Las mascarillas invaden las obras de arte

El Museo Fitzwilliam de Cambridge invita a descubrir su nueva colección de obras maestras adaptadas al coronavirus

Los museos y galerías de arte de todo el mundo han tenido que buscarse la vida para poder seguir adelante tras varios meses con sus puertas cerradas. Casi todos se volcaron a presentar sus obras de manera virtual, algunos promovieron el arte en las calles, pero un centro cultural de Reino Unido lanzó una campaña original: vender postales de sus obras más representativas portando mascarillas.

La idea es del Museo Fitzwilliam, de Cambridge. Como suele suceder en el país, la entrada es gratuita y la institución (que depende de la famosa universidad británica) se financia con donaciones de las visitas y las ventas de la tienda de recuerdos.

Ideas frente a la crisis

Aunque está un peldaño por debajo de grandes mecas del arte como el Museo Británico o la National Gallery, su valioso patrimonio de antigüedades, artes decorativas, esculturas, manuscritos, libros y pinturas lo llevó a ser conocido como “el mejor museo pequeño de Europa”, según una definición del director de la Washington Gallery que conserva con orgullo.

Las ocho postales con algunas de sus obras más representativas visten mascarillas que hacen juego con el vestuario de los protagonistas

Con el cierre por el coronavirus y con sus vías de financiación cerradas, la dirección del museo sacó a la venta una serie de ocho postales con algunas de las pinturas más importantes de su catálogo.

Las hijas de Sir Matthew Decker de Jan van Meyer  Foto Museo Fitzwilliam

‘Las hijas de Sir Matthew Decker’ de Jan van Meyer.  Foto Museo Fitzwilliam

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El detalle es que, adaptadas a estos tiempos, cada uno de los personajes porta una mascarilla sanitaria, para de paso promover las medidas de seguridad para cuando reabra sus puertas.

Montajes con estilo

Pero no se trata de un montaje con una mascarilla cualquiera y listo. Los retocadores digitales se han cuidado de mantener el estilo de cada obra, para que no desentone con el resto de la composición.

Por ejemplo, en La dama de honor, cuadro de John Everett Millais, la mascarilla hace juego con el estampado de flores blancas y verdes del vestido.

Tiziano Foto Museo Fitzwilliam

La Venus de Tiziano, bien protegida. Foto Museo Fitzwilliam

En la obra de Tiziano Venus y Cupido con un músico de laud, de 1555, la diosa porta una protección que combina con el cortinado rojo. También el dios del amor, como un pequeño ángel, así como el acompañante musical, también están bien resguardados del virus.

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La lectora de Alfred Émile Stevens disfruta de su placer por los libros con una mascarilla blanca y con toques rosados tan elegante como su delicado vestido.

En Las hijas de Sir Matthew Decker, que Jan van Meyer pintó en 1718, las cuatro niñas portan barbijos con los mismos motivos que sus vestidos. Incluso la pequeña muñeca al lado de la menor también tiene su protección.

La dama de honor Foto Museo Fitzwilliam

‘La dama de honor’ y su mascarilla haciendo juego con el vestido. Foto Museo Fitzwilliam

Otras mascarillas sobre esculturas

La idea de revestir a obras de arte con protecciones sanitarias se pudo ver en otros lugares del mundo. Por ejemplo, las ocho esculturas doradas de Trocadero de París, que flanquean el camino a la Torre Eiffel, aparecieron a principios de mayo con mascarillas.

También sucedió en una escultura de Marilyn Monroe en el paseo National Harbor de Maryland y hasta el Tiranosaurio Rex que da la bienvenida en el Museo de Ciencias de Boston tenía una ‘dino-mascarilla’, para evitar ser víctima de una nueva extinción.

La lectora Foto Museo Fitzwilliam

‘La lectora’ con su mascarilla obligatoria. Foto Museo Fitzwilliam

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