Familia Torres: el rescate de las vides ancestrales tiene recompensa

Varios vinos de la bodega Familia Torre son reconocidos a nivel mundial, en distinciones que destacan su largo trabajo de rescate de variedades antiguas

La bodega Familia Torres lleva muchos años invirtiendo tiempo y dinero para recuperar variedades ancestrales prácticamente desaparecidas, uvas que pueden hacer frente al cambio climático.

Además de varios éxitos con los cupages y las vinificaciones realizadas, la bodega del Penedès está siendo reconocida por la calidad de los productos obtenidos.

Impacto entre los expertos

La variedad ancestral pirene, con la que Familia Torres está experimentando en su finca de Sant Miquel de Tremp (Lleida), en el Prepirineo catalán, es uno de los vinos que más han impresionado este año al reputado crítico de vinos del New York Times, Eric Asimov, según el artículo ‘Our Critic’s Best Wine Moments of 2019’.

La variedad ancestral pirene impresionó al crítico de vinos de The New York Times Eric Asimov

Para Asimov, que lleva veinte años escribiendo sobre vinos y quince como responsable de la sección vinícola del prestigioso periódico estadounidense, “los grandes vinos crean recuerdos; dejan impresiones para reflexionar e historias para contar”.

Trabajo de la bodega Familia Torres en la finca Mas Palau. Foto: Toni Galito

Trabajo de la bodega Familia Torres en la finca Mas Palau. Foto: Toni Galito

El experimental pirene, uno de los mejores

Entre los 12 vinos seleccionados por parte del crítico de The New York Times por conservar los recuerdos más duraderos, se encuentra el experimental elaborado en 2018 con pirene.

Asimov lo describe como un vino “brillante y vivaz, fresco, floral y herbáceo, delicioso y refrescante” y se pregunta por qué esta variedad había sido descartada durante tanto tiempo.

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El crítico visitó los viñedos de Familia Torres en mayo para conocer cómo se está adaptando la bodega familiar al nuevo escenario climático, así como su contribución para reducir las emisiones de CO2, que posteriormente recogió en el artículo ‘Freshness in a Changed Climate: High Altitudes, Old Grapes’.

ANCESTRALES         

Los viñedos en altura y las variedades ancestrales son dos de las medidas con las que Familia Torres prevé afrontar las altas temperaturas y la sequía que acarreará el cambio climático.

Arqueología vitivinícola

Al día de hoy la bodega ha recuperado cerca de 50 variedades, donde centra sus esfuerzos para trabajar con uvas prácticamente desaparecidas pero que en laboratorio y posteriormente en experimentación con vinificación, cuentan con un gran potencial enológico y una resistencia ante el aumento de las temperaturas.

La bodega Familia Torres ha recuperado cerca de 50 variedades de vides

Según Miquel Torres, director general de Familia Torres: “Llevamos muchos años experimentando con estas variedades, conociéndolas despacio y tomando conciencia de su potencial. Nuestra idea es poderlas compartir con otros viticultores de las zonas donde mejor se han adaptado puesto que es una oportunidad para recuperar, entre todos, la viticultura antigua y hacer vinos muy singulares”.

RESERVA REAL 15         

Señaladas para climas extremos

De las variedades que se ha conseguido recuperar desde que inició la búsqueda a mediados de los años 80, en estos momentos hay seis que, además de tener un gran potencial enológico, son de ciclo largo, de maduración tardía, y conservan una marcada acidez, unas características que las hacen especialmente indicadas para climas más extremos.

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Estas uvas son la forcada, pirene, gonfaus, moneu, querol y garró, localizadas en diferentes lugares de la geografía catalana y que se han ido presentando en salones, ferias y congresos en los últimos años.

Cada una de estas variedades se encuentra plantada de manera experimental en fincas de la Familia Torres en las que mejor pueden desarrollar su enorme potencial.

La quinta generación de la familia se está focalizando para cristalizar el proyecto en vinos monovarietales que puedan llegar al mercado, un proyecto de innovación y tradición que contribuye a recuperar el patrimonio vitivinícola catalán con la mirada puesta en el futuro.

SALMOS 15         

Un largo proceso

Pero para llegar a este punto, han sido necesarios muchos años, puesto que cada variedad identificada tras largos procesos, como ancestral, pasa por un largo procedimiento que implica el saneamiento y la reproducción in vitro, reproducción en invernadero, adaptación al campo, microvinificaciones para determinar su potencial, y finalmente se procede al registro en organismos oficiales que autentifican el hallazgo y las condiciones de su uso.

Para Mireia Torres, directora de Innovación y Conocimiento de Familia Torres: “Todavía existe en España mucho patrimonio vitícola para mostrar y potenciar. Si somos capaces de recuperar aquellas variedades que no solo son enológicamente interesantes sino que también se adaptan al cambio climático, podremos convertirnos en un país vitivinícola realmente interesante”.

TORRES Pirene

Variedad de la uva pirene. Foto: Familia Torres.

Reconocimientos internacionales

La publicación especializada Wine Enthusiast también ha elegido recientemente en su lista de los mejores vinos para abrir y disfrutar ahora ‘The Enthusiast 100’, a otro de los vinos de Familia Torres.

Se trata del Salmos 2015 de la DOQ Priorat, que procede de viñedos en propiedad de Familia Torres, en Porrera y El Lloar, y es uno de los cinco vinos españoles de 100 seleccionados y el único catalán.

La publicación Wine Enthusiast eligió a Salmos 2015 como uno de los 100 mejores vinos del mundo

Además, JamesSuckling.com, el medio digital de vino con sede en Hong Kong, incluye el vino de Familia Torres Reserva Real 2015 (DO Penedès), perteneciente al grupo exclusivo “Antología Miguel Torres» en el ranking ‘Top 100 Wines of Spain 2019″, con una puntuación de 97 puntos, que lo coloca la posición 28 entre 2.102 vinos españoles.

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Reserva Real es un cupaje de estilo bordelés procedente de un viñedo de cuatro hectáreas en la única zona del Penedès, cuyo suelo se compone de pizarras (paleozoico), que se caracteriza por ser poco profundo y pedregoso, de color oscuro y drenaje rápido, con un carácter mineral óptimo para la Cabernet y la Merlot que no pueden crecer sus raíces en profundidad por la compacidad.

En estas altas tierras, presididas por la ermita románica del siglo XII de Santa Margarida de Agulladolç se cultivan viejas cepas de Cabernet Sauvignon, Merlot y Cabernet Franc, que originan uno de los vinos de producción limitada más exclusivos de Europa.

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