El hombre que convierte los rascacielos en bosques verticales

La arquitectura de Stefano Boeri combina ecología, sostenibilidad y la recuperación de los bosques en medio de grandes ciudades

¿Pueden los edificios convertirse en árboles? O mejor aún, ¿se los podrían transformar en bosques verticales? Un arquitecto italiano cree que sí, y desarrolla unos innovadores diseños donde llena de verde cada vivienda y oficina.

Stefano Boeri está obsesionado con los árboles, posiblemente desde que leyó en su infancia El Barón Rampante, de Italo Calvino, que describe la historia de un niño que trepa a un mundo de árboles y no tienen ninguna intención de regresar.

El proyecto inicial

Este arquitectura es el creador del Bosque Vertical, un edificio de Milán, su ciudad natal, construido en 2014 en la zona de Porta Nuova Isola.

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El bosque vertical de Milán cuenta con miles de árboles, arbustos y otras plantas.

Se trata de dos torres de 80 y 112 metros, que es hogar de 480 árboles grandes y medianos, 300 más pequeños, además de 11.000 plantas perenes y 5.000 arbustos. Si todos estos ejemplares se desplegaran en un predio equivaldrían a 20.000 metros cuadrados de vegetación. Pero logra condensarlo y elevarlo al cielo en una estructura de 1.500 metros cuadrados.

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Si se calcula por cada ocupante de las torres, a cada individuo le corresponden dos árboles, ocho arbustos y 40 plantas. ¿Acaso hay algún balcón de un edificio común que pudiera albergarlos?

El Bosque Vertical de Milán concentra 20.000 metros cuadrados de vegetación en dos torres

“Los árboles son como individuos: cada uno tiene su propia evolución, su propia biografía y forma”, dijo este arquitecto en una entrevista de CNN.

Los efectos no son solo estéticos. También hay beneficios psicológicos y un importante fomento de la biodiversidad, ya que un centenar de aves de 15 especies diferentes aprovecha el impresionante bosque vertical de Milán para anidar.


Disertación de Stefano Boeri sobre los bosques verticales

Y por supuesto que las ventajas ambientales son más que valiosas: estas dos torres pueden absorber 30 toneladas de dióxido de carbono y producir 19 toneladas de oxígeno al año.

La idea de los jardines verticales

La lógica de Boeri es muy simple: si queremos promover la ecología y la sostenibilidad, ¿no sería mejor salir de la superficie del suelo? “La solución no son solo los jardines. ¿Por qué no (plantar) también en los costados del edificio?”, se pregunta.

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Complejo de viviendas en Treviso, Italia.

Relacionado con su idea está la tendencia de jardineros y paisajistas de crear jardines verticales, una propuesta que va desde las casas hasta proyectos como el muro verde del Cosmocaixa de Madrid, que tiene 15.000 plantas en 460 metros cuadrados.

Inspiración en los árboles

La arquitectura de Boeri también se inspira en los árboles en la construcción de los edificios, en la distribución de las redes de calefacción geotérmica y en las instalaciones de aguas residuales como si fueran las ramas de un roble o un plátano.

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El ‘Palacio verde’ de Antwerp, en Bélgica.

Boeri cuenta con proyectos de bosques verticales en China, Italia, Suiza y los Países Bajos, entre otros países.

El ambicioso proyecto de la ciudad-bosque en China

El más ambicioso es, más que un edificio, la ciudad-bosque que proyecta en Liuzhou, en la provincia china de Guangxi, consistente en casas, escuelas y oficinas recubiertas de un millón de ejemplares vegetales en 140 hectáreas urbanizadas.

Los edificios diseñados por Boeri imitan a los árboles en su distribución de las redes de climatización y el tratamiento de aguas residuales

En esta ciudad estará el Guizhou Mountain Forest Hotel, un resort de 31.200 metros cuadrados inspirado en las terrazas creadas por los agricultores en la escarpada orografía. La idea de Boeri es que el hotel sea una reconstrucción de la colina y que los árboles de la estructura reemplacen a la formación rocosa mutilada.

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El ambicioso proyecto de la ciudad-bosque de Liuzhou, en China.

También en China, más exactamente en Nanjing, proyecta dos torres junto al río Yangtzé, donde 1.100 árboles recubrirán los edificios.

Proyectos en París y Utrecht

En las afueras de París el arquitecto italiano trabaja en Foret Blanche, una torre de 54 metros que albergará 2.000 árboles y plantas en sus cuatro fachadas exteriores, una dotación verde equivalente a una hectárea de bosque.

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Foret Blanche, el proyecto del área metropolitana de París.

En el nuevo distrito de Jaarbeursboulevard, en Utrecht (Países Bajos), 10.000 ejemplares de árboles, arbustos y flores invadirán una torre de 90 metros, estructura que absorberá 5,4 toneladas de dióxido de carbono. En su planta baja se encontrará el Centro Bosque Vertical, dedicado a investigar y promover la forestación urbana en el mundo.

Los proyectos de bosques verticales comienzan a ser replicados por otros grandes arquitectos y urbanistas

Además de los diseños, Boeri fue el promotor del Primer Foro Urbano sobre Bosques Urbanos, que se realizó en Mantua (Italia), y su modelo ya comienza a ser fuente de inspiración para otros arquitectos como Ole Scheeren y Thomas Heatherwick en sus proyectos para Ho Chi Minh y Shanghái.

Por lo pronto, Boeri sigue proyectando torres invadidas de vegetación en su apuesta por considerar que la naturaleza debe ser la columna vertebral de la arquitectura.

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