Gouda: una escapada redonda al Valle del Queso

Con permiso de Maasdam o Edam, Gouda es la capital holandesa del queso, donde se elabora hasta el 60% de la producción total del país

Gouda es la capital del queso de Holanda. Con permiso de otras localidades ‘queseras’ como Maasdam o Edam, lo cierto es que cada año se elaboran en esta ciudad y en su entorno millones de kilos de queso. En concreto, el 60 por ciento de toda la producción holandesa.

Quesos que van desde la típica variedad mantecoso, casi dulce y de color amarillo, con una curación de en torno a un mes, a variedades envejecidas durante meses (incluso años), mezcladas con especias diversas (por ejemplo, comino, clavo y finas hierbas) y con cortezas de colores diferentes (rojo, verde, azul o morado, entre otros).

Todos los jueves entre finales de abril y agosto se celebra en la plaza de la localidad de Gouda un original mercado de queso

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El Valle del Queso

Gouda y buena parte de las localidades que la rodean conforman el llamado Valle del Queso. Es un decir, porque el concepto de ‘valle’ en Holanda es bastante diferente al nuestro: aquí no hay laderas de montañas, sino una enorme llanura surcada, eso sí, por varios ríos, canales y lagos.

Mercado del queso de Gouda. Foto: Turismo de Holanda.
Mercado del queso de Gouda. Foto: Turismo de Holanda.

El caso es que cada jueves, entre abril y finales de agosto, se celebra en la plaza principal de Gouda un pintoresco mercado en torno al queso.

Los sabrosos quesos se venden en piezas que pueden pesar hasta 16 k

Los productores, calzados con los típicos zuecos de madera, llegan a la plaza en carros tirados por caballos, cargados con las enormes piezas de queso (algunas pesan más de 16 kilos) para exponerlas ante los posibles compradores.

Entre unos y otros se establece una curiosa disputa -casi una coreografía-, que culmina con un apretón de manos en caso de que haya acuerdo sobre precios y cantidades.

Los tratos se cierran con un apretoÌn de manos. Foto: Turismo de Holanda.
Los tratos se cierran con un apretoÌn de manos. Foto: Turismo de Holanda.

Todo ello se celebra junto al Ayuntamiento de Gouda, un hermoso edificio de fachada triangular y decorado por pináculos góticos, construido a mediados del siglo XV.

Un paseo por Gouda

Por lo demás, esta plaza, sobre todo en los días de mercado, bulle de actividad en cada uno de sus rincones. Y, queso aparte, es un buen lugar donde adquirir productos gastronómicos holandeses (como las deliciosas galletas stroopwafel), artesanías y recuerdos.

Para aprender todo sobre este delicioso producto hay que pasar por el Museo del Queso y la Gouda Cheese Experience

Antes de abandonar este lugar conviene acercarse al pequeño Museo del Queso, en la antigua Casa de Pesaje, que en sus dos plantas acerca al visitante a la forma de producción y a la evolución histórica que ha experimentado esta variedad de queso.

Ayuntamiento de Gouda. Foto: Turismo de Holanda.
Ayuntamiento de Gouda. Foto: Turismo de Holanda.

No menos interesante va a resultar la visita a la Gouda Cheese Experience donde, de una forma muy interactiva, se podrá conocer todo el proceso de elaboración del gouda.

De hecho, no solo será un espacio didáctico sino que también producirán sus propios quesos. Tiene prevista su apertura para finales de este año y, de momento, ya se pueden comprar sus quesos en la tienda de la calle Lange Tiendeweg.

Esta vía, por cierto, es una de las más encantadoras del centro de Gouda, repleta de tiendas (por supuesto hay muchas gastronómicas) y flanqueada por las típicas casitas holandesas de ladrillo rojo y tejados a dos aguas, con fachadas cubiertas de flores multicolor.

Tienda gourmet en Gouda. Foto: Pixabay.
Tienda gourmet en Gouda. Foto: Pixabay.

Una ciudad plagada de arte

No es la única vía con encanto de Gouda. Lo cierto es que toda la ciudad histórica está repleta de lugares casi mágicos y cargados de arte. A veces, de una forma tan plástica como las obras que se muestran en las muchas galerías de arte que hay en la localidad. Entre ellas, Menno Meyer Galerie, centrada en la obra de ese polifacético artista.

Merece la pena dar una vuelta por galerías como Menno Meyer Galerie y el Museo Municipal para ver que Gouda es mucho más que queso

La visita a Gouda no debería pasar por alto una de sus instituciones culturales más interesantes: el Museo Municipal, que ocupa dos edificios históricos de la ciudad, el hospital y el claustro medieval de Santa Catalina. Aquí se muestra una valiosa colección de arte de los Países Bajos desde la Edad Media y también algunas obras contemporáneas.

En el jardín del museo, cuando hace buen tiempo, se instala una agradable terraza, ideal para probar las delicias locales y también otras llegadas de los puntos más diversos del planeta. Pertenece al Café del Museo, un local decorado de una forma ecléctica (por no decir kitsch) y con ambientes diversos, ideal para disfrutar del almuerzo, de un café o de una cerveza en función del momento del día en que se visite.

Museum CafeÌ Gouda
De ambiente kitsch y, sobre todo, deliciosos tés y dulces. Foto: Museum Café Gouda.

Aquí sirven el té de las 5 pero, en lugar de con las típicas delicias británicas, se acompaña de variedades de quesos holandeses.

Pantanos de Reeuwijk

El resto de la tarde, siempre que haga buen tiempo y sin alejarse demasiado del centro de Gouda, se puede disfrutar de un paseo por el entorno residencial de los lagos (o pantanos) de Reeuwijk.

El paseo puede ser incluso ‘acuático’, si nos decantamos para haceerlo por las lanchas con motor eléctrico que ofrece el restaurante Vaantje.

El plan resulta perfecto: una ruta sobre las aguas de este entorno natural y residencial (algunas casas son realmente epatantes) y luego cena en el jardín del restaurante, con una amplia carta de cocina internacional. Destaca la selección de vinos, con etiquetas de numerosos países, incluidas algunas españolas, realmente sorprendentes por estos lares.

Reeuwijk. Foto: GettyImages.
A poca distancia de Gouda se puede pasar la tarde en el entorno idílico de Reeuwijk. Foto: GettyImages.

Un pueblo de cuento

Una alternativa para la tarde-noche es desplazarse a poco más de 10 kilómetros de Gouda: en el encantador pueblecito de Stolwijk está el restaurante De Nieuwe Polderkeuken, es decir, La Nueva Cocina del Pólder.

Desde luego, lo que sirven aquí es una cocina muy arraigada a la tierra (los pólder son terrenos de cultivo ganados al mar), pero todo con una atractiva pátina de creatividad y estética, sobre todo en la presentación de los platos.

Por supuesto, el queso gouda se hace presente a todo lo largo de la carta propuesta por el joven cocinero Frank Streefland que, por otro lado, está encantado de divulgar las excelencias de la gastronomía local.

El gouda es onmipresente. Foto: Denilo Vieira | Unsplash.
El gouda es onmipresente. Foto: Denilo Vieira | Unsplash.

Para dormir, lo mejor es disfrutar de algunos de los pequeños hoteles de la ciudad Un buen ejemplo es el Hotel Keizerskroon, un alojamiento prácticamente familiar, a dos pasos de la Plaza del Mercado y de la iglesia de San Juan (siglo XVI) que, con sus 123 metros de longitud, es la más larga del país. Este hotelito ofrece un desayuno en el que, por supuesto, no faltan las distintas variedades producidas en este Valle del Queso.

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