Els 4 Gats: las siete vidas del bar favorito de la bohemia modernista

Un libro sobre el famoso bar Els 4 Gats explora la centenaria historia de este local del Barrio Gótico, elegido por Picasso, Casas, Gaudí y otros talentos

La historia de Els 4 Gats es fiel a la leyenda de los felinos domésticos. Este bar, en el corazón del Barrio Gótico, tuvo siete vidas y sigue adelante. Es tan placentero pasar horas en sus pequeños salones rodeados de obras de arte como descubrir la azarosa historia que hay detrás de su puerta ojival.

Los 122 años de vida son explorados con pasión y precisión por el periodista Jordi Notó, autor del libro ‘Els 4 Gats. Las siete vidas de un local emblemático de Barcelona’, publicado por la editorial de Ayuntamiento de Barcelona con Viena Edicions.

Notó tiene una implicación personal con este local de la calle Montsió: su hermano Pere fue uno de los promotores de la recuperación del mítico bar a fines de los años ’70.

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Y este vínculo familiar le abrió las puertas a archivos, programas, anécdotas y fotografías inéditas, como la de un anciano Joan Miró saboreando un chocolate en 1979.

El cuadro de

El salón modernista es coronado por el cuadro de Ramon Casas con Pere Romeu. Foto: Els 4 Gats.

El epicentro de la bohemia

La pesquisa histórica de Notó se remonta a siglos más atrás, cuando en el espacio de Els 4 Gats existió desde el siglo XIV un monasterio, luego devenido en caserna militar, que fue trasladado en 1882.

Allí se instaló una casa modernista diseñada por Josep Puig i Cadafalch, ricamente decorada en el modernismo más exquisito, donde un amante del arte y la buena vida llamado Pere Romeu abrió un bar. Era 1897, y durante seis años, el lugar fue el epicentro de la bohemia barcelonesa.

Publicidad creada por Ramon Casas en la que se ve a Pere Romeu y otros artistas. Foto: Colección Marc Martí.

Publicidad creada por Ramon Casas en la que se ve a Pere Romeu y otros artistas. Foto: Colección Marc Martí.

Quien quiera saludar a Romeu lo puede ver andando en bicicleta con su amigo, el pintor Ramon Casas, y en la entrada, paseando en un coche. Estos cuadros modernistas son copias, cabe aclarar: los originales están en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.

Romeu era tan amante del arte y los deportes como pésimo administrador: Els 4 Gats cerraría a los seis años

En sus pequeños salones se organizaban tertulias, espectáculos de títeres y sombras chinescas, en un ambiente donde se podía beber y comer a cualquier hora, y en donde un tal Pablo Picasso realizó su primera exposición.

 


120 razones para querer a Els 4 Gats.

Romeu era un espíritu inquieto pero un pésimo administrador. Muchas veces el local se quedaba sin comida, o el dueño perdonaba la cuenta a quien estaba corto de fondos. Así Els 4 Gats cerraría en 1903. Adiós a su primera vida.

Las otras vidas de Els 4 Gats

La segunda fue el período en que el bar estuvo bajo el Círculo Artístico de Sant Lluc, donde pasaron Antoni Gaudí, Eugeni d’Ors y Josep Llimona; en un ambiente más reservado que la locura bohemia anterior.

La Guerra Civil sesgó otra vida, cuando Els 4 Gats fue decomisado por el PSUC para reconvertirlo en ateneo cultural. Pero pero fue en la posguerra, cuando por tres décadas el lugar fue usado como depósito textil.

Joan Miró donó dos cuadros para que Els 4 Gats pueda volver a existir en su ubicación original

Por suerte su patrimonio artístico interior y exterior no fue destrozado, y una empresa de espectáculos lo reabre pero con el nombre de Los Cuatro Gatos.

La sexta es la reapertura con el nombre original en 1978 un local situado frente al bar original, hasta que la empresa textil cerró y, en la séptima vida ya en 1983, se volvió a los bajos de la casa modernista.

Els 4 Gats. Las siete vidas de un local emblemático de Barcelona’, publicado por la editorial de Ayuntamiento de Barcelona con Viena Edicions.

Els 4 Gats. Las siete vidas de un local emblemático de Barcelona, publicado por la editorial de Ayuntamiento de Barcelona con Viena Edicions.

El apoyo de Miró

Esta última fue una labor quijotesca, donde Pere Notó y otros intelectuales entusiasmados con la ola democrática de la transición se dispusieron a recuperar Els 4 Gats.

Uno de los que se comprometió con la resurrección fue Joan Miró, quien donó dos obras de arte para conseguir financiamiento. El artista se conmovió cuando recordó que en el local solía ir a ver títeres cuando era pequeño.

Joan Miró dona uno de sus cuadros para ayudar al regreso de Els 4 Gats. Foto: Cesc Notó.

Joan Miró dona uno de sus cuadros para ayudar al regreso de Els 4 Gats. Foto: Cesc Notó.

Anécdotas y artistas

Miró es uno de los artistas que pasan por las páginas del libro de Notó, como Santiago Rusiñol, Maria Aurèlia Campany, Josep Lluis Sert, Paco Farreras, Carme Sansa o Quico Pi de la Serra.

El autor también aporta divertidas anécdotas de la larga historia del local, la revista literaria publicada a principios del siglo XX y resucitada, efímeramente, en la última etapa y la tradición de los títeres; entre otros aspectos.

Actualmente Els 4 Gats es más visitado por turistas que barceloneses. No hay bohemios que pase horas sobre discutiendo cómo cambiar el mundo, pero sí mantiene una intensa vida cultural y artística; y en sus paredes, mosaicos y hasta en la fachada modernista se puede descubrir una apasionante historia, que este libro ayuda a profundizar.

Marioneta de gatos de la primera época del local. Se dice que su autor es Pablo Picasso. Foto: Archivo Fotográfico de Barcelona.

Marioneta de gatos de la primera época del local. Se dice que su autor es Pablo Picasso. Foto: Archivo Fotográfico de Barcelona.

 

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