¿Qué hacen estas esculturas gigantes en las calles de Valencia?

La obra del británico Julian Opie, caracterizado por grandes esculturas que revisten dinamismo y colores, llena de arte las calles de Valencia

Obras del artista británico Julian Opie en Valencia. Foto Biel Aliño | EFE.

Tras meses inusualmente vacía de turistas, Valencia acoge de nuevo visitantes. Llegados de otros puntos de España y del mundo, entre ellos se han colado gigantescas esculturas, algunas de 12 metros de altura, que animan algunas de sus calles y rincones.

El artista londinense Julian Opie firma este conjunto de 16 piezas, creadas ex profeso para esta exposición, que incluyen colosales figuras, cubos de luz y paneles animados. En todas, la figura humana y la actividad cotidiana son protagonistas.

Arte que desborda los museos

Impulsada por la Fundación Hortensia Herrero (es una de las actividades enmarcadas dentro del proyecto del futuro Centro de Arte del mismo nombre que abrirá sus puertas en el antiguo Palacio Valeriola) y comisariada por Javier Molins, la exposición del artista británico se reparte entre la plaza del Patriarca, el claustro y una sala del Centro Cultural La Nau (el antiguo Rectorado) de la Universitat de València, y podrá visitarse hasta el 19 de septiembre.

Colosales esculturas de Julian Opie toman Valencia. Foto Biel Aliño | EFE.

De este modo, la muestra «traspasa los márgenes habituales de un museo para tomar las calles del centro de Valencia», explican sus responsables.

«Estas obras se centran en la figura humana en movimiento, caminando por la ciudad, sola o en medio de una multitud; paseando, corriendo para coger un tren o esperando en la plaza con los brazos cruzados»

Julian Opie

Entre las piezas destacan dos esculturas de acero de 12 metros de altura y6 toneladas de peso -nunca vistas hasta ahora- que ocupan la plaza del Colegio del Patriarca y cambiarán durante unos meses el paisaje de la ciudad.

«Las piezas representan dos figuras humanas, gente de mi entorno, a la que capto desarrollando una actividad cotidiana», detalla Julian Opie (Londres, 1958) sobre las esculturas. «Estas obras se centran en la figura humana en movimiento, caminando por la ciudad, sola o en medio de una multitud; paseando, corriendo para coger un tren o esperando en la plaza con los brazos cruzados», añade.

Junto a ellas, se muestra un grupo escultórico de cuatro caminantes de más de dos metros cuyo origen son fotografías que Opie toma de personas anónimas que circulan por la calle. «Estas piezas parecen, más que esculturas, dibujos en tres dimensiones. Y es que toda la obra del creador británico tiene su origen en el dibujo, el primer pensamiento visual de todo artista», explica el comisario de la exposición.

Foto: Fundación Hortensia Herrero.

En diálogo con Luis Vives

La muestra continúa en el claustro de La Nau con unas figuras que dialogan con la estatua de Luis Vives. Se trata de «unas piezas contemporáneas enfrentadas a una escultura decimonónica de José Aixá», explica Molins.

La estatua académica representa a un humanista del Renacimiento que nació en Valencia, “pero se trasladó al país de Julian Opie para trabajar en la corte de Enrique VIII junto con su amigo y colega Tomás Moro”. Ahora estas esculturas hacen el camino inverso al de Luis Vives y viajan de Londres a Valencia para rendirle homenaje al pensador.

El propio artista ha agradecido al humanista valenciano “dejarle compartir espacio con él”, como también la oportunidad” que le han brindado de llevar adelante una propuesta con tanto “riesgo”, como estas esculturas de grandes dimensiones.

Alegría y movimiento

La impulsora de la iniciativa, Hortensia Herrero, acompañada de su marido, el empresario Juan Roig, explicaba ayer jueves durante la inauguración de la muestra que eligió a Opie porque «es alegre, minimalista y enseguida se incorporó a la causa, y además lleva en sus obras la actividad, el movimiento que tanto necesitamos ahora”. En resumen: «Quiero que sea una loa al movimiento».

Julian Opie con una de sus esculturas en Valencia. Foto: Biel Aliño | EFE.

La exposición se completa con dos cajas de luz, dos cubos con más caminantes y sus conocidas animaciones en pantallas LED, visiones de multitudes anónimas en sus quehaceres cotidianos en las grandes ciudades, con el mismo estilo que los frisos de arte antiguo de Egipto, en el sentido de personajes con los rasgos faciales escamoteados.

Para Molins, Opie «lleva ese movimiento a su máxima expresión» y ha valorado que aceptara el reto de esta exposición en un momento difícil por la pandemia. Por poner un ejemplo, antes de ponerse a trabajar apenas había visto el espacio a través de videollamdas. Aun así, quiso participar con el valor añadido de las dos esculturas «más grandes que ha hecho nunca”»

Influido por el cómic y los videojuegos, el artista, uno de los perfiles contemporáneos de mayor proyección internacional, se caracteriza por sus figuras contemporáneas y llenas de movimiento, pero que contienen también «una carga histórica, del pasado».

En total en la exposición aparece la imagen de 47 personas a veces conocidas y otras anónimas a los que ha retratado, «algunos que parecen más estaturas y otros más dinámicos” pero que conforman un conjunto “que hace que la exposición sea especial».

Foto: Fundación Hortensia Herrero.

Tras las exposiciones temporales de Manolo Valdés, Tony Cragg y Jaume Plensa en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la Fundación Hortensia Herrero retoma la organización de muestras de escultura monumental de artistas internacionales. «Es gratificante poder acercar el arte de Julian a los valencianos», añade Herrero.

Además del futuro Centro de Arte que albergará a partir de 2023 las obras de la propia colección de Hortensia Herrero y exposiciones temporales de artistas internacionales, la fundación ha rehabilitado la iglesia de San Nicolás y del Colegio del Arte Mayor de la Seda entre otras actuaciones.

a.
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