Millesgården: una historia de amor y de arte en Estocolmo

Cerca de Estocolmo se encuentra el museo Millesgården, el lugar soñado y hecho realidad por Carl Milles, el escultor más famoso de Suecia

Millesgården es un bellísimo y bucólico museo que fue, durante la primera parte del siglo XX, el hogar y el estudio del matrimonio formado por los artistas Carl y Olga Milles. Ubicado muy cerca de Estocolmo, en el idílico paraje del acantilado de Herserud, sobre el lago Värtan, en la isla de Lidingö, se concibió como un jardín de la costa mediterránea de Italia, y actualmente es uno de los espacios museísticos más visitados de Suecia.

Una historia de amor y de arte

Olga Granner, nacida en Austria en 1874, fue una artista precoz que a los 12 años ya pintaba excelentes retratos. A finales de la década de 1890, y después de estudiar arte en Múnich, decidió completar sus estudios en París. Allí, en una ciudad convertida en el paradigma de las vanguardias artísticas europeas en la que se codeaban con creadores de la talla de Paul CézanneHenri Matisse, Olga intimó con un jovencísimo Carl Milles, un artista que con los años llegaría a convertirse en el escultor más famoso de Suecia. En 1905, cinco años después de conocerse, se casaron en Múnich.

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Carl Milles, un año menor que Olga, y procedente de la localidad sueca de Lagga, nunca fue muy buen estudiante, por lo que se decantó por convertirse en aprendiz de un ebanista, quehacer que compaginó con provechosas clases nocturnas de artesanía en madera, talla y modelado en la Escuela Técnica de Estocolmo. En 1897, una beca concedida por la Sociedad Sueca de Artesanía le permitió viajar a París para continuar sus estudios de escultura. Allí fue alumno de Auguste Rodin.

‘Europa y el Toro’ (1926), la fuente maÌs grande de MillesgaÌŠrden. JoseÌ Manuel Torres

‘Europa y el Toro’ (1926), la fuente maÌs grande de MillesgaÌŠrden. Foto: JoseÌ Manuel Torres.

Su talento innato y sus dotes artísticas le permitieron exhibir una de sus  esculturas en el Salón de París que le llevó al reconocimiento de la crítica artística francesa y le permitió continuar exhibiendo allí hasta 1906, año en el que junto a su esposa Olga, adquirió una propiedad en la isla de Lidingö, muy cerca de Estocolmo, para erigir un espacio que reuniera su hogar y los estudios de arte de ambos.

Un jardín artístico

No hay problema para llegar a Millesgården desde Estocolmo, pero es preferible tomar un cómodo autobús hasta la localidad de Torsviks Torg para después caminar unos 10 minutos hasta el museo.

Una vez traspasado el umbral de entrada se descubre un imponente lugar con un poderoso influjo italianizante por el que da gusto pasear, ya que está rodeado de setos, arboledas, terrazas en diferentes alturas, fuentes y estanques. Y entre todo ello, se descubren de forma muy sutil y estratégicamente colocadas, diferentes esculturas firmadas por Carl Milles, un escultor innovador que se inspiró en la mitología griega y también en el arte de culturas no europeas para concebir sus obras. Millesgården fue  el hogar que compartió con su esposa Olga, y su jardín de esculturas, fue sin duda alguna, el mayor logro de su vida.

Olga y Carl Milles son dos de los artistas maÌs representativos del arte sueco del siglo XX. Foto Archivos de MillesgaÌŠrden

Olga y Carl Milles son dos de los artistas maÌs representativos del arte sueco del siglo XX. Foto: Archivos de MillesgaÌŠrden

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Un hogar y un estudio

La casa, un diseño del arquitecto Carl M. Bengtsson, con la colaboración de Olga y Carl MIlles, fue construida en 1908. Durante el siguiente medio siglo Millesgården se expandió en colaboración con el medio hermano de Carl, el arquitecto Evert Milles.

Entre 1911 y 1913 se añadió un estudio al aire libre en forma de ala de logia, destinado a mejorar el ambiente de trabajo de Carl, ya que había contraído un caso grave de silicosis por inhalación del polvo dispersado al tallar la piedra.

A medida que los ingresos de Milles aumentaron debido a los muchos nuevos encargos de esculturas durante la década de 1920-30, provenientes en su mayoría de emergentes ciudades norteamericanas como Detroit, St. Louis, Kansas City o Dallas, adquirieron propiedades adyacentes a lo largo de las laderas situadas al sur. Además de añadirse nuevos espacios de vivienda y estudio se incrementó el área de jardín de esculturas.

A la muerte de Carl Milles, el 19 de septiembre de 1955, Millesgården era ya una fundación, que fue donada al pueblo sueco para convertirse en un futuro en el museo que es hoy en día.

Carl Milles trabajando en una de sus obras en el estudio de MillesgaÌŠrden. Foto  Archivos de MillesgaÌŠrden

Carl Milles trabajando en una de sus obras en el estudio de MillesgaÌŠrden. Foto: Archivos de MillesgaÌŠrden.

Las partes del museo

Millesgården se distribuye en distintas áreas que permiten conocer tanto las obras artísticas del matrimonio como los ambientes en los que vivieron: la casa de los artistas, el estudio principal de Carl, con obras del escultor y también diversos cuadros firmados por Olga, y el jardín donde se exhibe la gran colección de antigüedades clásicas romanas, griegas y de otras culturas reunida por Carl Milles, la casa de Anna, la asistente de Carla, y la galería de arte.

Una vez en el exterior, es un lujo pasear por el Parque de Esculturas, el bucólico paisaje verde de ensueño en el que se hallan las más famosas obras de Milles. Distintas áreas recrean ambientes tan disímiles como la campiña austríaca -un recodo con plantas y motivos típicos de Austria-, regalo de Milles a su esposa por su 50 aniversario, o los jardines mediterráneos italianos.

 
La Mano de Dios, obra de Carl MiIles fechada en 1953. Foto: Juan Pablo Bonete.

 

La Mano de Dios, obra de Carl MiIles fechada en 1953. Foto: Juan Pablo Bonete.

Esculturas imprescindibles

En este espacio podremos deleitarnos con creaciones de la talla de Las Chicas Danzantes (1917), El Cantante del Sol (1926), o La Fuente de Aganippe (1955), concluida poco tiempo antes del fallecimiento del escultor.

En otros casos, las estas obras son réplicas de esculturas que se encuentran en algunas ciudades del mundo, como Europa y el Toro (1926), la fuente más grande de Millesgården, ubicada en la terraza inferior y cuyo original se encuentra en la ciudad sueca de Halmstad.  Y junto a ella, la majestuosa estatua de bronce de Poseidón (1930), de más de 7 metros, que mira impertérrita al mar.  

Pero quizás, las esculturas más icónicas de Milles, y probablemente las más fotografiadas de todo Millesgården sean los Ángeles Músicos (1949-50), esculpidos en Estados Unidos y que pueden verse en muchas de las fuentes repartidas por la geografía mundial firmadas por el escultor. Son ángeles desnudos que tocan diferentes instrumentos de viento.

El museo MillesgaÌŠrden se construyoÌ en 1908 como un jardiÌn de la costa mediterraÌnea italiana. Foto JoseÌ Manuel Torres

MillesgaÌŠrden se construyoÌ en 1908 como un jardiÌn de la costa mediterraÌnea italiana. Foto: JoseÌ Manuel Torres.

Como despedida, no hay visitante que no haga una parada ante las sencillas tumbas de Olga y Carl Milles, que descansan juntos en el lugar en el que vivieron su particular historia de amor y por el que sintieron una irrefrenable pasión artística a lo largo de sus vidas.

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