San Marino, el micro-Estado que lucha por conquistar al turismo

Es el tercer país más pequeño de Europa y uno de los menos frecuentados del continente ¿Qué ofrece San Marino a sus visitantes?

Serenissima Repubblica di San Marino. Nombre rimbombante para uno de los países más pequeños del mundo. Este enclave, ubicado en el centro-norte de Italia, se jacta de ser la primera república consagrada de la historia. Su capital y el monte Titano, símbolo nacional, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2004. Sin embargo, las apacibles colinas sanmarinenses, adornadas con viñedos, castillos y pueblos medievales, no han sido suficientes para atraer visitantes. Aunque la actividad turística es su fuente primaria de ingresos, el minúsculo país es uno de los menos visitados de Europa según cifras de la Organización Mundial del Turismo OMT.

Aún dependiente de la economía italiana, San Marino recibe 1,8 millones de turistas al año. Pese a no ser miembro oficial de la Unión Europea, el pequeño Estado usa como moneda el euro, tal como Andorra o El Vaticano. Tiene un cuerpo cuerpo policial propio pero los carabineros italianos también transitan por las calles empinadas de sus pueblos. Y su dialecto –el sanmarinense- está presente en el Libro Rojo de las Lenguas Amenazadas de la UNESCO.

Quienes hayan escuchado alguna vez sobre San Marino quizás lo hayan hecho gracias a su Gran Premio de Fórmula Uno. Este evento deportivo era una de las principales plataformas que tenía el micro-Estado para mostrarse de cara al mundo. Sin embargo, el enclave solo prestaba su nombre a esta competición, ya que la carrera se corría en el Autódromo Enzo e Dino Ferrari de la vecina ciudad de italiana de Imola

El caso de San Marino como enclave dentro del territorio italiano no es único. Italia tiene dentro de sus fronteras micro-naciones como la Ciudad del Vaticano, y otras dos poco conocidas como el Principado de Seborga, en la región de Liguria, y frente a la isla de Cerdeña el Reino de Tavolara de solo 15 habitantes. Pero estos últimos son dos anomalías históricas que se aprovechan para atraer turistas y curiosos.

Los visitantes que recibe San Marino provienen en su mayoría de Italia. El gobierno local se esfuerza para seducir a turistas de otras partes de Europa, aunque los resultados no son los esperados. Este pequeño país, por su orografía, no cuenta con un aeropuerto dentro de su territorio y utiliza los servicios del aeródromo de la vecina ciudad de Rímini, al igual que su puerto y estación de tren. Por lo tanto el acceso al país es un poco fatigoso.

Palazzo Pubblico di San Marino
El Palazzo Pubblico, sede del ayuntamiento de la Ciudad de San Marino 

San Marino cultural

El país está compuesto por nueve pequeñas ciudades llamadas castelli (castillos), incluida su capital. Estas pequeñas villas ofrecen varias actividades a los turistas, sobre todo en el ámbito artístico y cultural.

La ciudad de San Marino posee varios museos e iglesias que son puntos de encuentro para amantes del arte, donde se desarrollan exposiciones, obras de teatro o conciertos de ópera. Sobre la parte alta de la ciudad se encuentra la Basílica del Santo, que conserva los restos del fundador del país, un cantero y herrero cristiano de nombre Marino, proveniente del otro lado del Adriático. La leyenda dice que fue perseguido desde Dalmacia por Diocleciano, y en su huida se refugió en lo alto del Monte Titanio para fundar el Estado que llevaría su nombre. Y más adelante, fue proclamado como santo.

Basilica san marino
Basílica de San Marino, donde se conservan los restos del fundador de la pequeña república. 

En el centro histórico de la ciudad se encuentra la Iglesia de San Francisco, con una pinacoteca que data del siglo XIV. Cerca de allí, el Museo del Estado de San Marino, recientemente reformado, cuenta a través de pinturas y esculturas la historia que ha vivido el país desde antes de su fundación.  

El medioevo en el pequeño Estado

El micro-Estado se prepara para el próximo 3 de septiembre, fecha nacional en la que se celebra su independencia del Imperio Romano en el año 301. Sin embargo, sus fiestas más llamativas se celebran el último fin de semana de julio, le Giornate Medioevali. Unas pintorescas celebraciones en las que se vuelve atrás en el tiempo para vivir como se hacía en el medioevo.

La fiesta medieval incluye desfiles de caballos y soldados, coloridas danzas, tiendas de mercado, y diferentes restaurantes que ofrecen menús inspirados en antiguas recetas sanmarinenses, como el petto de oca fumicatopollastro de l’aia, o el cuniglio profumoso, un conejo preparado y aromatizado con finas hierbas de la región.

sanmarino giornate medioevali
Inauguración de Le Giornate Medioevali en San Marino. 

San Marino además de cultura y fiestas populares ofrece varias actividades para disfrutar a cielo abierto. Desde una simple caminata por un parque, hasta escapadas que incluyen paseos a caballo o en bicicleta, senderismo y escalada en roca. Actividades que pueden ser acompañadas de una amplia oferta enogastronómica.

El aeropuerto de Rímini es pequeño y no tiene conexiones con España. Por ello el visitante debería tomar un avión a Boloña y luego llegar a Rímini en ferrocarril. Al salir de la estación de tren esperan los buses operados por la compañía Benedettini que llevará los turistas hasta la Serenissima Reppubblica.

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