La apuesta de Jaeger-LeCoultre por el arte sonoro

Jaeger-LeCoultre y el artista Zimoun organizan una muestra itinerante donde un tapiz con 2.000 mecanismos de relojería crea sonidos únicos

Foto Jaeger-LeCoultre 03

Foto Jaeger-LeCoultre 03

La firma suiza de relojería Jaeger-LeCoultre celebra sus 150 años con una interesante alianza con un artista del sonido, sinergia que resultó en una obra de arte sonora que se expondrá por diferentes ciudades del mundo.

El artista helvético Zimoun recibió el encargo de la compañía de relojes de crear una obra que una la experiencia industrial de la firma con el sonido que tradicionalmente hacen los relojes de muñeca.

Foto Jaeger-LeCoultre 04
La obra parece un tapiz en movimiento. Foto Jaeger-LeCoultre

El tapiz que suena

Tras siete meses de trabajo Zimoun creó un gigantesco tapiz formado por pequeños mecanismos de relojería que emiten un sonido similar al de una moneda que cae al piso.

Son tonos algo hipnóticos, sutiles, que atrapan el sentido auditivo y que transmiten una inédita sensación de bienestar.

2.000 discos que atrapan el oído

Con precisión notarial, el artista suizo bautizó a su obra como ‘1944 prepared dc-motors, mdf panels 72 x 72cm, metal disks  Ø 8cm, 2020’, que sintetiza los materiales usados en su trabajo.

La instalación consiste en 2.000 mecanismos de relojería, manipulados por delgados hilos, que producen sonidos siempre diferentes

La obra está integrada por 2.000 discos metálicos de ocho centímetros de diámetro, provenientes de los talleres de Jaeger-LeCoultre.

Foto Jaeger-LeCoultre 01
Las piezas provienen de los mecanismos de relojería. Foto Jaeger-LeCoultre 01

Todos estos discos están unidos por delgados hilos que se manipulan a mano, lo que permite crear diferentes efectos sonoros según la intensidad con que se impulsen.

Cuando las estructuras metálicas chocan, el sonido puede recordar a los engranajes de un reloj, pero también al agua de un curso por un valle.

Recuerdos del río que corre

“El sonido es muy complejo y cambia constantemente, similar al de un río, que nunca suena igual”, describe Zimoun.

Cuando se mira a estos pequeños discos girando, la superficie de la obra crea un efecto ondulante como pequeñas olas, o como si fuera una tela que se agita con la brisa.

Unos 2.000 discos crean sonidos únicos. Foto: Jaeger LeCoultre.
Unos 2.000 discos crean sonidos únicos. Foto: Jaeger LeCoultre.

A pesar de este resultado visual, el artista no busca que las obras tengan un atractivo estético, sino que tengan un resultado sonoro.

El sonido como arquitectura

“Estoy interesado en el sonido como un elemento arquitectónico para crear espacios, pero también en el sonido que de alguna manera ocupa una habitación y que permite interactuar con él”, puntualiza.

El artista Zimoun. Foto Jaeger-LeCoultre 02
El artista Zimoun. Foto Jaeger-LeCoultre 02

La obra creada por Zimoun, cuando giran los discos, parece un tapiz ondulante o un velo que se agita al viento

Esta obra de arte se presentará en noviembre en la ciudad china de Chengdu, y en marzo viajará a París. Desde la capital francesa, volverá a Oriente para exhibirse en Seúl en mayo de 2021, y luego seguirá de gira por otras metrópolis, de las que todavía no se han informado.

a.
Ahora en portada