Kreuzberg: el barrio creador de tendencias de Berlín

Un recorrido por Kreuzberg, el barrio de moda donde los hoteles, tiendas, restaurantes y centros de arte señalan por dónde van las tendencias

Si Berlín se caracteriza por ser la ciudad más vanguardista de Europa, el barrio de Kreuzberg se lleva la palma de liderar las tendencias de la moda, la gastronomía y la cultura en la capital alemana.

Es cierto que este pequeño barrio puede estar un poco saturado de jóvenes que buscan marcha los sábados a la noche, pero también hay una serie de establecimientos que no hay que dejar de conocer, por lo menos, en otros momentos de la semana.

El barrio de las culturas

El carácter cosmopolita de Kreuzberg viene de larga data, y su abundante población de origen turco le vale el mote de “la pequeña Estambul”. Esta sinergia se refleja en sus comercios y centros culturales, muchos de ellos instalados en grandes edificios de fachadas señoriales.

Las dos calles más importantes son Oranienstrasse y Bergmannstrasse, donde las cafeterías y restaurantes se intercalan con pequeñas tiendas, que esconden una que otra recomendación guardada con celo. Junto a las tiendas de baratijas y de segunda mano de larga tradición, han abierto nuevas boutiques de diseñadores. Sin embargo, la competencia comercial de las cercanas Mehringdamm y Wienerstrasse es para tener en cuenta.

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Las calles y edificios de Kreuzberg explotan de color y arte urbano.

Arte alternativo

Las guías recomendarán que en el barrio se visite el Museo Judío y el Checkpoint Charlie, quizás el lugar más fotografiado de Berlín. Está bien, pero también hay otros puntos para conocer.

El centro cultural Kunstraum Bethanien mantiene una intensa agenda de exposiciones de arte contemporáneo

Uno es el centro cultural Kunstraum Bethanien, especializado en arte contemporáneo. Ubicado en un antiguo hospital de la orden de las Diaconisas de 1847, se convirtió en uno de los epicentros de la movida okupa. En el lugar se realizan exposiciones, ciclos de cine y foros de debate, donde entre intelectuales y aspirantes a escritores se cuelan punks y algunos hipsters.

Teatro y cine

Si se quiere seguir en plan cultural, el cine artístico Babylon proyecta películas de autor en dos pequeñas salas. Eso sí: todas las películas son en idioma original y con subtítulos en alemán (obviamente). La sala 1 está muy bien diseñada, con un techo azul con una iluminación extravagante.

Si ese idioma es una barrera infranqueable, el English Theatre Berlin es el único teatro de la ciudad que realiza representaciones en la lengua de Shakespeare.

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Kreuzberg acoge numerosos centros culturales y eventos artísticos.

Danza y ceremonias orientales

Para ver espectáculos de danzas contemporáneas y performances –muchas de ellas interactivas- se recomienda pasar por las tres casas que albergan a las representaciones de Hebbel am Ufer. Sus puestas en escena son imperdibles.

En un antiguo bunker de la Segunda Guerra Mundial el arquitecto John Pawson lo reconvirtió en el intrigante museo privado Feuerle, especializado de cerámicas y objetos de la China imperial, así como trabajos de los artistas Anish Kapoor y Zeng Fanzhi. En el cuarto de los inciensos se realiza una tradicional ceremonia de encendido de estos palillos aromáticos y se invita a realizar meditaciones.

Rincones para relajarse

Berlín, además de sus extensos parques como Tiergarten o Lusgarten, aprovecha cada centímetro cuadrado para ganar algo de espacio verde. Esto se ve en el Hotel The Yard, que cuenta con un bonito jardín diseñado por el paisajista suizo Enzo Enea.

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La colección Feuerle cuenta con un valioso patrimonio de arte de la China imperial.

El local, un buen refugio para escapar de las calles muy transitadas, cuenta con una atmósfera relajante que se incrementará cuando en breve inaugure su centro wellness y su sauna finlandés.

El hotel Orania tiene un recomendado restaurante y un club de jazz que es un emblema de Kreuzberg

Otro hotel, que también es restaurante, bar y club de jazz es el Orania, donde el chef Philip Vogel es capaz de preparar platos como el pato ahumado con ciruelas y puerros envuelto en papel de arroz. Nada menos.

A la hora de comer

Los carnívoros deberían darse una vuelta por Kumpel & Keule, tradicional proveedor de carne de la burguesía berlinesa, que exhibe los cortes en vitrinas como si fueran piezas de un museo. Recomendación: probar la mejilla de buey con apio, coles de Bruselas y limón con sal.

Berlín no es Berlín si no se prueban sus cervezas artesanales, y para ello hay que enfilar hacia St. Bart, donde ofrecen un amplio catálogo de bebidas rubias y negras, además de una selecta carga de vinos alemanes. Allí se pueden probar elaboradas tapas como los nabos con queso pecorino, avellanas y mentas.

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Si se quiere descubrir al mejor jazz, hay que poner rumbo al hotel Orania.

Otro bar de culto es el Bierkombinat, fabricante de la cerveza artesanal BKK Forte, disponible en las variedades clara, oscura, bock y de trigo. También ofrecen las cervezas de Thorsten Schoppe, conocidas como «Schoppebräu». Ambas bebidas se elaboran al momento, por lo que su sabor es más pleno, fuerte e intenso.

Y para tener una idea de la multiculturalidad de Berlín hay que conocer el Markthalle Neun, una combinación de mercado y street-food donde también se realizan cursos de cocina, alimentación ecológica y catas de productos.

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