El mapa definitivo de los restaurantes centenarios de Madrid

El más añoso abrió sus puertas en 1642, el más moderno en 1906; los 12 son parte de la gastronomía, pero también de la política, la literatura o la pintura

Si en cualquier visita a una ciudad tiramos de mapa -cada vez más en formato digital, eso es cierto- para localizar un museo o un monumento, ¿por qué no crear uno que facilite la búsqueda de los restaurantes y tabernas con más solera? De barra en barra y de mesa en mesa, este nuevo plano ilustrado por Mario Jodrá es todo lo que necesitamos para descubrir los rincones gastronómicos más castizos de Madrid.

Con las anotaciones del historiador y crítico de arte Juan Manuel Bonet, se trata de un delicioso mapa que sitúa los restaurantes y tabernas que son, en sus palabras, “la historia de nuestra gastronomía, pero también la de nuestra política, nuestra literatura, nuestra pintura, nuestra tauromaquia…”.

El recorrido nos lleva a 12 tabernas y restaurantes con más de 100 años de andadura en Madrid

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Madrid para comérselo

El recorrido nos lleva a 12 tabernas y restaurantes con más de 100 años de andadura; de hecho, la más antigua, La Posada de la Villa, abrió sus puertas nada menos que en 1642 en la Cava Baja y actualmente es una oda a lo castizo.

Cada una tiene su historia y sus historias, como Casa Pedro, en la localidad de Fuencarral, hoy parte de la capital, que comenzó como casa de Postas para los viajeros que salían de Madrid en dirección al Norte, o Casa Ciriaco, que abrió en 1887 como tienda de vinos.

Posada de la Villa. IlustracioÌn Mario JodraÌ

Posada de la Villa. IlustracioÌn: Mario JodraÌ.

Cincuenta años antes empezó a funcionar Lhardy, en la Carrera de San Jerónimo, conocido por su excelente cocido y por ser el restaurante más literario de Madrid, con el permiso, claro de Café Gijón, en marcha desde 1888, mientras que Casa Alberto, en la calle de las Huertas, se alza en el lugar donde Miguel de Cervantes escribió su Viaje del Parnaso.

En 1725 abrió Botín, junto al Arco de Cuchilleros, puede que uno de los más visitados por los turistas, y desde su fundación en 1939 a manos del picador Matías Uceta, ‘Colita’ unió su destino a la tauromaquia la Taberna de Antonio Sánchez, en Mesón de Paredes

Casa Labra, junto a la Puerta del Sol, en la calle de Tetuán, abrió en 1860 y ha pasado a la historia como la taberna donde se fundó el PSOE por parte de Pablo Iglesias el 2 de mayo de 1879. Hoy no hay que dejar pasar sus famosos pinchos de bacalao, de los que llegan a servir más de 4.000 al día.

Poco después, en 1892, se fundaba en la calle de Colón, próxima a la Gran Vía, la Bodega de la Ardosa, a la que siguió Malacatín en 1895, que aun atiende en la calle de la Ruda, próxima al Rastro. La más ‘joven’ del mapa es La Casa del Abuelo y data nada más y nada menos que de 1906.  

La Casa del Abuelo. IlustracioÌn Mario JodraÌ

La Casa del Abuelo. IlustracioÌn: Mario JodraÌ.

Mapas culturales ilustrados

Con una tirada inicial de 60.000 ejemplares -también disponible online en el portal esMadrid– y editado en español e inglés, se trata del último de la colección de mapas culturales ilustrados impulsada por el Ayuntamiento de Madrid que, según la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Andrea Levy, tiene como objetivo “mostrar un Madrid diverso y rico culturalmente. Una forma atractiva de conocer la ciudad a través de rutas que no son convencionales aportando una visión de autor”.

Los doce establecimientos integran hoy una Asociación de Restaurantes y Tabernas Centenarios.

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De barra en barra

Casa Ciriaco: Fundada como tienda de vinos en 1887, toma su nombre de Ciriaco Muñoz Sanz que, con su hermano Pablo, lo transformó en restaurante en 1929. Sirven comida madrileña, incluidos el cocido, los callos y la gallina en pepitoria. Lo frecuentaron el pintor Ignacio Zuloaga -un azulejo recuerda que aquí cenó por última vez, el 25 de octubre de 1945-, los artistas Eduardo Vicente o Gerardo Rueda, escritores como Valle-Inclán, Camba o Bergamín o el humorista Mingote.

Sobrino de Botín: Cándido Remis, el famoso ‘Sobrino de Botín’, abrió este local en 1725. Sus legendarios corderos y cochinillos asados los degustaron escritores como Galdós, Arniches, Camba, Valle-Inclán o Hemingway, pero también políticos, toreros y actores.

Sobrino de BotiÌn. IlustracioÌn Mario JodraÌ

Sobrino de BotiÌn. IlustracioÌn: Mario JodraÌ.

Posada de la Villa: fue el primer establecimiento de su género de Madrid, fundada en 1642. Relanzada como restaurante en 1980. Por Félix Colomo, rinde culto absoluto a lo castizo: cocido madrileños, callos, rabo de toro, gallina en pepitoria y, pese a la lejanía, productos del mar pero muy de Madrid.

Malacatín: fundado por un conquense en 1895, está próximo al Rastro, en la calle de la Ruda, y es otro de los templos del cocido en la ciudad. Su interior está decorado con azulejos y mucha cartelería taurina. Su nombre, tardío, viene de un mendigo que canturreaba “Tin tin tin, Malacatín, tin tin” para ganarse unos chatos, según cuenta Bonet.

Taberna Antonio Sánchez: Fundada en 1839 por un picador, la taberna pasó por varias manos hasta llegar a Antonio Sánchez, que también probó suerte en la lidia así como -aconsejado por Ignacio Zuloaga- con los pinceles. Presume de ser el único establecimiento de su género “sin reformar”, y es cierto.

Casa Alberto: de sabor tradicional y fundado en 1827, ofrece vermut de grifo, callos, rabo de toro y bacalao a la madrileña. En las paredes, cuadros y fotos evocan una clientela taurina (cerca, la calle de la Victoria, la principal zona taurina de la ciudad), teatral (también cerca, el Teatro Español y el de la Comedia) y deportiva.

Lhardy. IlustracioÌn Mario JodraÌ

Lhardy. IlustracioÌn: Mario JodraÌ

Casa del Abuelo: Precisamente en la calle de la Victoria está también el establecimiento más joven del mapa. Por extraño que pueda parecer, es un lugar donde se rinde culto la gamba con diferentes preparacioes, que recomiendan acompañar de vino dulce.

Lhardy: Fundado en 1839, y como pastelería, por el francés Émile Huguenin, “Lhardy”, lo heredó su hijo Agustín, pionero de nuestro paisajismo. Sus salones, entre los que destaca el japonés, los frecuentaron escritores como Gautier, Galdós, Azorín, Rubén Darío, Camba o Ramón Gómez de la Serna, al que emocionan sus comedores “enguantados como si toda la casa estuviese abrigada por un opulento gabán de pieles”. Entre sus platos destacan el ineludible cocido madrileño, los riñones al Jerez, o su aplaudido consomé.

Casa Labra: Junto a la Puerta del Sol, en la calle de Tetuán, se encuentra este local fundado por un asturiano en 1860. Además del bacalao es célebre por sus empanadillas, el rabo de toro y los callos.

Bodegas La Ardosa: Fundada en 1892, evoca la comarca toledana que lleva su nombre, de la que era oriundo un bodeguero que para comercializar sus caldos creó en Madrid una red de tabernas. Está situada en la calle de Colón, próxima a la Gran Vía, y dedica mucha atención a la cerveza, sin olvidar los buenos vinos.

Casa Labra. IlustracioÌn Mario JodraÌ

Casa Labra. IlustracioÌn: Mario JodraÌ.

Café Gijón: Fundado en 1888 por un gijonés , sigue siendo un lugar central de la vida cultural madrileña. Lo han frecuentado Cela, Gerardo Diego, García Nieto y centenares de escritores más, además de artistas plásticos como los escultores Ángel Ferrant (su preciosa Diana lo preside) y Cristino Mallo. Sus años clave los evoca Marino Gómez-Santos, en su Crónica del Café Gijón y también Umbral en La noche que llegué al Café Gijón.

Casa Pedro: La ruta tabernera termina en este establecimiento fundado en 1702 como casa de postas que hoy sirve platos tradicionales a los que suma sus excelentes perdices escabechadas, manitas de cerdo y demás casquería.

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