Chimeneas por cultura: la segunda vida de la arquitectura industrial

Minas en la República Checa, fábricas de automóviles en Italia o de tabaco en España; así es como se reconvierte una factoría en un centro cultural

Con el declive de la producción industrial en Europa y el traslado de fábricas a otros lugares del mundo – eso que llaman deslocalización- muchos grandes centros de producción quedaron abandonados. Edificios históricos y con hectáreas de terreno languidecían sin remedio. Pero algunos encontraron una vía para revivir. De la mano de la cultura.

Cambiando chimeneas por exposiciones, maquinaria por arte y humos por espectáculos, lugares como el Matadero de Madrid, la factoría de Philips en Eindhoven, unos altos hornos en la República Checa, una vieja estación de ferrocarril en París, una fábrica de hilos en Lisboa o un molino de harina en Newcastle encontraron la forma de volver a la vida convertidos en galerías y centros de arte, espacios para espectáculos y hasta originales restaurantes y hoteles.

Un total de 48 edificios y 12 hectáreas daban cabida al mayor matadero y mercado de ganados de Madrid

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Matadero Madrid

Construido para servir como matadero y mercado municipal de ganados de Madrid, fue el gran centro proveedor de carnes de la ciudad en las décadas centrales del siglo XX. Se extendía sobre 12 hectáreas y 48 edificios construidos en arquitectura neomudéjar, diseñados por el arquitecto municipal Luis Bellido y González y fue construido entre 1910 y 1925.

Matadero Madrid. Foto Wikimedia Commons.

Matadero Madrid. Foto: Wikimedia Commons.

Las instalaciones, antes en las afueras y ahora en una ubicación inmejorable junto al río Manzanares, estuvieron en uso hasta 1996. Aunque algunos de sus edificios habían comenzado a dedicarse a nuevos usos, como las sedes de la Compañía Nacional de Danza y el Ballet Nacional de España, no fue hasta el año 2003 cuando se decidió su transformación completa en el gran espacio cultural que es hoy, conocido como Matadero Madrid, que abrió sus puertas en 2007.

Promovido por el Área de Gobierno de Cultura, Turismo y Deportes del Ayuntamiento de Madrid, hoy es un centro global de creación contemporánea. Bajo la dirección artística de Rosa Ferré, articula una programación interdisciplinar que conecta artes escénicas, visuales, literatura, filosofía, cine, música y actividades transmedia.

Strijp-S, Eindhoven

Un total de 27 hectáreas en pleno centro de Eindhoven, en los Países Bajos, estuvo ocupado durante buena parte del siglo XX por la gigantesca fábrica de Philips, un complejo que se conocía como la ‘ciudad prohibida’ por las limitaciones de acceso a quien no tuviese relación directa con la marca.

Area51, en el barrio de Strijp S, el barrio más 'cool' de Eindhoven. Foto Turismo de Holanda.

Area51, en el barrio de Strijp-S, el barrio más ‘cool’ de Eindhoven. Foto: Turismo de Holanda.

La marca de la multinacional fue un golpe duro para la ciudad, pero también le proporcionó gigantescos espacios que rápidamente atrajeron a artistas, jóvenes profesionales y diseñadores, que trajeron la modernidad y se convirtieron en punta de lanza de las nuevas tendencias en Europa, como Piet Hein Eek.

Hoy el renombrado Strijp-S alberga instituciones como el Museo MU, el parque de creaciones de Realidad Virtual Enversed, además de un mercado gastronómico coronado por un invernadero donde se cultivan verduras orgánicas, o Area 51, uno de los mayores skateparks de Europa.

LX Factory, Lisboa

Hoy es el mercado más vanguardista de Lisboa, pero LX Factory fue concebida en realidad como icono de la modernidad industrial y con fines mucho más prácticos: la fabricación de hilos y tejidos, que se inició en 1846 con la instalación de la Companhia de Fiação e Tecidos Lisbonense.

El barrio de Alcántara, orgullo económico de la capital portuguesa en el siglo XIX y principios del XX, quedó prácticamente abandonado hasta que, en 2008, se inauguró este nuevo recinto que suponía la vuelta a la vida de las instalaciones de 23.000 m2 que ahora acoge a empresas y profesionales de la industria creativa y que ha sido escenario de todo tipo de eventos de moda, publicidad, comunicación, multimedia, arte, arquitectura y música.

LX Factory Ler Devagar. Foto Wikimedia Commons

LX Factory Ler Devagar. Foto: Wikimedia Commons.

Entre edificios de ladrillos cuajados de graffitis reivindicativos se alternan comercios de decoración como Wish Concept Store, restaurantes como la Cantina o Landeau Chocolate (dicen de ella que ofrece la mejor tarta de chocolate de la ciudad).

Aunque, sin duda, uno de sus grandes atractivos es la librería Ler Devagar. Con un evocador nombre que se traduce por “leer despacio” y su ya icónica figura articulada de la bicicleta voladora, es un lugar absolutamente mágico, repleto de librerías conectadas por pasarelas y escaleras metálicas, salpicada de esculturas y maquinarias de impresión antiguas, con su propio bar y una animada agenda que incluye conciertos, lecturas y exposiciones. También, claro, miles de libros.

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Baltic Art, Newcastle upon Tyne

Un antiguo molino de harina a orillas del Tyne en Newcastle es hoy el espectacular Centro de Arte Moderno Baltic. Del edificio original de los años 50 del siglo XX apenas se conservaron las fachadas sur y norte en el proyecto que arrancó en 1991 y no se inauguró hasta julio de 2002.

El estudio Ellis Williams Architects de Londres se encargó de esta magnífica obra que dio lugar a un espacio de 3.000 m2 que se divide en cuatro galerías, un espacio flexible, estudios de artistas, sala de cine y conferencias, tienda, biblioteca y archivo para el estudio de arte contemporáneo, además de un restaurante en la azotea que corona el edificio, en la sexta planta.

Centro de arte moderno Baltic. Foto Visitbritain.

Centro de arte moderno Baltic. Foto: Visitbritain.

La exposición inaugural, B.OPEN, contó con el trabajo de Chris Burden, Carsten Holler, Julian Opie, Jaume Plensa y Jane & Louise Wilson, y atrajo a más de 35.000 visitantes solo en la primera semana.

Desde entonces, Baltic ha presentado más de 226 exposiciones de obras de 476 artistas de 64 nacionalidades y ha recibido más de 8 millones de visitantes.

Dolní Vítkovice, Ostrava

Si aún necesitas un ejemplo para abandonar la idea de que la arquitectura industrial no es bella, solo tienes que poner rumbo al área Dolní de Vítkovice. Incluido en la Lista de Patrimonio Cultural Europeo, esta magnífica reconversión de un complejo minero adopta la forma de centro cultural que acoge, cada año, uno de los mayores eventos musicales de la República Checa, el festival Colours of Ostrava.

Coronado por la Bolt Tower, de 77,7 m de altura, donde además se puede tomar un excelente café con no menos excelentes vistas,

El complejo de altos hornos se fundó en 1828 y en 1843 pasó a ser controlado por la familia Rothschild. En 873 era ya uno de los complejos industriales más importantes de toda Europa, con más de 10.000 empleados.

DolniÌ ViÌtkovice. Foto Pixabay.

DolniÌ ViÌtkovice. Foto: Pixabay.

En 1946 la planta fue nacionalizada y antes de la Revolución de Terciopelo de 1989 llegó a concentrar 43.000 empleados. La producci´n de hierro terminó sin embargo en 1998, 162 años de su puesta en marca, y el negocio se dividió y se privatizó.

En lugar de derribar el enorme recinto en desuso se decidió revitalizar el área y orientarlo a fines educativos y culturales. La primera etapa finalizó en 2012 con la apertura al público del alto horno número uno, el gasómetro y la central energética. Otros espacios siguieron sus pasos, como la mina carbonera de Hlubina, para sumarse a un proyecto cultural que aúna residencias de artistas, club de música, salas de exposiciones y de estudio, talleres artísticos y un gran museo de la minería, Landek Park, en las galerías de la histórica mina Anselm.

Lingotto, Turín

Posiblemente uno de los edificios industriales más espectaculares del siglo XX, el Lingotto fue encargada por la FIAT al arquitecto Giacomo Mattè Trucco en 1916 para albergar una fábrica de automóviles.

Abrió sus puertas siete años más tarde y, durante casi 60 años en sus plantas, entendidas como una gigantesca cadena de producción, se llegaron a fabricar 80 modelos de la firma italiana. Albergaba incluso una pista de pruebas, de 24,4 m de ancho por 2,4 km de largo en la que se probaban los vehículos.

Pinacoteca Agnelli. Foto Arno Senoner Unsplash

Pinacoteca Agnelli. Foto: Arno Senoner | Unsplash.

Tras su cierre, que causó conmoción en Italia, el arquitecto Renzo Piano transformó el complejo en un nuevo espacio para la ciudad, inaugurado en 1989, dotado de sala de conciertos, cine, tiendas, un centro de exposiciones y hasta un hotel.

En 2002 se abrió la Pinacoteca Giovanni e Marella Agnelli, también obra de Piano, donde las obras de Canaletto, Matisse, Picasso, Renoir, Bellotto flotan sobre la pista de pruebas del edificio, dentro de un ‘cofre’ (como lo llama Piano) de 400 toneladas apoyado únicamente en 4 puntos.

Tabakalera, San Sebastián

Otra de las grandes reconversiones de edificios industriales en nuestro país la encontramos en Donostia. Inaugurado en 1913 como fábrica estatal de tabaco, contaba con 26.000 m2 (hoy 37.000) que la convertían en uno de los mayores edificios de la ciudad que se ubica en el Paseo del Duque de Mandas, entre el hermoso parque de Cristina Enea, la estación central de autobuses y la Estación del Norte.

A lo largo de 90 años funcionó como fábrica de tabaco; ya en 1925 trabajan en ella más de 1.000 personas, casi todas mujeres. Tras la privatización de la explotación del tabaco en España la factoría pasó a manos de Altadis, que decidió su cierre en 2003.

Interior de Tabakalera. Foto Juan Herrero EFE.

Interior de Tabakalera. Foto: Juan Herrero EFE.

Ya en manos de la Diputación de Guipúzcoa y el Gobierno vasco, Tabakalera experimentó una renovación arquitectónica (2011-2015) a cargo del estudio 3 en Raya de Jon y Naiara Montero que lo convirtió en un centro de cultura contemporánea, abierto a la ciudad, que invita a los ciudadanos a participar y que acoge e inspira todo tipo de proyectos e instituciones culturales.

Crear, explorar, experimentar, colaborar, traspasar fronteras interdisciplinares y formar una comunidad creativa son ahora sus objetivos mientras que sus principales ámbitos de actuación pasan por el cine y la producción audiovisual, pero también el arte contemporáneo y las industrias creativas y culturales; especialmente el diseño y la gastronomía creativa. También acoge otras actividades relacionadas con la música, la moda y las artes performativas.

La Recyclerie, París

Menos ambicioso, el proyecto de La Recyclerie, en el parisino distrito 18, transformó una antigua estación de ferrocarril de la línea en desuso Petite Ceinture, que rodeaba la capital gala, en un espacio multidisciplinar donde todo gira en torno al reciclaje.

Cuenta con un restaurante de comida vegana y vegetariana que emplea los productos cultivados a lo lago de las antiguas vías del tren (menú de 13 euros a la hora de almuerzo), taller para arreglar todo típo de artículos estropeados y espacios para realizar clases y talleres sobre reparaciones, así como eventos nocturnos que incluyen la proyección de viejas películas con los rollos originales.

Foto La Recyclerie

Foto: La Recyclerie.

 

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