonio de aquellos cruentos años.

Osijek hoy

Sin embargo, ahora el ambiente de la ciudad no puede ser más afable. La calle está siempre animada y sus cafés llenos, especialmente los de la Promenada, a orillas del río Drava, donde se concentra la vida estudiantil de la capital de Eslavonia.

La playa fluvial de Copacabana es un animado punto de encuentro donde tomar una cerveza mirando al río

Llena de bares, cafeterías y ofertas de paseos fluviales, cuenta incluso con la playa fluvial de Copacabana donde la gente acude en verano a bañarse, tomar una pivo (cerveza) Ozujsko y pasar el rato rodeados por el hermoso escenario del río donde se celebran los festivales de verano, disfrutando de su puente colgante, iluminado cada noche con vivos colores.

Una escultura de Pablo Picasso contempla la vista del río Drava desde su pedestal. Osijek ha sido de siempre admiradora incondicional de la expresión artística del malagueño y le ha dedicado su primera escultura fuera de España.

Puente sobre el riÌo Drava, en Osijek. Foto: Michael Kleinsasser | Pixabay.
Puente sobre el riÌo Drava, en Osijek. Foto: Michael Kleinsasser | Pixabay.

Mirando al Drava se yergue con su apariencia cristalina el hotel Osijek de cinco estrellas altamente recomendable tanto por su comodidad como por si situación inmejorable.

La ciudad alta

Osijek, hecha a la medida de sus 110.000 habitantes, está dividida en Ciudad alta, baja, y fortaleza Tvrda. Entre los edificios de importancia de la Ciudad alta sobresalen la iglesia de San Pedro y San Pablo en ladrillo rojo, cuya altura de 90 metros le ha merecido el rango de catedral, y el Teatro Nacional Croata en Zupanisjska -enclave del hotel Waldinger con exquisita gastronomía y spa- y una de las calles más transitadas de la ciudad.

En su plaza principal Trg Ante Starcevica se encuentra el Ayuntamiento, hoteles como el clásico Central, restaurantes y una versión del excelso pozo de la vida del escultor croata por excelencia, Ivan Mestrovic.

Por la avenida de Europa que discurre desde la ciudad alta a la fortaleza, la gente pasea o la recorre en bicicleta entre el aroma de sus muchas flores, cobijados por la sombra de robles y tilos. 

La altura de los palacetes secesionistas que pueblan la avenida está constreñida a tres pisos ya que no podían superar en metros a aquellas de las capitales del Imperio austrohúngaro.

Plaza Ante Starcevic y Catedral de San Pedro y San Pablo. Foto: Pixabay.
Plaza Ante Starcevic y Catedral de San Pedro y San Pablo. Foto: Pixabay.

Cines de la vanguardia

Alrededor de la avenida de Europa se encuentra la biblioteca más antigua de la ciudad, de 1905, y el Museo de Bellas Artes que abrió su puerta un año después. También están los cines Urania y Europa, un clásico de la avenida, de cuando nació Kinematografi Osijek en 1901.

Hoy, aunque protegidos como parte de la herencia cultural, siguen en funcionamiento. El Europa está destinado a conciertos y conferencias y en el Urania, de arquitectura art déco, se pasan los últimos títulos, y pertenece a la asociación de Cines Europeos y de Cines Independientes, dando preferencia a las películas europeas y transmitiendo la cultura audiovisual a la juventud de Osijek que ven un templo de la imagen en el legendario y vanguardista Urania.

Se dice que en Osijek, en el monasteri capuchino, nació el famoso café del mismo nombre, hoy un ‘must’ en las cafeterías de todo el mundo

Otra bella muestra del secesionismo de la avenida es el edificio de Correos.   

La calle Kapucinska

En el monasterio capuchino se dice que nació el famoso café capuchino al elaborar el fraile Marco d´Aviano un caldo oscuro con granos de café de los sacos que dejaron los turcos tras su ocupación. Lo que al principio se conoció como la ‘sopa negra’ ha terminado por ser uno de las más cafés más cortejados del mundo.

Plaza de la SantiÌsima Trinidad coronada por la Columna de la Peste en Tvrdja, en la ciudad vieja de Osijek. Foto Manena Munar.
Plaza de la SantiÌsima Trinidad coronada por la Columna de la Peste en Tvrdja. Foto: Manena Munar.

La calle Kapucinska tiene un precioso parque, el Sakuntala, y está poblada de las tiendas globales a la última y de algunas que aún guardan su sello croata.

Entrando en la Osijek de entonces…

De camino al casco antiguo se pasa por el llamado Parque de las Bodas, pues allí las parejas recién casadas planta su árbol como símbolo de un fructífero matrimonio.

La antigua fortaleza de Tvrdja aún guarda un bastión, La Puerta del Agua, en la orilla derecha del río Drava, muy cerca de su confluencia con el Danubio.

Entre las casas barrocas de Tvrda se alza la iglesia de San Miguel, el Museo de Eslavonia en la Plaza de Svento Trijska, un ineludible para entender su historia, el Arqueológico, que data de 1877, la columna de la peste, galerías de arte y también cafés y discotecas con música que puede oscilar entre los últimos hits, hasta las baladas serbias ya que Osijek, dada su confluencia geográfica con Serbia, Hungría y Bosnia, goza de un rico mestizaje cultural y musical.

El bastioÌn La Puerta del Agua da entrada a Tvrdja. Foto: Manena Munar.
El bastioÌn La Puerta del Agua da entrada a Tvrdja. Foto: Manena Munar.

Osijek es música

La música y Osijek van de la mano. Famoso es su Festival Internacional de Jazz & Blues que cuenta con los mejores músicos del mundo en su género. 

Osijek se precia de ser la cuna de la música tambura. Su primera orquesta nació gracias a Donald Kolaric el creador de los panderos en 1847.

Desde entonces no han parado de sucederse festivales de tambura que, por otro lado, protagoniza cualquier evento eslavón, ya sean bodas, bautizos o cumpleaños, teniendo su punto álgido en el Festival Internacional de Música Tambura de Croacia que se celebra en Osijek cada Mayo desde 1970, congregando orquestas y coros de Croacia, Serbia, Eslovenia y Austria.

Entre las especialidades locales destacan el estofado de pescado cobanac, los asados de carne y la sopa picante de verduras y carne servida en un cuenco hecho de pan

Un lugar donde probar las delicias culinarias de la zona es Kod Ruže. En un marco de antigüedades y artesanía local se degustan el estofado de pescado cobanac, el asado de varios tipos de carne, o la sopa picante de verduras y carne en un cuenco de pan, regados por el típico aguardiente croata de ciruelas, rakki, y el vino traminac de Ilok, donde están las bodegas probablemente más antiguas de Eslavonia.

Cada patio de Osijek esconde una sorpresa de cultura y arte. Foto: Manena Munar.
Cada patio de Osijek esconde una sorpresa de cultura y arte. Foto: Manena Munar.

Navegar por el Parque Kopacki Rit

Durante la excursión  por la reserva natural ornitológica y botánica del  parque Kopacki Rit, a pocos kilómetros de Osijek, en las confluencias de los ríos Drava y Danubio, es un placer navegar entre nenúfares, águilas de cola blanca (stekavci), cisnes y cigüeñas negras, sorteando pequeños canales por una de las zonas pantanosas mejor conservadas de Europa.

El parque cambia de forma durante las cuatro estaciones del año y cada una trae un tipo determinado de riqueza animal que según la época emigra o hiberna. Los trescientos tipos de aves son, sin duda, protagonistas, aunque también lo hacen los ciervos y jabalíes.

a.
Ahora en portada