‘Moda on demand’, ¿el futuro de la industria en España?

La personalización de prendas y y la producción bajo demanda como futuro de la industria de la moda 4.0

Colección El Terrario Infinito. Foto: Becomely.

Ya hace un par de años que Lectra presentó su proyecto Fashion On Demand en el marco del Mo Mad de la Semana de la Moda madrileña. La empresa tecnológica de origen francés puso en relieve la importancia de la personalización (y, fundamentalmente, la producción bajo demanda) como futuro de la industria de la moda 4.0.

Su presidente, Daniel Harari, dijo entonces que «por primera vez en la industria de la moda, habrá una solución integral de personalización que permitirá trabajar en las mismas condiciones que el segmento del prêt-à-porter con los mismos o incluso mejores resultados».

Cuatro años de investigación y desarrollo y un equipo formado por más de 100 expertos estaban detrás de este proyecto, cuyo objeto final no era otro que dar solución a las empresas españolas de la moda «brindándoles la posibilidad de agilizar múltiples procesos de producción y de gestionar complejas demandas individuales desde el pedido personalizado hasta el corte de la prenda».

Laagam es una de las primeras firmas en trabajar sobre demanda.

Moda de miércoles a miércoles

Si bien algunas marcas han implantado esta forma de trabajo más recientemente, otras han nacido directamente con este motto. Es el caso de Laagam, pionera en introducir este sistema en España de la mano de Inés y Diego Arroyo (sus fundadores), que nació para intentar evitar el despilfarro material y ecológico de recursos que habitualmente supone el stock.

«En la moda es muy complicado saber qué quiere el cliente: en qué cantidades, tallas, tiempos… Obviamente todas las marcas diseñamos productos que creemos se van a vender, pero la realidad es que la mayoría fracasa»”, explica Arroyo a Tendenciashoy.com.

«Así que le dimos la vuelta: si no sabemos qué es lo que se vende, que sean las clientas las que decidan lo que producimos», sentencia.

«Obviamente todas las marcas diseñamos productos que creemos se van a vender, pero la realidad es que la mayoría fracasan»

Diego Arroyo, CEO de Laagam

Como consecuencia, cada semana (en su caso, cada miércoles a las 19h) nuevos artículos se suben a la web y están disponibles únicamente durante siete días. «De este modo nos encargamos de lanzar el máximo de diseños posibles, sin ningún tipo de producción por adelantado e ir produciendo en tiempo real a medidas que las clientas hacen sus pedidos».

Cada miércoles se suben prendas que solo están disponibles una semana. Foto: Laagam.

Aunque encontrar el equilibrio entre beneficio y sostenibilidad no siempre es fácil, Laagam prioriza este valor en el envío y el packaging. «Compensamos toda nuestra huella de CO2 por la entrega del pedido y el packaging se realiza en cajas de cartón y papel de seda reciclado», explican.

Contra la tiranía del stock

También desmontan mitos respecto al consumo vía web: «La consultora Oliver Wyman ya demostró que el online es mucho menos contaminante que el offline, lo que pasa que las furgonetas de reparto es lo que más se ve, así creemos que el online es peor mientras que contamina más lo que no se ve». O, lo que es lo mismo: el hecho de producir la cantidad que se demanda reduce drásticamente el impacto medioambiental.

Además, el gran problema del sector es el stock; el sector de la moda genera el 10% del CO2 mundial y de este el 70% viene de la producción de stock. Como Arroyo mismo explica, «por cada prenda que se vende, se tienen que producir tres. El stock va a crecer un 80% hasta 2030 pero la población mundial sólo lo hará un 9%. Es un modelo insostenible de ahogar al consumidor por oferta en vez de producir únicamente lo que nos demanda en tiempo real».

Por ello, Laagam no hace colecciones sino ‘drops de productos’, que se convierten en novedades semanales a disposición del cliente, que tiene el poder total para decidir lo que se produce con sus compras. De momento, la acogida ha sido tan buena que (a pesar del reto del covid) han duplicado la empresa de año en año.

Am·lul busca reducir la temporalidad a través de prendas que no pasen de moda.

«Ahora mismo estamos ya un +100% por encima de 2019 y con perspectivas de multiplicar las ventas por tres durante este año», comentan.

No more seasons

Bajo el hashtag de #NoMoreSeasons se presenta Am·lul, la marca de moda sostenible fundada por la influencer Gala González. «La decisión para empezar con esta idea es la de intentar crear una marca atemporal que pueda ofrecer prendas que no pasen de moda y que además sirvan para todo el año y cualquier ocasión porque son adaptables», explican desde su equipo de marketing.

«Se sigue la línea de un diseño que sea atemporal y de calidad para que, a su vez, a la persona que compra le dure la prenda durante mucho tiempo, pueda usarla a lo largo de todo el año y no deje de ponérsela porque haya pasado la tendencia. Además, evitamos el gasto de producciones con motivo del paso de las temporadas».

Factores a los que desde luego se suma la contaminación que conlleva la producción de una serie de unidades de stock a nivel industrial incluso, en menor medida como ejemplo de negocio. «El fast fashion produce la cantidades de producto que el público pide en el momento basándose en tendencias actuales con fecha de caducidad, y eso ocasiona la contaminación de la sobreproducción», apuntan desde la marca.

Se diseña, se produce y se vende: no hay restock

Además, Am·lul aporta su granito de sostenibilidad apostando por la producción nacional únicamente, con prendas muy seleccionadas y que (en ocasiones) cuentan con la colaboración de artistas y artesanos locales (como es el caso de las más recientes junto a Pedro García o Sarah Espeute) que les ha permitido no solo «compartir clientes, sino también ampliarse en el espectro de la profesionalización del sector».

Las marcas cambian cantidad por calidad y exclusividad. Foto: Am·lul.

Otro elemento en juego es la exclusividad; no solo por el éxito de sus ya archiconocidas pop ups (especialmente en la capital), sino también porque cada producto es prácticamente único. «Como el stock se calcula en el momento de la producción, Am·lul no hace restock; así que, una vez un producto se agota, se continúan diseñando otros nuevos».

Para la marca y su fundadora es imprescindible que la atemporalidad de las prendas esté al mismo nivel que su practicidad y, sobre todo, la forma en la que el cliente puede adquirirlas mediante los drops que se lanzan en diferentes momentos del año y que complementan una única colección principal. En definitiva, «una única ocasión para un diseño único», como reza su web.

En Becomely apostamos por un modelo de negocio que debería ser el de consumo: comprar menos cantidad, a marcas responsables y con conciencia

Quique Vidal, CEO y fundador de Becomely

Comprar menos, comprar mejor

En el caso de Quique Vidal, la exclusividad y la sostenibilidad son parte del ADN de su marca Becomely desde que concibió el proyecto hace algo más de ocho años.

«Desde el principio mi idea de la moda es concebirla como un juego, y estos años han sido toda una aventura. Nuestro modelo de producción sigue siendo bajo demanda porque creemos en la atención por cada una de nuestras prendas, además de por tener el menor impacto de nuestra producción en el medio ambiente», explica.

La idea pasa por comprar menos, pero mejor. Foto: Becomely.

«A nivel de negocio, creo que apostamos por un modelo que debería ser el de consumo: comprar menos cantidad, a marcas responsables y con conciencia. Cada vez más personas cambian el chip hacia un modelo de consumo slow fashion y creo que es el futuro por el que pasará la industria de la moda en todo el mundo».

Además, su parte innovativa se debe a que Becomely ha abrazado la tecnología desde primer el momento mediante la impresión 3D, algo que también define en cierto modo no solo la manera en la que se produce cada prensa sino también en la que se conciben sus colecciones.

«Desde que descubrimos las ventajas en cuanto a sostenibilidad y producción de la impresión 3D, todos nuestros complementos están fabricados con este método. Combinamos estos complementos con los vestidos hechos a mano para conseguir esa fusión entre lo tecnológico y lo artesanal, lo clásico y lo moderno», explica.

«Creo que madurar es ser consciente del compromiso que tenemos cada uno por nuestro planeta y por la sociedad; por eso trabajamos con materiales de talleres locales, reciclados y sostenibles. Además, tratamos de colaborar con ONG y espacios que den trabajo a personas en riesgo de exclusión social».

Foto: Becomely.

Aunque siguen investigando nuevos materiales y formas de producción constantemente respetando sus principios sostenibles, también creen que la estandarización de una producción y consumo responsables pasa por el apoyo económico e institucional.

«España tiene una gran base de nuevos (y no tan nuevos) talentos con mucho que aportar e innovar en la industria de la moda. Por desgracia, muchos de estos proyectos no cuentan con el apoyo necesario para darse a conocer», concede.

«Siempre he reivindicado más espacios como Samsung EGO y más oportunidades para las nuevas generaciones. Ojalá en el futuro muchas marcas jóvenes tengan más visibilidad».

a.
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