6 restaurantes que hay que conocer en Teruel

Porque Teruel existe, sobre todo gastronómicamente hablando, estos son algunos de los restaurantes imprescindibles de la provincia

Yain, Teruel

La ruta más sabrosa por Teruel. Foto: Yain.

Tanto Teruel capital como su provincia destacan por su diversa e indiscutible propuesta gastronómica. Sus gustosas recetas incluyen desde verduras y hortalizas como las borrajas y el cardo, las setas de temporada, el jamón y los embutidos de Teruel, la maravillosa trufa negra, los quesos de Tronchón, la miel de romero de Matarraña o el Ternasco de Aragón.

Para degustarlos existe un puñado de buenos restaurantes como La Posada de Mosqueruela, El Batán, en Tramacastilla, Melanosporum, en Mora de Rubielos, Yain y Método, en Teruel, y La Fondica de la Estación, en La Puebla de Valverde.

Yain (Teruel)

Comenzamos esta ruta de sabor en la ciudad de Teruel. Aquí, a pocos metros del mausoleo de Diego de Marcilla e Isabel de Segura (Ios ilustres Amantes de Teruel), encontramos Yain (plaza de la Judería, 9).

El restaurante, inaugurado en 2007, debe su nombre a la palabra que designa el vino en hebreo y precisamente el vino es uno de los hilos conductores de toda su propuesta.

Yain, Teruel
El restaurante se ubica en la antigua judería de Teruel. Foto: Yain.

Y lo es no solo porque bajo los cimientos del edificio que ocupa, en la antigua judería de la ciudad, se encontraran al iniciar las obras para el restaurante una bodega del siglo XIV con su trujal, ánforas enterradas a modo de tinajas de fermentación y cerámica típica de la época, sino también porque tiene al frente a uno de los mejores sumilleres de España: Raúl Igual.

Curtido en los equipos de Zalacaín (Madrid), La Enoteca Pinchiorri (Florencia) o elBulli (Girona), Igual, Mejor Sumiller de España 2010 y Mejor Sumiller del año en España en el International Wine Challenge Merchand Awards en 2021, dirige, con Iñaki Cubas a los fogones, un restaurante de cocina actual que bebe de las tradiciones culinarias turolenses y que emplea productos de cercanía y proveedores locales.

Pequeñas raciones y platos para compartir como la croqueta de chilindrón y crema de ñoras, la sardina “de cubo” con humus de garbanzos y berenjena confitada o la costrada de cordero, una suerte de crêpe de tortilla relleno de carne picada de cordero del recetario tradicional aragonés fray Juan Altamiras, comparten carta con los platos de bacalao, la especialidad de la casa, así como excelentes carnes (la molleja de ternera glaseada con ponzu sobre crema de coliflor, el ternasco guisado a la pastora y la pluma glaseada son salsa Apicius son aciertos seguros).

Restaurante Yain
El bacalao está entre sus especialidades. Foto: Yain.

Cuenta con dos menús degustación (Esencia, de 7 pases por 45 euros, y Epicure, de 12 pasos por 70 euros) además de un recomendable menú diario de mediodía (20 euros entre semana y 30 los fines de semana y festivos).

Para acompañarlos, cualquier tesoro escogido personalmente por Igual de muy diversas procedencias y características y guardado con esmero en la bodega del restaurante, a siete metros bajo la cota del suelo.

La Posada de Mosqueruela (Mosqueruela)

El turístico aunque tranquilo pueblo de Mosqueruela, en la parte oriental de la provincia de Teruel, posee una interesante oferta hotelera, entre la que se distingue La Posada de Mosqueruela, un coqueto hotel rural que se complementa con un interesante restaurante con el mismo nombre.

Tosta, La Posada de Mosqueruela
Foto: La Posada de Mosqueruela.

Dirigido con tino por el chef Enrique Amigó ofrece una fusión de cocina de cocina contemporánea y tradicional, elaborada con ingredientes de la zona.

En el comedor despunta el trabajo del jefe de sala Agustín Gargallo, que aconseja vinos de la tierra y de otras importantes D.O. de toda España.

Restaurantes como La Posada de Mosqueruela sorprenden por su excelente calidad (y también lo ajustado de sus precios)

La sala es luminosa, con espacio para unas 70 personas, y está muy bien decorada. Destacan en la carta los platos de carne y de pescado, así como los de cuchara. Muy rico el rodaballo con habitas y jamón, la paletilla de cordero deshuesada a baja temperatura o el pulpo braseado, puré de patata parmentier y aceite de pimentón.

Bacalao confitado, queso parmesano y tomillo. Foto: La Posada de Mosqueruela.
Bacalao confitado, queso parmesano y tomillo. Foto: La Posada de Mosqueruela.

El Menú Degustación Tradición, con todo incluido, sorprende por su calidad y ajustado precio (24 euros).

El Batán (Tramacastilla)

En la localidad de Tramacastilla, pueblo de la sierra de Albarracín, se encuentra uno de los restaurantes galardonados con una estrella Michelin más escondidos de España: El Batán (Ctra. Comarcal 1512, km 43), situado en una antigua fábrica de lanas hoy reconvertida en una agradable hospedería llamada de la misma forma, en la que se respira confort y quietud.

El Batán
El comedor de El Batán tiene excelentes vistas a la naturaleza. Foto: El Batán.

En la cocina encontramos a la interesantísima y multipremiada chef María José Meda, que practica una fina culinaria muy personal, que denota un enorme respeto por la materia prima y un gran conocimiento de las técnicas modernas de la cocina actual.

María José Meda dirige la cocina de uno de los restaurantes con estrella Michelin más escondidos de España: El Batán, en Tramacastilla

En la carta se aprecian los mejores productos estacionales (setas, trufa, carne de caza…), pero también muchos otros llegados de cualquier rincón del mundo, con los que María José da rienda suelta a su ingente imaginación y creatividad, en elaboraciones tan gráciles como la perla negra en tempura, la judía verde con carbonara y aire de su piel o el wagyu mudéjar a la llama, entre otras propuestas.

Restaurante El Batán, Teruel
María José Meda dirige con acierto El Batán.

El comedor, amplio y con excelentes vistas a la naturaleza, es el lugar indicado para disfrutar de platos elaborados con rigor y entendimiento, con opción de Menú Gourmet (110 euros), que son maridados con buenos vinos. Buen servicio y una carta de vinos muy cumplida, complementan una inmejorable experiencia gastronómica.

Melanosporum (Mora de Rubielos)

Viajamos ahora hasta la localidad de Mora de Rubielos, corazón y capital de la comarca Gúdar-Javalambre, para disfrutar en el Restaurante Melanosporum, ubicado en el interior del céntrico y moderno complejo hotelero La Trufa Negra (Av. Ibañez Martín, 10-14).

Melanosporum viene de Tuber Melanosporum, nombre científico de la trufa negra, delicioso hongo que en esta zona trufera de Teruel es sinónimo de deleite gastronómico.

Trufa negra
La trufa negra es protagonista de muchas de sus elaboraciones. Foto: Melanosporum.

En este restaurante se come muy bien y con mucha variedad, y por supuesto, siempre teniendo en cuenta al producto estrella de la tierra: huevos trufados, carpaccio de trufa, manitas de cerdo deshuesadas con foie, manzana y jugo de trufa son algunas de las maravillosas elaboraciones que se pueden encontrar en la carta.

La trufa negra es en la zona de Gúdar-Javalambre protagonista de muchas recetas y sinónimo de deleite gastronómico

Al cargo de un entramado gastronómico de alta cocina que fusiona tradición e innovación por partes iguales, se encuentra el equipo formado por Nerea Sáenz, Vanessa Perales, Joaquín Jarque y Francisco Ranchal.

Muy interesante el Menú Degustación de nueve pases, por un precio de 75 euros, que incluye platos tan gustosos como: brandada de bacalao con trufa negra; vieira sobre papada confitada de cerdo ibérico con láminas de trufa negra, o solomillo de ciervo con salsa Perigord.

Melanosporum
Foto: Melanosporum.

Método (Teruel)

De vuelta en Teruel, Método (Francisco Piquer, 6) es toda una sorpresa, pues echar un somero vistazo a su carta es darse cuenta de inmediato de una peculiar combinación entre cocina mediterránea y asiática que incorpora su vez sabores de todo el mundo.

Mucho tiene que ver en el merecido éxito del restaurante, recomendado en la Guía Michelin, Nacho Liso, cocinero y propietario del negocio, un creador que derrocha energía y ganas de hacer las cosas de forma diferente y que, sin duda, ha sabido conquistar el corazón de los turolenses que apuestan por los nuevos retos gustativos.

Nacho Liso está al frente de los fogones de El Método, en Teruel.
Nacho Liso está al frente de los fogones de El Método, en Teruel.

Liso ha logrado crear un entramado culinario inconformista y urbano, realmente divertido, muy imaginativo y pasional, que muestra nuevas técnicas en cada uno de sus platos, y que se desarrolla en una carta dividida en: entrantes fríos y calientes, carnes, pescados, una sección dedicada al atún rojo Balfegó, pescados y postres.

Óptimas propuestas como la caballa ahumada en frio y ligeramente escabechada con espuma de fresa, pimienta rosa y sandía osmotizada al jerez, el sándwich de steak tartar de cadera de vaca con guacamole y mahonesa de su grasa, los callos de atún Balfegó picantes con jamón de bellota, o la carrillera de atún guisada al estilo tradicional con puré de nabo, así como postres como el sorprendente pisco sour en postre (sorbete de lima, algodón de azúcar, pisco flambeado y espuma de merengue y lima en vivo).

Steak tartar de cadera de vaca
Steak tartar de cadera de vaca. Foto: Restaurante Método.

Ofrece, además, un menú degustación con sus platos más refinados por un precio de 150 euros.

La Fondica de la Estación (Puebla de Valverde)

En la Puebla de Valverde, localidad turolense situada a los pies de la sierra de Javalambre, descubrimos un agradable hotel rural de 14 habitaciones llamado La Fonda de la Estación. Es un edificio restaurado del siglo XIX, antaño alojamiento vacacional para los viajeros que llegaban en tren al pueblo para disfrutar del clima seco y fresco, de la zona, tan beneficioso es para la salud.

Eduardo Marco en la cocina y Paula López en la sala dirigen el coqueto restaurante La Fondica de la Estación, en la sierra de Javalambre

En su interior está el restaurante La Fondica regentado, como el hotel, por la familia Marco Pérez. Eduardo Marco está al frente de los fogones y la sala es el territorio de su pareja, la sumiller Paula López.

La cocina de La Fondica se asienta en un producto de gran calidad. Foto: La Fondica de la Estación.
La cocina de La Fondica se asienta en un producto de gran calidad. Foto: La Fondica de la Estación.

Desde los ventanales del pequeño y coqueto restaurante se observan los jardines, la impertérrita sierra y también una carrasca trufera, ya que tanto el hotel como el restaurante se encuentran rodeados de una plantación dedicada al cultivo de trufa negra.

La Fondica está recomendado por la guía Michelin con el sello Bib Gourmand que distingue a los restaurantes con la mejor relación calidad-precio, probablemente por su cocina que, sin caer en fuegos de artificio, recrea una culinaria asentada en productos de temporada y recetas tradicionales aragonesas con un toque de conseguida creatividad.

La Fondica de la Estación.
La Fondica de la Estación.

En la carta aparecen interesantes propuestas como la paletilla de ternasco sobre patatas panadera, los fideos melosos de boletus, chalotas y foie o el bacalao sobre jugo reducido de calamar. Cuenta con menú del día (28,90 euros), buena carta de vinos y servicio muy cordial.

a.
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