Cinco rincones de Bangkok que nadie se puede perder

Entre el Bangkok tradicional y el más vanguardista hay que tener en cuenta estos cinco puntos imprescindibles de la capital de Tailandia

Los viajeros la adoran y, de hecho, Bangkok revalidó su título y se convirtió, por cuarto año consecutivo, en la ciudad más visitada del mundo -por encima de París y Londres-, con más de 22 millones de visitantes en 2018, según el ranking que elabora Mastercard. De templos tradicionales a ultramodernos edificios, y de visitas típicas a auténticos secretos, paseamos por Bangkok para descubrir los imprescindibles de esta ciudad fascinante.

Nos perderemos en la fastuosa decoración de los templos budistas de Bangkok que sorprende a los visitantes de Tailandia, la misma fascinación que se siente cuando se toma una copa a más de 260 metros de altura en un lujoso bar.

En nuestra selección hay espacio para sitios tradicionales que ningún visitante puede dejar de conocer, pero también para otros más ocultos y que son una auténtica sorpresa.

Wat Phra Kaeo

Este grupo monumental, que forma parte del Palacio Real, es el punto histórico más importante de Bangkok. Sus dos kilómetros de murallas encierran diversos templos, santuarios y galerías dedicadas a Buda y a reliquias de la familia real.

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La vista no alcanza para captar tantos detalles de figuras mitológicas, entre divinidades que custodian las entradas a los edificios –la mayoría cerrados al público- y demonios que decoran las paredes ricamente adornadas, como si la lucha del bien y el mal de las sagas hindúes continuara en la vida de carne y hueso.

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Detalle del templo del Buda Esmeralda. Foto: JPCh.

El más majestuoso de todos los edificios, y el único al que se puede acceder, es el bot que guarda una imagen del Buda Esmeralda, aunque en realidad es una figura de jade. Además de ver su interior cabe detenerse a contemplar las pinturas que describen la victoria de Buda sobre Mara, el dios de la muerte.

Wat Phra Kaeo es el conjunto histórico de templos, pagodas y santuarios más importante de Bangkok

Otro de los edificios emblemáticos es la cúpula dorada que, se supone, guarda un trozo del esternón de Buda, y a su lado, el Phra Mondrop, otro edificio ricamente decorado que contiene valiosos escritos budistas.

Si hay tiempo, tómese un buen rato siguiendo las pinturas de las galerías internas, que describen diversas historias de la mitología hindú.

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Los templos están ricamente decorados en estilos tradicionales. Foto: JPCh.

En el otro sector se encuentra el Palacio Real, que ya no es la residencia del rey de Tailandia, pero que se usa para algunos actos oficiales. Vale la pena caminar por sus jardines y ver la ampulosidad de edificios como el salón del trono Dusit.

Wat Pho

Este es el templo más grande –y más antiguo- de Bangkok. El principal atractivo es la estatua de un Buda yaciente, de 46 metros de largo, de un dorado resplandeciente, encerrado en un elegante edificio llamado wihan. Atención al detalle de las figuras que se despliegan debajo de la planta de sus pies.

El templo de Wat Pho es un oasis de calma, sobre todo por las noches, en medio del frenético ritmo de vida de Bangkok

En este conjunto religioso se suelen ver a monjes budistas que viven en un edificio contiguo. El sitio rebosa paz y tranquilidad, una agradecida combinación frente al intenso tránsito de la ciudad.

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Por las noches el templo de Wat Pho destila tranquilidad. Foto: JPCh.

El lugar también es un famoso centro de medicina tradicional, y su enseñanza se solía impartir con unas interesantes figuras grabadas en placas de piedra de varios pabellones.

El bot (templo) principal guarda una pirámide ricamente adornada con detalles dorados con una imagen de Buda meditando. Cerca hay un árbol que según la leyenda es un retoño del Ficus religiosa de la India bajo el cual Siddhartha Gautama, el futuro Buda, solía pasar horas buscando la iluminación, explica la guía Napha Ploykrajang.

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Las pagodas guardan las cenizas de los cuatro primeros reyes de la actual dinastía. Foto: JPCh.

En el lugar se elevan cuatro chedis (pagodas) construcciones escalonadas con una cúpula en forma de aguja que guardan las cenizas de los cuatro primeros reyes de la dinastía Chakri, la actual casa real.

Chinatown

Para pasear por el barrio chino de Bangkok se recomienda tener una perspectiva de turismo antropológico. Estas callejuelas pequeñas y ruidosas suelen estar semi invadidas de tenderetes, restos de repuestos de coches (en el lugar funcionan varios talleres) y toda clase de aromas.

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Entrada a un templo en el barrio chino de Bangkok. Foto: JPCh.

Pero la experiencia vale la pena. Las calles se diferencian por actividades: allí están las que venden especias, aquella otra tiene parafernalia religiosa, esa otra se especializa en artículos de oro y joyas, está la que venden toda clase de ungüentos y polvillos medicinales y unas cuantas que ofrecen alimentos frescos y en conserva. Quizás la calle más bonita es Pak Khlong, que durante 24 horas vende flores en una bonita explosión de color y decoración.

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Cada tanto se encuentra algún templo, como el de Li Thi Miew y sus poderosos dragones, o el de Sanchao Dtai, donde los fieles suelen quemar billetes (de mentirilla) para dar suerte al viaje a la otra vida de sus familiares fallecidos.

Casa de Jim Thompson

En el centro de Bangkok, algo oculto en una pequeña calle y junto a un canal, se encuentra la casa de Jim Thompson, el industrial estadounidense que catapultó la ancestral técnica tailandesa de los tejidos de seda.

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Jim Thompson unificó cinco casas tradicionales para crear su vivienda. Foto: JPCh.

Cuando servía en el ejército de EEUU Thompson se enamoró del país y quedó atrapado por la delicada producción de tejidos con los hilos que generan estos gusanos.

Jim Thompson reconstruyó cinco casas tradicionales tailandesas para atesorar su valiosa colección de arte tradicional asiático

Devenido en un rico industrial textil, gran parte de su fortuna la destinó a comprar obras de arte tradicionales en Tailandia, China y otros países de Oriente.

Además construyó su vivienda con cinco casas que trajo, madera por madera, de diferentes rincones del país asiático.

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Elaboración tradicional de la seda. Foto: JPCh.

Thompson desapareció misteriosamente en 1967 en Malasia, y una fundación se encarga de proteger este patrimonio arquitectónico que guarda su colección de arte.

Consejo: si quiere regalar un recuerdo de alta gama, se sugiere pasar por la tienda y ver la excelente calidad de los pañuelos de seda. Valen la pena.

Copas en las alturas

Lebua es uno de los hoteles más lujosos de Bangkok. Ubicado al lado del río Chao Phraya, es fácil reconocerlo a la distancia. La razón es su cúpula dorada, el Domo, ubicado a 265 metros de altura, que presenta una sofisticada oferta de una docena bares y restaurantes para cenar o tomar una copa entre rascacielos.

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El bar Distil es buscado para el postureo al atardecer. Foto: JPCh.

Estos son el Sky Bar, con una terraza que se asoma al vacío y que no es apta para los que tengan vértigo; el vecino Sirocco, restaurante de aire mediterráneo y donde suelen tocar interesantes bandas de jazz; el Distil –ubicado en el lado contrario del Domo-, que es meca de adictos a las fotos de atardeceres para Instagram; el Al Fresco 64, con una interesante carta de whiskies Chivas Regal; y el restaurante Mezzaluna con su vista de 360 grados.

El hotel Lebua cuenta con una decena de bares y restaurantes ubicados a 265 metros de altura

Doce niveles más abajo se encuentra el sofisticado bar Breeze con su pasarela futurista; el Lebua No 3 con sus juegos de luces interactivos; el romántico Flute A Perrier Jouet Bar, todo un imperio del color rosa; y el futuro restaurante Chef’s Table.

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El Sky Bar se encuentra a 265 metros de altura. Foto: JPCh.

En este establecimiento, a punto de abrir, se invirtieron 100 millones de dólares. Un 10% fue destinado para su cocina importada de Francia y la elegante campana extractora, cuenta a Cerodosbé su directora de Desarrollo Thanankom Rattana-Asanarom.

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