El bosque donde la lluvia se convierte en arte

En un bosque de Trento, a una hora de Venecia, un artista convierte 5.000 gotas de plástico, agua y nieve en una obra de arte

Suspendida sobre un claro dentro de un bosque de pinos, dentro del parque de esculturas italiano Arte Sella, en la localidad de Borgo Valsugana (Trento), al norte de Italia, descansa ‘Reservoir (Ascesa)’, una escultura del artista John Grade formada por 5.000 gotas de agua.

El sonido de la lluvia al caer desde las copas de los árboles sirvió de inspiración al artista norteamericano, que utiliza con frecuencia las formas generadas por los cambios geológicos y el mundo natural para dar forma a obras de gran tamaño surgidas de entornos tan dispares como las montañas de Nevada, los bosques de Guatemala o las tierras del Círculo Polar Ártico.

La escultura está viva; a medida que el agua de la lluvia o la nieve se acumula sobre las gotas, la posición y forma de las redes cambia bajo el efecto del peso

Reservoir Ascesa. Foto John Grade Studio.
La escultura cambia al llenarse de agua o nieve. Foto John Grade Studio.

[Para leer más: Las manos gigantes invaden Venecia]

5.000 gotas de agua y luz

Las 5.000 gotas que integran la escultura están realizadas en plástico termoformado y envueltas en tiras de cedro amarillo de Alaska, formando una cavidad que recibe el agua de la lluvia y la nieve.

Las gotas se unen a su vez a dos redes de filamentos transparentes con anillos centrales de acero inoxidable sujetas a los troncos de los árboles.

El bosque permite obtener diferentes puntos de vista de la escultura. Foto John Grade Studio.
Cada pequeña gota cambia de posición bajo el peso del agua. Foto John Grade Studio.

Una escultura cambiante

La escultura está viva; a medida que el agua de la lluvia o la nieve se acumula sobre las gotas, la posición y forma de las redes cambia bajo el efecto del peso.

Cuando el agua se evapora, la escultura asciende y vuelve a su configuración original que pesa, alrededor de 37 kilos aunque, con agua, puede sobrepasar los 360.

Sin embargo, está hecha de modo que, además de no dañar en absoluto a los árboles a los que se ancla, se mantenga siempre al menos a tres metros sobre el suelo.

Cuando el agua se evapora, la escultura asciende y vuelve a su configuración original que pesa, alrededor de 37 kilos aunque, con agua, puede sobrepasar los 360

Incluso una lluvia muy ligera basta para crear movimiento y delicados efectos ópticos.

Reservoir Ascesa. Foto John Grade Studio
Reservoir Ascesa. Foto John Grade Studio.

Periódicamente, además, la escultura se manipula para variar su forma coincidiendo con un grupo de bailarines que ofrece un espectáculo de modo que se logra que las formas se muevan al ritmo que marcan los artistas.

Mientras tanto, la accidentada topografía que rodea el claro del bosque ofrece a los espectadores diferentes posiciones y puntos de vista de la masa de gotas en movimiento.

La escultura descansa en una estructura formada por redes. Foto John Grade Studio.
La escultura descansa en una estructura formada por redes. Foto John Grade Studio.

a.
Ahora en portada