El tango no es argentino

En el centenario de La Cumparsita resurge la clásica disputa por la cuna de este estilo musical

No, el tango no es argentino. En rigor, es rioplatense, o sea, su nacimiento es compartido por los dos países que comparten las orillas del Río de la Plata, Argentina y Uruguay. Esta precisión es necesaria por varios factores: este centenario estilo musical representa el pulso y el alma de dos ciudades hermanas como son Buenos Aires y Montevideo, pero poco tiene que ver con la tradición de ritmos autóctonos que exhiben los pueblos del norte argentino o la similar identidad folclórica de los gauchos de las pampas y las serranías uruguayas.

La discusión si Carlos Gardel, el cantante de tangos más popular de la historia, nació en Uruguay, Argentina o Francia no tiene sentido: está más que probado que Charles Romuald Gardes nació un 11 de diciembre de 1890 en Tolouse.

Cabe recordar que este ‘paisito’, como los uruguayos gustan de llamar a su nación, es tierra de grandes compositores y cantantes del tango, como Julio Sosa (llamado ‘el varón del tango’, por su estilo recio al cantar), José Razzano, Francisco Canaro, Horacio Ferrer, Elsa Morán, Jaurés Lamarque Pons y Carlos Roldán; entre otros.

La (segunda) canción más famosa del mundo

Y hace cien años en las calles de Montevideo el músico uruguayo Gerardo Matos Rodríguez creó el tango más famoso del mundo: La Cumparsita. Dicen los expertos de esta tierra que es la segunda canción más interpretada del siglo XX, sólo por detrás de Yesterday de The Beatles.

Por ello Uruguay en general, y Montevideo en particular, aprovechan este centenario para difundir su patrimonio tangueros. En el Museo del Tango La Cumparsita se pueden descubrir un sinfín de versiones del tema, desde rockeras interpretadas por irlandeses hasta adaptaciones en clave de folclore de Mongolia.

Para escucharlo como fue originalmente, se pueden reproducir viejos vinilos en gramófonos (con el tradicional sonido de frituras), ver diferentes posters que promocionaban la melodía y la película filmada en 1947, y por supuesto, en la tienda de recuerdos comprar sombreros tangueros y reproducciones de la partitura.

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El Baar Fun Fun, uno de los sitios clave de Montevideo para descubrir el tango.

Festejos, bailes y shows

“Esta canción representa el testimonio que Uruguay es el co-fundador del tango junto con Argentina, y recuerda los tiempos en que la cultura del Río de la Plata se difundía por todo el mundo”, dice la directora del museo, Monica Kaphammel, a The Guardian.

Como parte de los festejos el gobierno uruguayo ha decretado que octubre sea el Mes del Tango, y entre las celebraciones se multiplican la realización de ‘milongas’, que son los bailes que se organizan tanto en elegantes salones como en locales de las afueras algo sórdidos y marginales.

Estos días Montevideo acoge el festival principal, llamado Viva el Tango, organizado por la compañía Joventango, una de las más prestigiosas del país, y otras instituciones, como el Teatro Solís (el más importante de la ciudad) y el Mercado de la Abundancia.

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La compañía Joventango enseña a bailar en las ‘milongas’.

Dónde sentir el tango en Montevideo

Uno de los lugares recomendados para escuchar, aprender y bailar este estilo es el Baar Fun Fun, un local fundado en 1895 frecuentado por celebridades y tangueros anónimos, donde todavía se bebe la ‘uvita’ (vino con azúcar). Más sofisticado es el Primuseum, una antigua casona de 1870 que ofrece shows y cena, además de acoger un interesante museo con reliquias de este movimiento musical.

Tampoco hay que dejar pasar la oportunidad de pasar por El Milongón, que además de tango ofrece shows de danzas folclóricas y candombe. La gastronomía uruguaya, como corresponde, es de porciones abundantes y sus vinos sorprenden por su calidad.

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