Al corazón de la Ruta de la Seda en un tren con acento español

Talgo ha hecho de la mítica ruta a Samarkanda y Bujará el primer ferrocarril de alta velocidad de Asia Central

Puente entre Oriente y Occidente, símbolo del comercio y hoy asociado a la épica de los viajes, la Ruta de la Seda es una amalgama de caminos con parada en algunos de los lugares más increíbles de Asia Central. Hace siglos se tardaban meses en recorrer los 8.000 km que la conformaban. Hoy, un Talgo conecta la capital uzbeka, Tashkent, y la histórica Samarcanda, en apenas dos horas.

Con más de 2.000 años de antigüedad, la ruta, que tenía en sus extremos la ciudad china de de Chang’an, actual Xi’an y Constantinopla, hoy Estambul, vio pasar a miles de caravanas cargadas de diamantes, rubíes, jade, perlas, ámbar, marfil, laca, especias, porcelana, vidrio o coral aunque fue la seda, que le da nombre, la más prestigiosa de cuantas mercancías se transportaba.

En realidad amalgama de caminos, la Ruta de la Seda llegó a extenderse más de 8.000 km. Hacían falta meses para recorrerla en caravanas

Su relevancia radica también en su utilidad como vía de intercambio de ideas, tecnologías y fe por lo que se ha llamado incluso la primera ‘autopista de la información’ del mundo.

Samarcanda. Foto: Sultonbek Ikromov | Unsplash.
Samarcanda. Foto: Sultonbek Ikromov | Unsplash.

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De Tashkent a Samarkanda en Talgo

Desiertos inhóspitos y altas montañas, pero también maravillas arquitectónicas saludaban a comerciantes y a viajeros, con joyas como la mítica Samarcanda y la bellísima Bujará (ambas en la actual Uzbekistán).

Justamente uno de los tramos de la Ruta de la Seda a su paso por Asia Central es el que recrea hoy un tren, primero de alta velocidad en la región. Y lleva sello español.

Con salida desde la capital uzbeka, Tashkent, cuatro trenes Talgo son hoy punta de lanza del creciente turismo en el país, transportando a cientos de miles turistas hasta estas dos joyas de la antigua Ruta de la Seda.

Lo que fue durante siglos, antes de su caída en el olvido a partir del siglo XV, una ruta larga, costosa y muy complicada, y después una aventura de las aventuras preferidas de los trotamundos y mochileros ávidos de emociones intensas, se ha convertido hoy en un viaje asequible al turista medio de cualquier edad.

Los trenes Talgo permiten cubrir en poco más de dos horas la distancia entre Tashkent y Samarkanda. En menos de cuatro llegan la hermosa Bujará

Especialmente con el buen tiempo, que en la zona se extiende de marzo a noviembre, es frecuente ver a viajeros abordar al Talgo que, con dos locomotoras y once vagones, cubre en poco más de dos horas los más de 300 km que separan la capital del país centroasiático con Samarcanda, la que fuera sede de la corte de Tamerlán, el mayor conquistador nómada de la historia.

Y, en menos de cuatro -justamente la mitad que hace solo 10 años-, el tren conocido en Uzbekistán como Afrosiyob llega al andén de la bellísima Bujará (600 kilómetros al oeste).

Samarcanda. Foto: Logga Wiggler | Pixabay.
Cuatro trenes Talgo hacen hoy la ruta entre la capital y las ciudades de Samarcanda y Bujará. Foto: Logga Wiggler | Pixabay.

Primer tren de alta velocidad

“En Uzbekistán la velocidad máxima es de 230 kilómetros por hora. La gente está acogiendo muy bien el tren y los porcentajes de ocupación son muy elevados. Los coches van llenos de turistas”, precisó a Efe el director de mantenimiento de Talgo en el país, Antonio Martínez Palacios.

El precio del billete -apenas unos 20 euros- sorprende a los turistas occidentales, al igual que la comodidad de los vagones y la rapidez con la llegan a su destino. Y es que se trata del primer y único tren de alta velocidad de Asia Central.

Franceses, alemanes, chinos y también españoles son algunos de los turistas que abarrotan los pasillos del tren, que tiene capacidad para unos 300 pasajeros, “impacientes por poner sus pies en la legendaria plaza de Reguistán en Samarcanda, una de las grandes maravillas de la arquitectura islámica”.

Ferrocarriles Uzbekos y Talgo ya han firmado un contrato para la adquisición de dos nuevos trenes, que aumentarán a seis las unidades en circulación en 2021 y permitirán llegar a la ciudad de Jiva

La apertura al turismo forma parte del proceso de transición que experimenta Uzbekistán, el país más poblado de la región situada entre Rusia, el mar Caspio y China, desde que falleciera en 2016 el padre de la nación, Islam Karímov.

[Para leer más: Un tren de lujo para viajar por la Rusia ártica entre Moscú y Oslo]

Próxima parada: Jiva

En lo que se refiere al ferrocarril, todo empezó con la compra de dos trenes Talgo 250 que llegaron en barco en San Petersburgo y después por vía férrea a Tashkent (2011). Seis años después, en 2017, la flota de Talgo en Uzbekistán sumó otras dos unidades más, con lo que ahora hay cuatro en circulación.

Jiva es el próximo destino de los trenes Talgo en Uzbekistán. Foto: Yang Jing | Unsplash
Jiva, también en la Ruta de la Seda, es el próximo destino de los trenes Talgo en Uzbekistán. Foto: Yang Jing | Unsplash.

Pero esto es sólo el principio. “Ahora cubrimos cuatro ciudades: Samarcanda, Shakhrisabz, Karshí y Bujará. Pero el cliente está muy satisfecho y tiene intención de aumentar la flota hasta las diez unidades”, apuntó Martínez Palacios.

De hecho, Ferrocarriles Uzbekos y Talgo ya han firmado un contrato para la adquisición de dos nuevos trenes, que permitirán enlazar en 2021 la capital con la tercera joya de la Ruta de la Seda, Jiva, que se encuentra a más de mil kilómetros de Tashkent, en la frontera con Turkmenistán.

“El Afrosiyob es el símbolo de Uzbekistán y el máximo exponente de la alta tecnología en el país. Somos la locomotora del desarrollo económico y de la promoción del turismo”, subrayó el representante de Talgo.

Más Talgo en Asia Central

Talgo confía en seguir conquistando territorios en Asia Central y otros países asiáticos, ya que son muchas las delegaciones oficiales que visitan las instalaciones de Talgo y viajan en el Afrosiyob para inspeccionar su funcionamiento.

El tren de alta velocidad es un símbolo de la apertura de Uzbekistán, su desarrollo económico y su impulso al turismo

Fabricado íntegramente en España, el Afrosiyob circula por vías de ‘ancho ruso’, por lo que no se utiliza la rodadura desplazable, como entre Bielorrusia y la Unión Europea.

Samarcanda. Foto: Yang Jing | Unsplash.
Samarcanda. Foto: Yang Jing | Unsplash.

La compañía sí dispone de un gran taller de mantenimiento de alta velocidad de Talgo, una gran nave industrial cerca de la Estación del Norte de Tashkent y en la que ingenieros y mecánicos españoles revisan rodaduras, convertidores y sistemas eléctricos para garantizar el buen funcionamiento de los trenes.

Embajada a Tamerlán

Mucho más difícil lo tuvo hace más de 600 años Ruy González de Clavijo, el embajador de Enrique III de Castilla que vivió mil peripecias hasta alcanzar Samarcanda en septiembre de 1404, dieciséis meses después de partir del puerto de Cádiz.

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