Así se vive Reikiavik: la capital más septentrional del mundo

La enigmática capital de Islandia presume de buen ambiente, arte, gastronomía, y una agradable combinación entre tradición y modernidad

Islandia es uno de esos destinos salvajes e incontaminados capaces de robarnos el corazón. En verano ofrece el sol de medianoche, en invierno la magnífica aurora boreal, a lo que se suma una naturaleza salvaje de inconmensurable belleza.

El punto de partida perfecto para descubrir el espíritu de Islandia es Reikiavik, situada al noroeste del país, y considerada como la capital más septentrional del mundo. Por su ubicación, los inviernos tan sólo brindan cuatro horas de luz al día, mientras que, durante el verano, la luz del día oculta a la noche casi totalmente.

Con poco más de 120.000 habitantes, la capital islandesea es sin embargo una capital joven y cosmopolita, vibrante, donde ciudadanos y viajeros aprovechan cada rayo de sol y cada propuesta cultural

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La capital islandesa

En sus inicios, la capital islandesa fue un gran asentamiento vikingo, más tarde un centro neurálgico para el comercio, y posteriormente, una de las bases de barcos balleneros más importantes del mundo.

La iglesia HallgriÌmskirkja domina la perspectiva de Reikiavik. Foto: Ragnar Th. | Visit Reykjavik.
La iglesia HallgriÌmskirkja domina la perspectiva de Reikiavik. Foto: Ragnar Th. | Visit Reykjavik.

Hoy es una ciudad en la que viven poco más de 120.00 personas -un tercio de la población total del país-, y que traslada al viajero a un pasado de casas coloreadas, poco tráfico y menos ruidos, mucho relax y un buen rollo impresionante. También es una ciudad joven y cosmopolita, que recibe a muchos viajeros, y cuyo especial encanto reside en disfrutar tranquilamente de la vida de sus habitantes, y de la intensa apuesta cultural de la ciudad (hay 9 museos). Y todo ello, en un coqueto centro histórico emplazado entre los barrios costeros, el lago urbano (Tjörnin), y los suburbios.

El deporte nacional islandés

Reikiavik, que en islandés significa: bahía humeante, está bañada por las aguas del lago Tjörnin, y en sus cercanías hay un gran números de géiseres y de lagos con calientes aguas termales.

Además de la conocida Blue Lagoon, existen todo numerosas piscinas termales y lagos con aguas naturalmente calientes

El balneario más conocido y en el que se dan cita diariamente un gran número de islandeses es el famoso Blue Lagoon, una gran piscina termal situada en la cercana localidad de Grindavik. Con precios más económicos, (3 euros los adultos), y en la misma capital, nos encontramos con grandes piscinas termales como la de Árbæjarlaug, o la bonita piscina de Vesturbæjarlaug.

El mejor alojamiento y compras

Aunque en la ciudad hay varios alojamientos de conocidas cadenas hoteleras, una buena opción pasa por hospedarse en el Hotel Leifur Eiriksson, un agradable establecimiento de gestión familiar, ubicado en una antigua casa residencial de Skólavörðustígur, una de las calles peatonales más solicitadas del centro de Reikiavik, con casas de madera y piedra decoradas con vistosos colores.

Vista aeÌrea de Reikiavik. Foto: Ragnar Th. | Visit Reykjavik.
Vista aeÌrea de Reikiavik. Foto: Ragnar Th. | Visit Reykjavik.

En esta calle se hallan numerosas galerías de arte, como la conocida Galleri Korka, que vende pinturas de artistas locales. También hay tiendas de orfebrería artesanal, como The Viking y Orrifinn, donde encontramos joyas engarzadas con piedras de lava.

Para tomar un reconfortante café, nada como Mokka Kaffi, la cafetería más antigua de la ciudad, o Cafe Babalú, muy visitado porque posee en su interior un baño totalmente tematizado y dedicado a la saga Star Wars. Además, si aprieta el hambre, junto a la iglesia hay un food truck llamado Fish & Co que vende un sabroso bacalao fresco.

Un café al sol

A pocos pasos de Skólavörðustígur, se halla Aðalstræti, la calle más antigua de Reikiavik. Aquí, según la tradición, vivió Ingólfur Arnarson, el famoso rey vikingo y primer habitante de la ciudad. Muy cerca, nos toparemos con la plaza Austurvöllur lugar icónico y símbolo nacional. Durante las Navidades se instala un gran árbol de Navidad y en verano, cuando se deja entrever algún rayo de sol, los lugareños corren raudos y veloces a las terrazas del Te & Kaffi, del Café Paris, famoso por su brunch, que incluye el sabroso salmón ahumado islandés de primera categoría, o al restaurante japonés Osushi The Train.

De compras por Reikiavik. Foto: Michelle Maria | Pixabay.
De compras por Reikiavik. Foto: Michelle Maria | Pixabay.

Laugavegur es la calle comercial donde se encuentran las principales tiendas de moda y de recuerdos artesanales. Aquí se compran los archifamosos jerseys de lana islandesa tejidos a mano en tiendas como Cintamani, Icewear y Don Cano.

Muy aconsejable es también acudir a 66°North, para comprar ropa de montaña de gran calidad y diseño contemporáneo. No olvidemos que los islandeses, por su especial climatología, son desde hace muchos años expertos fabricantes de ropa deportiva invernal.

Por último, merece la pena acudir a la tienda de relojes Gilbert Úrsmiður, fabricante del único reloj de diseño que utilizan personajes como Yoko Ono, Ben Stiller y el Dalai Lama.

Antes que Cristóbal Colón

Muy cerca de Skólavörðustígur se emplaza la moderna iglesia luterana Hallgrímskirkja, el monumento más famoso de Reikiavik, con una alta torre que se puede ver desde cualquier punto de la urbe.

Vista de la iglesia HallgriÌmskirkja, el monumento maÌs famoso y alto de Reikiavik. Foto: Ragnar Th. | Visit Reykjavik.
La iglesia HallgriÌmskirkja es el monumento maÌs famoso y alto de Reikiavik. Foto: Ragnar Th. | Visit Reykjavik.

Y, justo delante de ella, se yergue la estatua de Leif Eiríksson, el primer vikingo que supuestamente llegó a las costas de América, cinco siglos antes que Cristóbal Colón. Aunque históricamente nunca se ha llegado a comprobar, lo cierto es que a los islandeses les hace profundamente felices pensar que fue así.

Apuesta por el arte

En el plano artístico, no hay que perderse el Museo Nacional de Islandia (Þjóðminjasafn Íslands), el más importante de la metrópoli. Fundado en 1863, muestra una importante colección de artesanía, mobiliario, utensilios, objetos religiosos y restos arqueológicos.

En general, Reikiavik es una ciudad que derrocha amor por el arte y en sus calles pueden observarse muchas pinturas murales, así como originales esculturas colocadas estratégicamente.

Algunas de ellas son tan famosas y conocidas como El Viajero Solar de Reikiavik, situada junto al muelle y en primera línea del mar. Fue construida en acero por el artista Jón Gunnar Árnason y representa un barco vikingo en lo que supone una hermosa alegoría sobre los primeros colonos vikingos que llegaron a Reikiavik.

Viajero solar de Reikiavik. Foto: Michael Held | Unsplash.
Viajero solar de Reikiavik. Foto: Michael Held | Unsplash.

Otra de las estatuas más fotografiadas de la ciudad se ubica junto al lago Tjörnin y es conocida como Monumento al Burócrata Desconocido, de Magnús Tómasson, que rinde homenaje, no sin cierto tono satírico, a los trabajadores burócratas.

El principal centro de reunión cultural de Reikiavik es el Harpa Concert Hall and Conference Centre, un moderno auditorio, obra del estudio de arquitectura del danés Henning Larsen, que en su fachada muestra un futurista entramado de hexágonos de cristal.

Asimismo, es más que recomendable circunvalar el lago Tjörnin que rodea al Ayuntamiento y la Universidad, un punto estratégico para observar aves o dar un paseo en bicicleta y que, durante el invierno, se convierte en una gigantesca y divertida pista de patinaje donde los niños islandeses muestran su dominio sobre las cuchillas.

El lago Tjörnin es un punto estrategico para patinar e ir en bicicleta. Foto: Ragnar Th. | Visit Reykjavik.
El lago Tjörnin es un punto estrategico para patinar e ir en bicicleta. Foto: Ragnar Th. | Visit Reykjavik.

Gastronomía

Una buena forma de acabar un recorrido turístico por Reikiavik es acercándonos a alguno de los excelentes restaurantes del puerto. Para los que buscan estilo y una cocina con toques creativos, el mejor lugar es Fiskfélagid- Fish Company y su divertida mezcolanza de platos de pescado y marisco, con influencias de todo el mundo.

Si queremos en cambio probar la que se considera a mejor sopa de langosta de la capital islandesa, debemos dejarnos caer por Sægreifinn, un restaurante informal que ofrece fundamentalmente dos especialidades: pinchos de pescado y la mencionada (y deliciosa) sopa de langosta, un auténtico manjar. Además, aquí es posible, en algunos momentos del año, degustar carne de ballena guisada.

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