Los ‘saraos’ de verano: alternativa para los españoles que no viajan

Las fiestas mayores que se celebran en muchas localidades son una alternativa de ocio para los españoles que no viajan. Los alcaldes confirman que aumentan las asistencias pese a los presupuestos menores.

La crisis ha golpeado con fuerza los bolsillos de los españoles pero ha agudizado el ingenio. Muchos ya no pueden permitirse largos viajes y buscan alternativas de ocio para los días de asueto. Este hueco lo llenan las fiestas mayores, que ganan asistencia, dicen muchos alcaldes.

«En los últimos cuatro o cinco años ha habido un aumento del número de gente. Ahora, la población se duplica en fiestas», explica Óscar Tena, primer edil de Vilafranca (Castellón). Hasta esta pequeña localidad del Maestrazgo se acercan unas 5.000 personas cada 15 de agosto, para fiestas patronales. ¿Lo más popular? «Los pasacalles, música y toros, que desplazan mucha gente de pueblos vecinos», confirma el regidor.

Precisamente, los festejos taurinos son un reclamo en muchas localidades de interior. «Mucha gente que ha tenido que optar entre vacaciones y fiestas viene el fin de semana, a ver los encierros de novillos (foto inferior)», explica Pablo Azcona, alcalde de Lodosa. Esta localidad de La Ribera del Alto Ebro (Navarra) viste sus mejores galas este fin de semana, cuando arrancan las fiestas patronales.

Encierro en Lodosa

Pese a que en los últimos años Lodosa ha recortado el presupuesto de fiestas a la mitad, los 100.000 euros aún pagan un cartel atractivo. «Las orquestras son muy populares para después de cenar. Y en el casco antiguo están los conciertos de rock y pop», enumera el electo.

Las guitarras eléctricas también afinarán en Argentona (Barcelona). La popular ‘Garrinada’ es la versión joven de la fiesta mayor de este pueblo, que también tiene lugar a partir del sábado. «Ir de fiesta en fiesta en la comarca es una tradición que sí, en parte ha aumentado por la crisis», arguye el alcalde, Ferran Armengol.

Además, los días de jolgorio en esta localidad catalana coinciden con la Feria del Botijo, cuyo impacto es internacional. «Hace unos años, la gente venía más de noche: orquestas, pasacalles, la Garrinada, etc. Ahora se acerca gente durante todo el día», explica Armengol. Con apenas 60.000 euros, el Ayuntamiento se las ingenia para atraer 35.000 personas durante los tres días de celebración y feria. «Hace ocho, nueve años, se habían llegado a gastar 400.000», lamenta el edil.

Feria del Botijo de Argentona

Precisamente, 400.000 euros es la cantidad que maneja la Fundación Festa Major de Gràcia, que organiza la celebración estival más conocida de Barcelona. Su presidenta, Carla Carbonell, explica que las fiestas son un refugio para vecinos con presupuestos estrechos. «Que la gente se va menos es evidente. Los ves más días, en más actos», juzga.

En la edición de este año, las Fiestas de Gràcia también ponen el hincapié en los actos diurnos. «Calculamos que pasan unos 3 millones de personas durante los días de fiesta. Hay que repartirlos bien por los actos y velar por la seguridad», hilvana la barcelonesa. ¿El pregón? El 14 de agosto, como cada año.

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