El coche privado tiene los días contados

Los coches compartidos se combinan con otras formas de movilidad y condenan al vehículo privado a la extinción

“Hacia el 2030, más de 100 millones de coches quedarán abandonados porque serán económicamente inviables”. La predicción del centro de estudios RethinkX se centra en EEUU, pero el panorama se puede extender a buena parte del mundo: el automóvil privado está en vías de extinción.

Hay aplicaciones para compartir coche (BlaBlaBla Car, Emov, Drivy) y otras para viajar con el dueño como si fuera un taxi (Uber, Cabify). Están las que permiten alquilar bicicletas públicas (Bicing, BiciMad) o privadas (Ofo, Donkey Republic) y otras que ofrecen motos eléctricas por minutos (Yugo, Muving, Ecooltra).

También hay aplicaciones que unifican estas apps, como Free2Move o Racc Trips; y otras que además suman los transportes públicos, como Whim.

Esta integración evidencia que el futuro de la movilidad será “eléctrica, autónoma y compartida”, describe Albert Cañigueral, experto en economía colaborativa y miembro del think thank Ouishare.

El cambio de paradigma, indica Cañigueral, es que la movilidad dejará de estar centrada en el vehículo para girar en torno al usuario. Es lo que se conoce como Movilidad como Servicio (MaaS, por sus siglas en inglés).

Fusión entre medios de transporte

La novedad que presenta aplicaciones como Whim es que informa al usuario cuál es el medio de transporte más rápido para llegar a su destino, pero que además, con dos tipos de membresía (de 49 a 499 euros mensuales), ya tiene incluidos trayectos en coches de alquiler, taxis, transportes públicos sin costes adicionales.

Durante el siglo XX el automóvil fue un sinónimo de estatus y libertad de movimientos, “pero lo que ahora te da libertad son estos servicios de movilidad compartida”, indica Cañigueral. Además diluye el sentido tradicional de propiedad: “la bicicleta que es de mía es la que uso en este momento”, dice.

No es que la gente deje de usar coches, sino que preferirá no ser propietario de ninguno

Es lo que sucede con Spotify o Netflix: la gente no quiere dejar de escuchar música o ver películas, pero cambia la forma de acceder a ella. 

De poco sirve tener un coche privado que el 95% del tiempo está detenido, ocupando un espacio, si se le puede dar otro uso. De los dos desplazamientos diarios que puede realizar para ir al trabajo, un coche compartido puede llegar a 15 rutas al día, indica Fernando Izquierdo, responsable de Emov (plataforma de coches eléctricos compartidos) para España.

car sharing
Las aplicaciones para alquilar coche se combinan con otros medios de transporte.

El ahorro para el bolsillo

Según un estudio de RethinkX, en poco más de una década en EEUU el 95% de los viajeros se trasladarán en vehículos eléctricos propiedad de empresas de alquiler. Para cada familia de ese país, representará un ahorro de 4.800 euros anuales en costes de transporte. O sea que la población norteamericana ganará 860.000 millones de euros gracias a la movilidad compartida.

La MaaS llevará a que la movilidad individual por milla (1,5 kilómetros) sea de cuatro a diez veces más barata que si se comprara un coche nuevo.

Las fábricas de coches lo saben, y ya lo están anunciando en sus publicidades (como hace Toyota con su Yaris). Las apps más populares para alquilar vehículos también se lanzan a la integración con otros medios de transporte, como hace Uber con las bicicletas eléctricas de Jump o los patinetes eléctricos de Lime.

Grandes operadores turísticos como Booking también clavan una pica en el sector, y por ello esta plataforma invirtió 500 millones de dólares en Didi, el mayor operador de coche compartido de China.

Quién es el primero en la movilidad compartida

El objetivo de estas tecnológicas es ser la puerta de entrada a la movilidad compartida, dice Cañigueral, fundador de Consumocolaborativo.com.

Así como uno piensa en Google cuando se trata de buscar en internet o en Amazon cuando quiere comprar un artículo, estas aplicaciones e industrias pugnan por ser la primera a la hora de compartir un coche, una bicicleta o una moto eléctrica, explica.

Toyota asume que sus clientes compartirán su vehículo con otros conductores.

Este sector es un nuevo Eldorado para los negocios: desde 2014 se gestionaron 60.000 millones de euros en inversiones, calcula Bloomberg New Energy Finance.

Según un informe de Deloitte, la movilidad como servicio sólo puede llegar a buen puerto con la integración entre el sector privado y el público, donde además de las ganancias económicas también se logran importantes beneficios para la salud y el medio ambiente, por la menor polución ante una menor presencia de vehículos y la popularización de los motores eléctricos.

También cabe destacar el nuevo uso de los espacios públicos, donde las calles y carreteras quedarían liberadas del 80% de los vehículos, vaticina el físico y divulgador norteamericano Michio Kaku. Y como dijo a la revista Futurism. “¿Quieres viajar? Más allá de si vas cerca o lejos, no tendrás tu coche propio. Y ni siquiera manejarás uno, porque los autos te conducirán a ti”.

a.
Ahora en portada