Arabia Saudí recurre a los petrodólares para cambiar su imagen

La monarquía saudí pretende mostrarse como un gobierno que fomenta la cultura y creará un fastuoso centro de arte moderno en colaboración con el MoMA

Arabia Saudí quiere ser la nueva meca del arte en Oriente Medio. Mohammed bin Salman bin Abdulaziz Al Saud, el heredero de la monarquía en este país, sabe que su país carga con una imagen negativa por su conservadurismo político, la guerra fría que mantiene con Irán y por la limitación de los derechos humanos básicos a las mujeres.

El cambio de imagen que pretende el príncipe saudí, actual ministro de Defensa, es por medio del arte. Hace un año y medio Ahmed Mater, uno de los artistas saudíes más influyentes de la región, se reunió diez minutos con el monarca. Al salir ya tenía luz verde para impulsar el Instituto de Arte Misk, la iniciativa que pretende convertir a este país en un nuevo hub de arte, y no perder la carrera que ha lanzado Abu Dhabi con su nuevo Louvre y otros países del Golfo Pérsico.

El Instituto de Arte Misk, en Riad, pretende dar una imagen de apertura a la monarquía saudí

No se especificó cuántos millones de dólares la corona saudí invertirá en este proyecto, pero la propuesta es más que ambiciosa: este centro estará afincado en la capital Riad, y comprenderá espacios para muestras de arte, salas de reuniones, talleres, además de destinar áreas para que los artistas puedan trabajar y se impulsarán diferentes programas educativos, anunció Mater en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

La elección de este centro no es casual: el MoMA fue convocado para participar de la génesis intelectual de este centro, que será diseñado por los arquitectos Michele De Lucchi y Skene Catling de la Pena, mientras que la producción artística estará encarada por la compañía Factum Arte, dirigida por el artista Adam Lowe.

Arabia exporta su arte

La promoción de Arabia como meca del arte también comprende la construcción de un fastuoso pabellón en la Bienal de Arquitectura de Venecia, que se realizará este año, mientras que en octubre se organizará el Festival de Arte Árabe en Nueva York.

El gobierno saudí no escatima en gastos en otorgar becas para jóvenes artistas saudíes en el programa Crear e Inspirar, para que se formen en los centros culturales, academias y galerías de California.

“Para entender este cambio hay que recordar que el heredero de la corona tiene 32 años, dijo a Bloomberg Stephen Stapleton, un artista británico nombrado como director de eventos internacionales del futuro centro Misk. “Él es parte de una generación que toma a la industria creativa no sólo como parte de un cambio económico sino también como motor de un cambio cultural”.

Estas iniciativas culturales se enmarcan en el programa Vision 2030, una serie de reformas sociales, económicas y educativas. Para dar una imagen de apertura, en el centro Misk el 60% de los cargos gerenciales son ocupados por mujeres, apuntó el artista Mater.

Los impulsores del centro no saben si podrán contar con una colección permanente de importancia para exhibir en sus salas. Pero se descuenta que desde la corona saudí se dispondrá de generosos presupuestos para adquirir obras de arte e impulsar a los creadores locales para recuperar posiciones en el panorama cultural de la región.

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