La ruta que descubre la lucha de las mujeres en Barcelona

Un recorrido por la Ciutat Vella describe el rol de las mujeres en la ciudad, desde humildes artesanas y poderosas reinas hasta las luchadoras feministas

En la Barcelona medieval y en las épocas posteriores, las mujeres han sido el motor de la ciudad, de su economía y pensamiento. Ellas eran las artesanas que elaboraban comidas y vestidos, las reinas que influenciaron en las decisiones de la Corona de Aragón, y las feministas que exigían derechos cívicos y sociales.

El próximo 1 de abril, como el primer sábado de cada mes, desde las 11.30 a las 13.30 el Museo de Historia de Cataluña organiza la ruta guiada A pie por la Barcelona de las mujeres”, que permite descubrir no sólo su evolución histórica en la ciudad, sino las huellas que han dejado en la sociedad, tanto aquellas luchadoras, políticas y pensadoras como las miles de mujeres anónimas que han vivido en la capital catalana.

La ruta ha sido diseñada por la historiadora feminista Isabel Segura, y las temáticas abarcan a las mujeres del mundo antiguo, realeza, mujeres judías y médicas en la Edad Media, prostitución en el siglo XVII, artesanas y oficios femeninos, humanistas del Renacimiento, burguesas y feministas del fines del siglo XIX, y las luchadoras por el voto femenino.

Las mujeres que dejaron huella en la historia catalana

Entre las mujeres que han trascendido en la historia se encuentra la poderosa Gala Placídia (388-450), esposa del rey visigodo Ataúlfo. Tras enviudar se casó con el emperador Constancio III, y a la muerte de su segundo marido, gobernó el imperio romano de Occidente durante 35 años.

También se pasa por los callejones donde Santa Eulàlia fue martirizada, y en la Plaza del Rey, se explica cómo Leonor de Sicilia (1325-1375), en las ausencias de su marido Pedro III El Ceremonioso, gobernó la corona de Aragón con mano de hierro, hasta llegar a presidir las Cortes de Barcelona en 1365.

La lucha por las mujeres ha sido constante en los siglos. En la visita, se cuenta cómo Francesca de Barcelona, en el siglo XIV había sido multada por ejercer la medicina pese a ser especialista en obstetricia, pediatría y cirugía. Incluso el rey Juan III la había nombrado como su médica de cabecera.

O cómo la libertad era un bien que algunas no pensaban entregar: Juliana Morell (1594-1653), considerada una de las primeras humanistas, a los 17 años ya podía hablar y escribir en 14 idiomas. Realizó estudios en derecho canónico, filosofía, física y astronomía, y logró el doctorado en dialéctica. Pero para escapar del casamiento que su padre le había organizado, prefirió resignar su vida académica e ingresar en un convento de monjas dominicas.

También se revela las denuncias de Dolors Monserdà (1848-1919) sobre la sumisión de las mujeres en sus ensayos y novelas, y cómo Francesca Bonnemaison (1872-1949) ha creado la Biblioteca Popular de la Mujer y fue una de las primeras mujeres que se presentaron a una elección.

Entre las curiosidades, destacan la ‘profesión’ de las ‘dides’, nodrizas que amamantaban a bebés y cuyo contrato de trabajo se registraba ante notario; o la Revuelta del Pan, en la calle Boira, que en 1789 puso a la ciudad en un estado de guerra por la subida del precio de este alimento. Por supuesto, fueron las mujeres las que protagonizaron esta protesta, que llevo a que una ellas, Josepa Vilaret, sea condenada a la horca.

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