Marina Núñez: el nuevo bodegón es digital, ecologista y feminista

La artista multimedia Marina Nuñez reinterpreta los tradicionales bodegones en clave digital y feminista en una exposición en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid

Cuadro de flores (rosa). Marina Núñez | Thyssen.

Flores y frutas, pescados, caza y objetos domésticos son los elementos más comunes a un bodegón, también llamado naturaleza muerta, un género considerado menor y durante mucho tiempo reservado a las mujeres pintoras “que por diferentes prohibiciones académicas y sociales no podían hacer los cuadros geniales de mitología e historia”.

Quien se lamenta es la artista multimedia Marina Núñez (Palencia, 1966), que precisamente se ha propuesto recuperar el tradicional bodegón pero pasándolo por el tamiz de su propia visión o, lo que es lo mismo, para reinterpretarlo en clave digital, ecologista y feminista.

Sus creaciones en vídeos 3D, dibujos, piezas de cristal talladas con láser y óleos pueden verse en la muestra Marina Núñez. Vanitas que se expone en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid hasta el próximo 29 de agosto.

Marejada 3 (2020). Marina Núñez.

‘Vanitas’

“Tengo una fijación con el Thyssen y acabar aquí es un sueño”, comentó la artista durante la presentación de la muestra, definida por el director artístico del museo, Guillermo Solana, como de “muy expresiva” en referencia a la combinación “de eternidad y eternidad y de tremenda fragilidad que hay en los museos. Es algo que habla de la condición humana y que está muy en el centro de esta exposición”, ha destacado.

A lo largo de su carrera, Núñez ha tratado en diferentes ocasiones los cuadros de flores o, más bien, la naturaleza «triunfante” en una relación, la de las flores y los seres humanos, que tiene varias lecturas.

«El bodegón es el género menor que le esperaba a las mujeres artistas, que por diferentes prohibiciones académicas y sociales no podían hacer los cuadros geniales de mitología e historia»

Marina Núñez

En la tradición artística, los hombres eran identificados con racionalidad o progreso y pintaban cuadros heroicos, mientras que a las mujeres se les vinculaba con lo natural y lo primitivo y realizaban pinturas de flores. Consciente de esta infravaloración, Marina Núñez remite con su obra a la condición orgánica del ser humano y a su fragilidad, a la conexión entre el cuerpo y la naturaleza, encarnada en diversas variedades de flores, y a las transformaciones, tensiones y procesos que se derivan.

Fotograma de Naturaleza (Montaña): Marina Núñez.

De la dominación a la armonía

Así, una de las ideas de la exposición es la vanitas, un género dentro del bodegón -muy característico de las pinturas del Barroco- con cuadros moralizantes que hablan de la fugacidad de la vida y cómo cualquier vanidad estaba de más o era inapropiada porque todo –ya sean cosas materiales o placeres terrenales- es efímero y frívolo, pasajero, insignificante.

La idea de la muestra es apostar por un ser humano que se sienta más conectado y relacionado con la naturaleza

Pero sus obras combaten este concepto clásico, por un lado, porque la naturaleza sale victoriosa: “Las flores permanecen y lo humano se desmorona, una idea muy asociada a la muerte”, explica Núñez. La idea se repite en tres pinturas al óleo que reflejan la fusión de rostros humanos con rosas, iris o lirios, un paisaje que desborda un jarrón en el que se le había encerrado liberándose así del recipiente, o dos bustos pétreos enfrentados que terminan disolviéndose para dar lugar a flores.

Por otra parte, plantea una relación entre seres humanos y naturaleza que ya no es de conflicto “sino de empatía y simbiosis”. A las mujeres “les crecen flores” y la relación de “control y dominio” sobre la naturaleza da paso a otra “más fluida”, de armonía y continuidad.

Fotograma de Flores Heroicas (rosa). 2021. Marina Núñez.

Flores heroicas

Otras piezas hacen referencia al arte clásico expuesto en el Thyssen y a momentos en que las mujeres no pintaban –de hecho, la muestra reparte sus piezas en diversas salas de la colección permanente para dar lugar a esta confrontación-.

Es el caso de los vídeos Flores heroicas, donde las plantas “Pelean entre ellas, contra los elementos y hasta mueren y resucitan”, es decir, lejos de servir de tema puramente ornamental y femenino, protagonizan un relato de los vedados a las mujeres pintoras haciendo una referencia a esos cuadros de la historia.

Otra de sus series, Retratos, está formada por piezas grabadas con láser en cristal que representan manos ramificadas, prácticamente convertidas en árboles, una unión que asemeja el amor por la naturaleza al deseo de los desposados representado en obras de la colección con las que dialogan, como Autorretrato de Joos van Cleve o Retrato de una mujer de autor anónimo alemán.

La exposición, con un total de 15 obras, está comisariada por Rocío de la Villa, quien ha querido remarcar la constancia del Thyssen en el apoyo a las mujeres artistas: “Muchas veces se hacen actuaciones puntuales que luego se olvidan, buenos gestos que quedan en el vacío porque falta continuidad”.

Cuadro de Flores (lirios). 2020. Marina Núñez.

Marina Núñez. Vanitas se enmarca en el programa Kora, que cada año lleva a las salas de la pinacoteca una exposición concebida desde la perspectiva de género y en la que han participado ya Paloma Navares, Cristina Lucas y Eulàlia Valldosera y Chechu Álava.

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