El ‘Jardín de las delicias’ del siglo XXI: en movimiento, digital y sonoro

Matadero Madrid trae al presente la obra maestra de El Bosco a través de las obras de 15 artistas internacionales que la revistan desde la animación 3D, la inteligencia artificial, el arte sonoro o el videojuego

El ‘Jardín de las Delicias’ revisitado por el colectivo SMACK. Foto: Matadero Madrid.

No sabemos la fecha exacta en la que el pintor neerlandés Jheronimus van Aken, el Bosco, pintó su obra maestra, el enigmático y complejo tríptico El jardín de las delicias. Fue, en cualquier caso, entre 1490 y 1500. Más de 530 años después, la obra no solo sigue fascinando a quien la contempla y –su sala en el madrileño museo del Prado es siempre una de las más concurridas- sino que también sigue inspirando a autores contemporáneos que trasladan su simbólico retrato social al presente desde la pintura o la escultura, pero también la aminación 3D, la inteligencia artificial, el arte sonoro, la instalación o el videojuego.

Un total de 15 de estos artistas y colectivos han unido sus propias versiones del Jardín de las delicias en una muestra organizada por Matadero Madrid y la Colección SOLO que podrá verse en la ciudad hasta el próximo 27 de febrero (Plaza de Legazpi, 8).

El Jardín de las delicias en versión digital y en movimiento

SMACK, Mario Klingemann, Miao Xiaochun, Cassie McQuater, Filip Custic, Lusesita o La Fura dels Baus- Carlus Padrissa son algunas de las firmas que pueden verse en la veintena de obras que ocupan la Nave 16 de Matadero que ha sido diseñado para la ocasión por estudioHERREROS como un laberinto hecho de cartón de embalaje que potencia la sorpresa y el descubrimiento a cada paso.

La obra de SMACK es un tríptico en tres gigantescas pantallas led. Foto. Matadero Madrid.

Aunque las figuras no dejan de atrapar la mirada, quizás lo que más sorprenda es la absoluta vigencia de unos valores plasmados en el siglo XVI en las tres escenas que integran la obra y que tienen el pecado como hilo conductor, con el edén a la izquierda, un paraíso terrenal entregado a la lujuria en el centro y el infierno a la derecha.

Es el caso de Speculum, una obra a gran escala integrada por tres enormes pantallas led de 4 x 7 metros cada una del colectivo neerlandés SMACK. En esta versión digital de la obra del Bosco, la belleza etérea del paraíso y las criaturas torturadas del infierno vuelven a la vida, ahora adaptadas a las fobias y vicios del siglo XXI.

Las obras revisitan la inagotable imaginería y la riqueza simbólica del tríptico del Bosco y las posibilidades de traerlas a nuestro tiempo

Con tecnología 3D, se emula a los torturados personajes originales ahora bajo los yugos de la exposición social, la tecnología o el capitalismo salvaje. Así, entre colores pastel y tonos saturados se aparecen arbustos con ojos, fetos flotando en el aire, una torre gigante en forma de pene, una criatura con dos cabezas que se besa a sí misma como metáfora del egocentrismo, drones voladores, seres encerrados en cápsulas transparentes o hashtags de gran tamaño que funcionan como instrumentos de tortura.

La muestra se articula como un laberinto de cartón. Foto: Matadero Madrid.

A qué suena el Jardín de las Delicias

También hay una composición sonora sobre celuloide, El Umbrófono, en este caso obra del artista jienense Enrique del Castillo que, sobre una instalación de lectores ópticos y celuloide, recupera extractos sonoros de Josquin Despriez y Adrian Willaert, compositores coetáneos a El Bosco.

La Inteligencia Artificial sirve al alemán Mario Klingeman, uno de los mayores referentes en la creación artística a partir de esta tecnología, para revisitar la obra original. En su propuesta, titulada The Garden of Ephemeral Details, los algoritmos van cambiando diferentes partes del cuadro ante nuestros ojos, jugando también con nuestra percepción y nuestra memoria.

La muestra reúne una veintena de trabajos de los fondos de la Colección SOLO de artistas como SMACK, Mario Klingemann, Miao Xiaochun, Cassie McQuater o La Fura dels Baus- Carlus Padrissa

En este ámbito se sitúa también la instalación inmersiva site specific que ha creado para la muestra La Fura del Baus – Carlus Padrissa.

La muestra podrá verse hasta el 27 de febrero. Foto: Matadero Madrid.

El artista chino Miao Xiaochun, por su parte, firma una instalación de video en el espacio dedicado a los microcosmos y utopías que emergen desde El jardín de las delicias y el hispano-croata Filip Custic, artífice del ecosistema visual de la cantante Rosalía, presenta un jardín en video instalación que retrata la historia de la Humanidad y se pregunta sobre nuestro destino.

Collage, pintura y escultura

En la muestra también hay espacio para formatos más tradicionales, como la escultura y la pintura de los artistas Lusesita y Dave Cooper que componen el espacio ‘Deliciosa Tentación’, dedicado a las obras que se despojan del moralismo satírico de la obra original y nos llevan a un paraíso exento de culpa.

Las creaciones en formato gif del serbio Sholim y la animación digital del colectivo Cool 3D World sitúan al espectador en el punto de enlace entre las corrientes surrealistas y el tríptico de El Bosco.

Además de arte digital hay oleos y esculturas. Foto: Matadero Madrid.

La obra en collage de Dustin Yellin y la pintura inspirada en la estética arcade de Dan Hernández se sitúan junto a la pieza de la norteamericana Cassie McQuater, una apuesta por el formato de videojuego de los años 90 para evocar las expresiones del tríptico.

Nuevas historias y personajes se cuelan en un jardín contemporáneo y lo repueblan en las creaciones del serbio Davor Gromilovic y del artista taiwanés residente en Nueva York, Mu Pan, cuya obra ofrece su retrospectiva vital inspirada en la obra original.

Libro sobre la muestra

La exposición se complementará con una publicación editada por la Colección SOLO, fundada por Ana Gervás y David Cantolla, en la que se abordarán las obras que componen la muestra y su contexto en el arte contemporáneo y en relación con la pieza original.

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