Cerrojazo al Taj Mahal: la India se harta de las masificaciones

El gobierno indio limita las visitas al Taj Mahal a tres horas diarias para evitar la degradación del monumento

El Taj Mahal, el monumento construido en el siglo XVII que por su belleza es una de las siete maravillas del mundo moderno, sufre los efectos de la masificación de visitantes.

Alrededor de ocho millones de personas lo visitan cada año, de las cuales solo el 10% son turistas internacionales. El resto son ciudadanos de la India, que tienen la costumbre de llegar temprano y quedarse en los inmensos jardines hasta el atardecer.

Esto crea un cuello de botella que impide que mucha gente, que sólo quiere pasar un par de horas en el lugar, pueda disfrutarlo sin tener que abrirse paso entre las multitudes, que se incrementan cuando es un día festivo o en vacaciones, y que pueden llegar hasta los 70.000 visitantes.

Freno a las visitas

Para frenar la saturación de visitantes el gobierno indio limitará las visitas a 40.000 personas por día, y la estancia no podrá durar más de tres horas. La medida se aplicará sólo para los ciudadanos indios, que pagan una entrada de 50 centavos de euro, mientras que los extranjeros abonan un billete de 13 euros.

De esta manera, el gobierno indio quiere descomprimir las visitas sin perjudicar al turismo extranjero, un importante generador de divisas para el país.

Durante cada día se pondrán en venta 40.000 entradas, y ni una más. Si un visitante indio quiere entrar cuando el cupo se haya agotado puede adquirir uno de los pases exclusivos para turistas.

Un nuevo billete

El Servicio ArqueoloÌgico de la India (ASI) también dispuso que haya un nuevo billete de tres euros que permitirá entrar en las instalaciones del gigantesco mausoleo, construido por el emperador mongol Shah Jahan como homenaje a su esposa Mumatz Mahal.

El gobierno limitará las visitas al Taj Mahal a tres horas, pero sólo alcanzará a los ciudadanos indios

De esta manera, se dará una preferencia a los visitantes que realmente están interesados en conocer el monumento frente a los que sólo van allí a pasear y disfrutar de los jardines.

Los peligros de la masificación

El ASI espera que de esta manera no sólo se proteja mejor el mausoleo, que periódicamente tiene que ser reparado (aunque en condiciones muy precarias para sus obreros), sino que quiere despejar el peligro de avalanchas que pueden ocurrir en fechas de gran concurrencia.

Límites al aluvión de turistas

Este freno recuerda a las medidas tomadas por el gobierno tailandés para limitar la entrada a Maya Bay, playa de las islas Phi Phi que aumentoÌ masivamente el nuÌmero de visitantes despueÌs de que apareciera en la peliÌcula La Playa, protagonizada por Leonardo DiCaprio.

En Barcelona, desde que el Ayuntamiento ha decidido cobrar 7,5 euros la entrada al Park Güell (excepto para los residentes que hayan gestionado su pase por internet), ha disminuido el flujo de asistentes, y así las autoridades se han asegurado que los visitantes son los que realmente están interesados en conocer esta obra de Antoni Gaudí.

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