La vuelta más esperada de Courrèges a las pasarelas

Dos conceptos -pasión y optimismo- son los aliados de Nicolas Di Felice en el relanzamiento de la firma creada por André Courrèges

La marca creada por André Courrèges definió una era y cambió los parámetros del diseño femenino pret-a-porter en los 60. Ahora, la marca se relanza con Nicolas Di Felice al mando, que prepara la nueva colección que se presentará en París en marzo.

Bajo el emblema de la “pasión y el optimismo”, Di Felice aspira a mantener el nivel de una de las casas de moda más queridas en Francia. Así lo declaró tras el comunicado donde la marca francesa (parte del grupo Artémis) anunciaba su fichaje de como nuevo director creativo.

El desembarco de Di Felice

Tras estudiar en la célebre escuela de La Cambre (Bruselas), Di Felice ha trabajado en la capital parisina para Balenciaga, Dior o Louis Vuitton. Como buen belga, la simplicidad y la modernidad están en el ADN de sus diseños, dos componentes sin duda claves a la hora de su elección en Courrèges ya que vertebran la esencia de la marca francesa.

Nicolás di Felice, nuevo diseñador creativo de la firma francesa. Foto: Courrèges.

A pesar de haber declarado que la próxima colección marcará “el comienzo de un nuevo ciclo”, los expertos prevén que el diseñador abrace la esencia futurista y minimalista que la casa creó en 1961 (toda una reinvención del Mod’Art) y que sigue representando todo un capítulo en la historia para el país galo y en las tendencias internacionales.

Courrèges

Ingeniero civil de formación y arquitecto de vocación, André Courrèges (Pau,1923) empezó a trabajar a como modisto de Balenciaga en 1950 en París. Once años después, creó su propia marca (junto a su entonces ayudante y después mujer, Coqueline). La nueva aventura empresarial se transformó en una firma rompedora desde el inicio, no solo por su concepción de la moda como prèt-a-porter (al igual que lo hizo el recientemente fallecido Pierre Cardin), sino por lo revolucionarios de sus diseños en cuanto a formas y materiales.

Courrèges revolucionó la moda con la introducción del PVC o el metal en la indumentaria prêt-a-porter

En su época, la prensa francesa no tardó en definir su estilo como, entre otras cosas, “libre, avant-garde y tremendamente moderno”.

Mujeres adelantadas a su tiempo

En parte porque Courrèges, adelantado a su tiempo, ya pensaba en las mujeres conduciendo, subiéndose a un avión o bailando en plenos Swinging 60s, como lo hacían algunas de sus seguidoras más famosas: Jane Birkin, Twiggy o Françoise Hardy. Todas llevaron (y pusieron de moda) la minifalda, el pantacourt (pantalón pirata) o los famosos minivestidos de la marca en su emblemático color blanco.

Andre Courreges con uno de sus diseños. Foto: AFP vía Getty Images.

En 1964, la mayoría de publicaciones de moda coincidieron en que era “el año de Courrèges”. Para Paula Reed, autora del libro 50 Looks que cambiaron el mundo en los 60 (editado por el Design Museum Ltd), se debió a que la casa apostaba por “un look radicalmente diferente no solo del de Balenciaga, sino también de casi todo lo que estaba pasando en la moda contemporánea de ese momento”. También al hecho de que su mujer y compañera de negocios, Coqueline, organizase las presentaciones de cada colección como shows “con música alta y modelos bailando”, apunta.

El PVC llega a la pasarela

En otro sentido en el que la marca revolucionó la moda fue en su introducción del PVC en la indumentaria prêt-a-porter, al igual que el metal (también usado por Paco Rabanne).

Jane Birkin, Twiggy o Françoise Hardy llevaron (y pusieron de moda) la minifalda, el pantacourt o los famosos minivestidos de Courrèges en su emblemático color blanco

Sin embargo, no solo el contenido sino también el continente era diferente a lo antes visto en la moda francesa de pasarela; las formas de los diseños enseñaban espalda, marcaban cintura y estaban diseñados para (en la mayoría de los casos) llevar sin sujetador.

Los accesorios, que estaban inspirados directamente por los de los astronautas, iban desde las botas planas hasta los cascos. “Sus diseños eran la representación en couture del estilo de la calle Youthquake, facilitando la llegada del look moon girl”, se lee en el libro de Reed.

La pareja creativa detrás de Coperni (Sébastien Meyer y Arnaud Vaillant), que dirigió la marca desde 2011 hasta 2017, definían a André y su esposa como “una pareja de visionarios, que adivinaron cómo sería el Siglo XXI y creyeron en el progreso”.

‘Courage’

Esto explica su relevancia actual; “se trata del símbolo de una época”, directamente heredado de los años 50 y que no solo marcó una era durante los 60, sino que también se lanzó al universo de los perfumes (con ‘Empreinte’) y la moda masculina en los 70.

Como diseñador, su iconografía se equipara a la de Azzedine Alaia y, como marca, está al nivel de la maison más importantedel país galo; ya lo dijo Diana Vreeland en su momento: “esto es tan importante como la revolución de Chanel”

Quizá por eso todos los ojos están puestos ahora en Di Felice, que (por el momento) comenzó el año con una campaña en la que se podía leer una sola palabra en algunos de los muros blancos de la capital y la contraportada de los diarios: Courage.

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