Aún queda mucho por lo que brindar

Localizado en Espiells, Alt Penedès, Vilarnau es un apelativo que hace referencia al antiguo domus fortificado de los Vila Arnau. La bodega actual precisamente se abastece de las viñas plantadas en el lugar donde los primeros propietarios del domus cultivaban uva en el siglo XII. 

El primer cava Vilarnau salió al mercado en 1949, cuando la familia propietaria empezó a comercializar el cava que desde tiempos anteriores producían las viñas plantadas en la finca Can Petit i Les Planes de Vilarnau. 

En la actualidad, Vilarnau, bodega perteneciente al grupo González Byass, cuenta con 60 hectáreas, entre viñedos propios y controlados. Los cavas de Vilarnau son singulares, artesanales y están muy vinculados a Barcelona como se refleja en el etiquetado y packaging, a través de valores como el modernismo intemporal, la creatividad y el cosmopolitismo.

Enoturismo en Cavas Vilarnau

Su mayor referencial radica en el cultivo sostenible de la viña, en el respeto por el método tradicional y en su firme apuesta por la sostenibilidad y la ecología a partir de técnicas de viticultura de precisión que poseen certificación ecológica. 

Además, Vilarnau está a punto de culminar el gran sueño de que todos sus cavas tengan en el 2019 la certificación ecológica y sean aptos para el consumo por parte de personas veganas.

Los tres puntales de Vilarnau

Los tres puntales sobre los que gira el proyecto de la bodega Vilarnau son: vocación vanguardista, diseño como vehículo de progreso y ecología.

Vanguardista, porque aúna tradición en la creación vitivinícola con modernidad en las formas de gestionarla; diseño, como vehículo de progreso permanente, como se puede apreciar en la propia bodega creada por el arquitecto Luis González y decorada por el interiorista Toni Miró.

Y ecología y sostenibilidad, con un continuo esfuerzo que arranca en el 2013 y que culmina en que todos sus cavas de larga crianza se elaboran de manera ecológica y a partir de uva ecológica 100%. 

Recientemente Vilarnau se ha convertido en la primera bodega de Sant Sadurní d’Anoia en poseer la certificación Wineries for Climate Protection, que reconoce el compromiso con el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático a partir del cultivo sostenible de la viña.

Los números de Vilarnau, por otro lado, sitúan a la bodega en una posición importante. Su producción actual es de alrededor de 1,5 millones de botellas (95% de cava y un 5% de vino tranquilo).

La cava lleva dos años consecutivos de crecimiento con porcentajes de dos cifras y cerró el año fiscal 2017 con un incremento de las ventas del 17% (en el curso anterior ya había crecido un 25%), hasta lograr la cifra récord de los 7 millones de euros de facturación.

Buena parte del crecimiento viene motivado por la buena marcha de sus exportaciones, que suman el 75% de su producción. Venden a más de 40 países, principalmente a Bélgica, Holanda, Reino Unido, Suecia, y EEUU.

Al frente de Vilarnau se encuentra Damià Deàs, enólogo de formación y gerente desde el 2003, que precisamente fue nombrado hace unos meses nuevo presidente del Instituto del Cava, en sustitución de Jaume Gramona.

Deas es responsable no sólo del lugar que ocupa Vilarnau como productora de cava de alta calidad si no también del impulso a un ambicioso programa continuo de promoción y conocimiento del cava que se inicia el 2009 con una importante apuesta por el enoturismo, con 14.000 visitas anuales en la actualidad. 

Damià Deas, alma de Vilarnau. Foto: Ferran Nadeu

Deàs hace hincapié en la utilidad de promocionar el cava mostrando a sus visitantes cómo funciona la elaboración artesanal (Vilarnau elabora en pupitres y con degüelle manual las botellas Magnum y los cavas de más alta gama) de sus cavas Premium a partir de una nueva instalación temática para sus visitantes en la que se van a invertir 150.000 euros.

Por otro lado, se están invirtiendo ahora mismo 350.000 euros en la cubrición (2.000 m2) de los depósitos exteriores de vinificación.