Bodegas y camelias: una forma diferente de descubrir Galicia

Un viaje de cuatro días para disfrutar de los mejores vinos gallegos maridados con los más espectaculares jardines y parques donde florece la camelia

Solo en Galicia crecen más de 8.000 especies de camelia. La delicada flor tropical, que llegó a los jardines gallegos a finales del siglo XVIII procedente del lejano Oriente, contagió de exotismo y color el paisaje de la región. Ahora que estamos necesitados de naturaleza y aire libre, nos damos un ‘baño de jardín’ -la variante urbana de los baños de bosque– y disfrutamos de grandes vinos siguiendo el hilo conductor de la dama de las flores.

La flor favorita de Coco Chanel, símbolo de sofisticación para la maison francesa, que también enamoró a Marcel Proust -miles de dandies la llevarían después en su solapa- y que llevó a la literatura Alexandre Dumas en su obra La dama de las camelias, hizo de Galicia su reino.

Primero para alegrar la vista de la nobleza en sus pazos y casas señoriales, y después en jardines públicos de toda la geografía, podemos seguir su rastro de colores blanco, rosa, rojo o amarillo tiñendo el paisaje en cualquier momento del año.

Y es que, aunque la mayor época de floración es el invierno, podemos encontrar hermosas camelias en todas las estaciones.

Existen camelias rojas, rosas, blancas, amarillas o jaspeadas. Foto Tomoko Uji Unsplash

Existen camelias rojas, rosas, blancas, amarillas o jaspeadas. Foto: Tomoko Uji | Unsplash.

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Existen diferentes formas de disfrutar de esta ruta de la camelia, que transcurre entre las provincias de A Coruña y Pontevedra, pero nos decantamos por esta que conjuga, en cuatro días, los más bellos jardines palaciegos con algunos de los más espectaculares viñedos y las bodegas de albariño de las Rías Baixas. Sin olvidar, claro, mariscos, pescados, empanadas y otras delicias gastronómicas.

Día 1: Cambados, la cuna del albariño

El viaje comienza en la comarca de O Salnés, en las Rías Baixas, donde se encuentra la viña señorial y marinera de Cambados. Nos detenemos en el impresionante Pazo de Bazán, del siglo XVII, habitado por distintos miembros de la familia Bazán entre los que se cuentan la escritora Emilia Pardo Bazán y hoy Parador de Cambados, que hacemos nuestro centro de operaciones.

Justo enfrente, en la Alameda da Calzada, se celebra en agosto la Festa do Vino Albariño, una fiesta dedicada al buen comer y el buen beber en casetas instaladas por los bodegueros y donde se pueden probar los mejores albariños acompañados de buenos mariscos de la ría.

El Museo Etnográfico e do Viño es un buen lugar para descubrir los secretos del vino de O Salnés y entender por qué el albariño está considerado como uno de los mejores blancos del mundo. Con la teoría bien aprendida llega el momento de la pasar al a práctica, concretamente en el barrio de Fefiñáns, de aire aristocrático, en torno a la plaza del mismo nombre donde. Merece la pena detenerse en el Pazo de Fefiñáns que alberga, desde 1904, la consideraba bodega más antigua de la zona: Palacio de Fefiñanes.

Pazo de FefiñaÌns. Foto Turismo de Galicia.

Pazo de FefiñaÌns. Foto: Turismo de Galicia.

Además de recorrer sus distintas salas de fermentación, crianza y embotellado hay que visitar el viñedo histórico del pazo y el ‘bosque mágico’ (las visitas las organiza Bodega Gil Armada), una impresionante bóveda vegetal con especies como el boj, el roble o el castaño centenario. Por supuesto, también el jardín, salpicado de colores y aromas que desprenden rosas, peonías o lilas.

Día 2: pazos de Vialgaría de Arousa

Muy cerca de Vilagarcía de Arousa, comenzamos el segundo día visitando el Pazo de Rubianes, un espectacular recorrido a través de viñedos, bosque, parque y unos jardines que tienen a la camelia como gran estrella. Desde que el duque de Caminha se las regalase a los señores de esta finca a principios del siglo XIX, el mimo en su cultivo ha permitido que hoy florezcan más de 35 especies y 800 variedades que hacen del de Rubianes un jardín majestuoso, nombrado en 2014 Jardín de Excelencia por la por la Sociedad Internacional de la Camelia.

Otras sorpresas de este lugar son las vistas sobre Vilagarcía de Arousa desde lo alto de una ladera cultivada de vides de albariño, el eucalipto más grande de Europa, con 14 m de perímetro, el conjunto de alcanforeros (el árbol de cuya planta se elabora el alcanfor) que crece entre palmeras, magnolias y alcornoques, y otras instalaciones del pazo, entre ellas la panadería, las caballerizas o las cuadras, que hoy acogen la tienda.

Si es la hora de comer, la mejor idea es llegar hasta el pueblo de Carril, donde descubrir por qué tienen ganada la fama sus reconocidas almejas.

Pazo de RubiaÌns. Foto Turismo de Galicia.

Pazo de Rubianes. Foto: Turismo de Galicia.

Después es el turno de uno de los ejemplos de jardín palaciego más increíbles de Galicia: el Pazo Quinteiro da Cruz, en la parroquia de Lois (Ribadunia). No solo cultiva más de 1.000 variedades de camelia, sino que ha sido reconocido en varias ocasiones con la distinción ‘Camelia de Oro’ que organiza el Concurso Internacional de la Camelia.

Y de la capital de la camelia pasamos a la del marisco: O Grove, donde merece la pena recorrer el paseo marítimo, observar la actividad de su puerto deportivo y, claro, darse un homenaje en alguna de las marisquerías de la zona como la Taberna Lavandeiro, el Mesón do Mar o la marisquería A Solaina.

Una buena opción para dormir pasa por desplazarse a la Isla de la Toja y dejarse mimar en sus hoteles-balneario, símbolo de lujo y termalismo.

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Día 3: de travesía por la ría de Arousa

Estrenamos el tercer día con una travesía marinera por la ría donde se crían, en bateas, excepcionales mariscos que se nutren de una de las mayores reservas de fitoplancton del planeta. Muchos de los recorridos ofrecen incluso una comida a bordo que se degusta siempre acompañada de vino albariño.

Pazo de La Saleta. Foto Turismo RiÌas Baixas.

Pazo de La Saleta. Foto: Turismo RiÌas Baixas.

Volvemos después a la botánica con la visita al Pazo de la Saleta y su espectacular jardín donde se cultivan 200 variedades de camelia que tiñen de intensos tonos blancos, rosas, violetas, rojos y también jaspeados sus praderas. Junto a muchas otras plantas como las azaleas, los rododendros, las protáceas o las mirtáneas australianas, conforman lo que llaman un “caos perfectamente ordenado”, diseñado en 1970 por la paisajista Brenda Colvin.

Día 4: el jardín de Soutomaior

Recorremos La Toja donde, además de regalarnos un tratamiento termal, cabe contemplar el aire marinero que impregna la capilla de las Conchas y descubrir de dónde vienen la tradición jabonera de una isla que ha hecho de las sales, cremas y todo tipo de productos cosméticos elaborados con aguas termales su sello particular.

Tras pasar por Combarro y Pontevedra, culminamos el viaje en otro jardín excepcional, el del Castelo de Soutomaior, declarado también Jardín de Excelencia Internacional por la Sociedad Internacional de la Camelia.

Camelia en el Castelo de Soutomaior.

Camelia en el Castelo de Soutomaior. Foto: Turismo de Galicia.

En su extensa colección se cuentan más de 500 ejemplares de 25 especies diferentes de esta flor, aunque también castaños, palmeras, secuoyas, frutales y vides.

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