El big data revela los barrios de moda en Barcelona y Madrid

El análisis de los pagos con tarjeta de crédito permite descubrir qué comercios y calles marcan las tendencias en Madrid y Barcelona

Los barrios quizás se pongan de moda porque así lo anuncian en revistas o blogs especializados, pero la tendencia se confirma con los datos de compras y la vida comercial en ellos. El big data, esto es el análisis estadístico de grandes cantidades de información, aporta pistas interesantes sobre la vida turística y comercial en Barcelona y Madrid, según se desprende del proyecto Urban Discovery, una herramienta analítica desarrollada por el banco BBVA.

El surgimiento de Sant Antoni y Poble Sec

Cruzando datos de 413 millones de pagos con tarjeta de crédito en estas dos ciudades, se revela que en Barcelona los barrios que lideran la tendencia gastronómica y de ocio son Sant Antoni y Poble Sec. En sus calles ha surgido una explosión de nuevos locales, liderados por empresarios gastronómicos como Albert Adrià, y según los amantes de las clasificaciones, se han convertido en la nueva ‘patria hipster’ de la capital catalana.

Precisamente, muchos locales se preocupan en mantener la estética de las antiguas bodegas, con sillas de madera y barriles que se usan como mesas, aunque su oferta de bebidas y platos es mucho más elaborada. En Poble Sec, la calle Blai ha sido invadida por una treintena de pequeños bares que entre ellos se imitan las ofertas de pinchos y cañas.

La consolidación de Lavapiés y La Latina

En tanto, en Madrid el barrio de Lavapiés está viviendo una transformación hacia una actividad más cultural, indica el estudio del BBVA, tendencia que también sigue La Latina, y en ambos lugares crece la oferta de restaurantes.

En Barcelona hay ‘islas’ con muchos atractivos culturales pero con poca vida comercial

En la capital madrileña, revelan, todas las zonas con atractivos culturales están conectadas entre sí, por lo que hay un equilibrio entre ocio y vida comercial desde el entorno del Matadero hasta el corazón de Chamberí.

Equilibrios y desequilibrios

En cambio Barcelona cuenta con algunas ‘islas’ turísticas que no tienen conexión con los puntos de consumo más importantes de la ciudad. Estos son los centros culturales del Montjuïc (donde se encuentran el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el centro CaixaForum, la Fundación Miró y el pabellón Van der Rohe) y el Park Güell, donde los turistas que visitan no realizan compras ni pasean por los alrededores por la escasa oferta comercial que existe.

La capital catalana tiene un desequilibrio del consumo: hay zonas con baja actividad comercial los días hábiles, pero que los fines de semana se dispara, como sucede en la ‘zona alta’ (en Sarrià y Les Corts), en la Villa Olímpica y en Diagonal Mar.

Hay divisiones administrativas que no se corresponden con las tendencias comerciales. En Barcelona, la avenida Diagonal funciona como una brecha entre los barrios más cercanos a la costa y la zona alta de la ciudad. Pero tras pasar Glòries, el análisis revela que el sector de 22@ (abundante en oficinas y un centro comerciales) enlaza con el frente marítimo y Diagonal Mar (que cuenta con otro centro de compras y numerosos hoteles).

Poble Sec es un barrio popular que tiene una tendencia a convertirse en una zona más acomodada

En tanto, en Madrid, el sur del Paseo de la Castellana –hasta la altura de Gregorio Marañón- funciona como una línea divisoria entre barrios, frontera comercial que desaparece hacia el norte.

Las tendencias comerciales por edades

En la capital española, los consumidores menores de 30 años prefieren las zonas de Bravo Murillo, Ciudad Universitaria o Moncloa, mientras que los que tienen más de 45 optan por comprar al este de La Castellana, en un área que incluye desde Salamanca hasta Nuevos Ministerios.

De vuelta en Barcelona, los jóvenes son partidarios de gastar en ocio, indumentaria y gastronomía en los barrios del Raval, Gótico, Gràcia, y las zonas del frente marítimo, y también Poble Sec, que este estudio lo define como un barrio popular que avanza hacia un nivel más acomodado.

En tanto, los barceloneses mayores de 45 prefieren pasear y comprar en barrios mayor poder adquisitivo, como Les Corts, Pedralbes, Sarrià y Sant Gervasi.

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