Oporto de puente en puente

Del de la Arrábida, el más largo de la ciudad, al de Don Luis I, el más famoso, recorremos la historia de Oporto y el Duero a través de sus puentes

Puede que la segunda ciudad portuguesa no tenga tantos puentes que conectan sus dos orillas como París o Londres pero, como en cualquiera de ellas, alrededor de los seis que actualmente se levantan sobre el Duero giran secretos, curiosidades y anécdotas.

Desde el río, viendo desfilar bodegas, edificios desvencijados y animados barrios, nos detenemos en cada uno de sus puentes, antiguos o modernos, de hierro o de hormigón, para descubrir una ciudad que son en realidad dos.

Aunque es conocida como la ciudad de los seis puentes, Oporto en realidad cuenta con los vestigios, apenas ruinas, de un séptimo puente

Y es que basta con cruzar a pie el puente de Don Luis I, el más imponente de los que atraviesa el Duero a su paso por Oporto, para pasear por Vila Nova de Gaia, en realidad otra localidad del Distrito de Oporto, y donde se localizan las bodegas que elaboran el famoso vino, más de 60 solo en la ribera.

Oporto. Foto Nuno Lopes Pixabay

Una ciudad en cada orilla. Foto: Nuno Lopes | Pixabay.

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Puente Don Luis I

Pero volvamos al puente. La conexión entre ambas orillas, motivada por la creciente actividad comercial entre Miragaia -el barrio de pescadores en la margen derecha- y Vila Nova de Gaia, comenzó a realizarse en barcas y gabarras hasta que se puso en marcha, en 1806, el Puente das Barcas, una instalación semipermanente formado por 20 embarcaciones unidas por cables de acero.

El Don Luis I batió el récord del puente en arco más largo del mundo en su inauguración en 1886

Destruido con motivo de la invasión francesa, sería sin embargo el embrión del Puente Don Luis I, sin duda uno de los emblemas de la ciudad de Oporto, con su gran arco de hierro sobre el río, que hizo de este puente el más largo del mundo en arco entre 1886 y 1897.

Puente Don Luis I. Foto Pixabay

Puente Don Luis I. Foto: Pixabay.

Tradicionalmente asociado al nombre de Gustave Eiffel, en realidad el gobierno portugués rechazó un proyecto del creador de la torre más famosa de París que solo contemplaba una plataforma al nivel de la ribera con un sector levadizo en la parte central. Con un diseño basado en dos plataformas ganó el concurso público convocado la empresa belga Société de Willebroeck que presentó un proyecto del ingeniero Théophile Seyrig, quien ya había participado en el Puente de Maria Pia, inaugurado pocos años antes mientras Seyrig era socio de Eiffel en la empresa Gustave Eiffel et Cie.

Levantado entre 1881 y 1886 y bastante más grande e imponente que su predecesor, el Puente Don Luis I se extiende a lo largo de 390 m en su piso superior y 174 en el inferior. Caminando se puede atravesar por cualquiera de ellos (la pasarela más alta regala panorámicas fantásticas del río y ambas orillas). Respecto al resto de vehículos, una línea de metro lo atraviesa por encima mientras que coches, autobuses y camiones lo hacen por el nivel más bajo.

Puente de María Pía

Inaugurado en 1877 y también obra de Seyrig, aunque aquí si figura Eiffel como arquitecto, el de María Pía fue el primer puente en arco que conectó las dos orillas del Duero. A diferencia del de Don Luis I cuenta con un solo nivel y se diseñó para el tráfico ferroviario. De hecho, cumplió esta función hasta 1991, cuando fue reemplazado por el Puente de São João.

Puentes Maria Pia y Sao Joao. Foto Matt Kieffer Flickr

Puentes Maria Pia y Sao Joao. Foto: Matt Kieffer | Flickr.

También ostentó el título de puente en arco más largo del mundo, concretamente entre 1877 y 1884, cuando cedió el testigo al Viaducto de Garabit en Ruynes-en-Margeride (Francia).

El puente de la Arrábida también marcó récord, como el mayor puente en arco de hormigón armado del mundo

Puente de la Arrábida

En la década de 1930 se constató la necesidad de crear alternativas a los viejos puentes de María Pita y Don Luis I como consecuencia de la creciente circulación de vehículos entre las dos orillas del Duero.

La respuesta, unos 30 años después, vino en forma, claro, de un nuevo puente, que se levantó en el extremo de la ciudad, muy cerca de la desembocadura del río. Es el puente de la Arrábida y ostentó su propio y particular récord: en su inauguración en 1963 se convirtió en el mayor puente en arco de hormigón armado del mundo.

Ponte da Arrabida. Foto Pixabay.

Ponte da Arrabida. Foto: Pixabay.

Fue diseñado y construido por Edgar Cardoso Antonio Mesquita y su plataforma tiene una longitud total de 614,6 m y una anchura de 26,5 m, con un vano de 270 m y 52 m de eje y constituido por dos nervaduras huecas paralelas de 8 m de ancho conectadas por refuerzos longitudinales y transversales.

Puente de São João

Inaugurado en 1991, esta infraestructura rompe la tradición de los puentes en arco de Oporto. Se levanta en un pórtico con dos grandes pilares en el lecho del río y tres vanos, dos laterales de 125 m y uno de central de 250 m. En total alcanza una longitud total de 1,1 km y está formado por una sola pieza continua de hormigón pretensado.

Los viaductos de acceso se integran en el conjunto dando lugar a una continuidad natural.

Ponte Sao Joao. Foto Wikipedia

Ponte Sao Joao. Foto: Wikipedia.

Es obra, como el anterior, de Edgar Cardoso, y se destina solo al tráfico ferroviario. Al igual que el Puente de la Arrábida, en la fecha de su inauguración esta infraestructura supuso un récord mundial en cuanto al vano central.

Puente do Freixo

Si el de la Arrábida es el puente más cercano a la desembocadura del Duero el Ponte do Freixo es el que más se adentra al interior.

Fue proyectado por António Reis e inaugurado en 1995 y tenía por objetivo descongestionar el tráfico de automóviles de los puentes de la Arrábida y Don Luis I, con frecuentes atascos desde la década de los ochenta del pasado siglo.

La curiosidad de este puente es que, en realidad, no es uno sino dos, construidos en paralelo y separados por 10 cm.

Puente do Freixo. Foto Wikimedia Commons.

Puente do Freixo. Foto: Wikimedia Commons.

Cuenta con ocho vanos, el más grande de 150 m, y ocho carriles de circulación, cuatro en cada sentido.

Puente do Infante

El Puente Infante Don Enrique o, simplemente, el Puente del Infante, es el último de los construidos entre Oporto y Vila Nova de Gaia, con el objetivo de servir de reemplazo para la cubierta superior del puente Don Luis I, reconvertido para acoger únicamente la línea Hospital de São João/Santo Ovídio) del Metro de Oporto.

Se levanta muy próximo al de Luis I, justo en el centro de la zona histórica de la ciudad, y une los barrios de Fontainhas (Oporto) y Serra de Pilar (Vila Nova de Gaia).

Puente Infante Enrique. Foto Renaat Peeters Unsplash

Puente Infante Enrique. Foto: Renaat Peeters | Unsplash.

También espectacular, se trata de un puente sin pilares y está dedicado a Enrique el Navegante, primer duque de Viseu, nacido en Oporto en 1394 y protagonista de la política portuguesa de la primera mitad del siglo XV, además de impulsor de la era de los descubrimientos de Portugal.

El séptimo puente

Aunque los anteriores son los seis puentes que actualmente contectan las dos riberas del Duero a su paso por Oporto -y que pueden visitarse a través de agradables cruceros que recorren el río-, aún pueden verse los restos de un séptimo puente.

Se trata del Ponte Pênsil -originalmente Ponte D. Maria II- un puente suspendido que unió Oporto y Gaia a partir de 1843 y durante 45 años, hasta que tras la construcción del Puente Don Luis fue desmantelado.

Ponte Pênsil Porto. Foto Wikimedia Commons.

Ponte Pênsil Porto. Foto: Wikimedia Commons.

Hoy solo quedan restos de los pilares de 15 metros de altura y las ruinas de la casa del guarda que vigilaba y cobraba peaje por transitar esta infraestructura que medía 150 m de largo por seis de ancho, y que fue el primer puente permanente en el río tras el Ponte das Barcas.

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