Montevideo: un viaje a la capital ‘slow’

La capital uruguaya, vibrante y bohemia, salpicada de historia y vanguardia, entraña como ninguna el triunfo de la ciudad a escala humana

De la Rambla a Pocitos y de la Ciudad Vieja a Punta Carretas, epicentro hoy de las más innovadoras propuestas artísticas, gastronómicas o musicales, Montevideo es una ciudad vibrante, con una inagotable oferta cultural, que avanza hacia la vanguardia sin perder de vista la escala humana y el ritmo relajado y bohemio que engancha irremediablemente al visitante.

Abierta al Río de la Plata (el río “ancho como mar” que dicen los locales), con una costa de casi 30 km de largo salpicada de playas como la de Pocitos, la ciudad cuenta con un malecón que es uno de los ejes centrales de la vida del montevideano.

Conocido como la Rambla y nacido a principios del siglo XX, este paseo que desemboca, en su extremo meridional, en el faro de Punta Carretas, se llena cada fin de semana de turistas y, sobre todo, locales que disfrutan de su encanto mate en mano.

La mejor manera de explorar la encantadora Ciudad Vieja es caminar por la Peatonal Sarandí, que marca el inicio de un recorrido monumental plagado de museos y galerías, cafés, librerías, anticuarios y tiendas

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La Ciudad Vieja

La cuna del escritor Eduardo Galeano cuenta con alrededor de 300 años de historia y marcadas huellas europeas, que se dejan sentir, por ejemplo, en el estilo art decò que salpica su arquitectura, como la del antiguo Bazar Mitre -hoy Centro de Fotografía de Montevideo-, el edificio Rinaldi o el Palacio Díaz.

 

Un recorrido imprescindible debe incluir la Ciudad Vieja, antigua fortificación militar española que alberga joyas coloniales como la Plaza Independencia, con el imponente Teatro Solís, el Palacio Salvo, la puerta de la Ciudadela y la estatua y mausoleo del revolucionario José Artigas.

La mejor manera de explorar la zona con más encanto de Montevideo es caminar por la Peatonal Sarandí, que marca el inicio de un recorrido monumental plagado de museos y galerías, cafés, librerías, anticuarios y tiendas.

En el restaurante Sin pretensiones​, en la Ciudad Vieja, se puede degustar gastronomía local y, además, adquirir todo tipo de tesoros vintage, desde vajillas a artículos de decoración

La catedral de Montevideo –también conocida como la iglesia Matriz-, el Museo Torres García, la peatonal Bacacay, la plaza Zabala, el Museo y Archivo Histórico Cabildo de Montevideo, la plaza Matriz y el Mercado del Puerto son sus principales referencias.

Plaza Independencia, Montevideo.
Plaza Independencia. Foto Intendencia de Montevideo.

Los amantes de los descubrimientos se quedarán, sin duda, con el restaurante Sin pretensiones, un establecimiento donde probar un menú marcado por los mejores productos gourmet locales y de temporada, además de vinos y cervezas artesanales.

Pero, además, se pueden encontrar todo tipo de tesoros como vajilla y cristalería antigua, muebles y artículos vintage de decoración. Bajo la consigna de ‘todo lo que ves se vende’, sus propietarios recorren casas de campo, ferias y anticuarios buscando todo tipo de piezas del pasado.

Mercado del Puerto

En la Rambla 25 de agosto con Pérez Castellano se alza el Mercado del Puerto, un auténtico templo dedicado al asado, el plato uruguayo por excelencia y casi seña de identidad nacional. El asado se refiere tanto al modo de cocción (parrilla) como al corte de carne vacuna, aquí tiras de costillar de la vaca cortadas de forma transversal.

En Montevideo debemos devorar, aunque sea una vez, un chivito al plato, una suerte de bomba gastronómica que incluye un bife de carne de vaca, huevo, jamón, queso mozzarella, patatas fritas y ensalada rusa

Embutidos como chorizo y morcillas, además de mollejas o riñón, también son comunes en las parrilladas que deberemos acompañar de un trago de medio y medio, un vino de corte resultante de la mezcla de vino espumoso dulce y vino blanco seco.

Otra visita interesante es la del Mercado Agrícola de Montevideo (MAM), de coloristas pasillos y puestos y un total de cien años de historia. Y, por supuesto, debemos devorar, por ejemplo en la plaza Cagancha, un chivito al plato, una suerte de bomba gastronómica que incluye un bife de carne de vaca, huevo, jamón, queso mozzarella, patatas fritas y ensalada rusa.

Mercado Agrícola. Foto Intendencia de Montevideo.

En cuanto a la gastronomía, Montevideo ofrece un ecléctico panorama que va de restaurantes de lujo a pequeños cafés y donde conviven recetas europeas y locales con las propuestas culinarias más vanguardistas, como la de Al forno, del chef Federico Amándola.

Impregnado del aire romántico del Montevideo de 1.900, Punta Carretas es hoy un importante polo gastronómico y alberga todo tipo de espectáculos de música en vivo, además de cervecerías artesanales y vinotecas

Punta Carretas

Quizás el barrio más animado de la ciudad sea hoy Punta Carretas. Impregnado del aire romántico del Montevideo de 1.900, es hoy un importante polo gastronómico y alberga todo tipo de espectáculos de música en vivo, además de cervecerías artesanales y vinotecas.

El Punta Carretas Shopping ubicado en la excárcel homónima, la casa-museo de Juan Zorrilla de San Martín -el poeta de la patria- y el Parque Villa Biarritz son otras de las paradas en el barrio.

El barrio de Pocitos, al este de la ciudad, es otro de los que está experimentando una mayor eclosión. Allí se están instalando, por ejemplo, los más modernos hoteles de marcas internacionales como Hyatt y Hilton.

Entre el candombe y el fútbol

La música está en el adn de Montevideo: vibran los tambores africanos de las comparsas del candombe, el pintoresco carnaval que toma los barrios de la ciudad; resuena irónicas y sarcásticas las murgas corales; y nos envuelven las melosas notas del tango, que además la hermana con la vecina Buenos Aires.

Carnaval de Montevideo. Foto Intendencia de Montevideo.
El Carnaval de Montevideo es uno de los más importantes del mundo. Foto Intendencia de Montevideo.

Y si la música está en el adn montevideano, no menos lo está el fútbol, auténtica pasión nacional, con exponentes como el Estadio Centenario y el Museo del Fútbol, templos dedicados a este deporte tan arraigado en la cultura popular del país.

A media hora de todo

“Montevideo representa la quintaesencia de la ciudad a escala humana, donde espacios públicos, los paisajes, la tecnología, la movilidad y, por supuesto, el turismo, giran en torno a las personas”, afirma Elizabeth Villalba, directora de la División Turismo de la Intendencia de la capital uruguaya.

Con un millón y medio de habitantes, Montevideo es una pequeña gran ciudad que se puede recorrer, de extremo a extremo, en apenas media hora, lo que la hace totalmente accesible al viajero que quiere disfrutarla con calma

Con un millón y medio de habitantes, Montevideo es una pequeña gran ciudad que se puede recorrer, de extremo a extremo, en apenas media hora, lo que la hace totalmente accesible al viajero que quiere disfrutarla con calma.

También a 30 minutos de la ciudad se pueden explorar otros atractivos uruguayos, desde magníficas praderas y chacras – haciendas tradicionales dedicadas a la cría de ganado- a bodegas dedicadas a la producción de tannat, el vino tradicional uruguayo.

Destino inteligente

Pese a su espíritu bohemio y slow, Montevideo mira hacia el futuro y aspira a convertirse en uno de los primeros destinos turísticos inteligentes de América Latina.

Playa de Pocitos. Foto Intendencia de Montevideo.
Montevideo cuenta con playas urbans como la de Pocitos. Foto Intendencia de Montevideo.

Junto a la startup española Mabrian Technologies desarrolla un proyecto de big data que analiza las percepciones, motivaciones, productos y atracciones favoritas de los viajeros en plataformas online, lo que permite analizar y tomar mejores decisiones para la promoción turística.

Recientemente Iberia anunció el incremento de un 40% de sus vuelos a Uruguay a partir del próximo mes de julio, con un vuelo diario entre Madrid y Montevideo y un total de 210.000 plazas anuales.

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