Las fotografías que rompen barreras hacia la creatividad

Una nueva edición del concurso de fotografías Siena Creative Photo Awards invita a romper las reglas. La idea de este certamen es premiar a imágenes por su composición como en su tratamiento digital. Pueden ser imágenes verdaderas o surrealistas, de realidades o fantasías. Pero ninguna deja indiferente.

El jurado tuvo que elegir entre 24.000 fotografías enviadas por profesionales y aficionados de 100 países. La idea era encontrar fotos “que nazcan de la pasión y sensibilidad del autor, que ofrezcan una visión única de la realidad”, indicaron los organizadores.

Crear tendencias

La regla primordial es que los participantes sean libres de usar cualquier técnica. “Queremos que los fotógrafos rompan las reglas con nosotros creando nuevas tendencias en el arte”, y en que las composiciones “expresen una idea, un mensaje o una emoción a través de la imagen y las técnicas” usadas para retocarla.

La ganadora absoluta fue esta imagen de Hardijanto Budiman, con su idea de Entrenamiento de tenis de mesa, una fotografía que le recuerda a su adolescencia cuando jugaba en clubes de Indonesia.

Este certamen del concurso Siena Awards no solo premia la composición, sino también el retoque digital que da forma a la imagen

Delante de un edificio de vidrios verde agua colocó a 12 personas con cascos de moto, mientras otras dos flotan en el aire mientras juegan con sus paletas de colores. En el piso, para romper la dualidad de colores, quedan desparramadas algunas pelotitas de amarillo fluorescente.

En la categoría de Conceptual se buscan imágenes “que ilustren una idea, mostrando el camino para expresar la libertad creativa del fotógrafo”. O sea, cualquier expresión es válida.

Entre las tomas, nos quedamos con Invasor, esta sencilla pero lograda composición de Amir Masoud Arabshahi de un árbol sacudido por el viento mientras que en otros ejemplares, a una prudencial distancia, no se mueve ni una hoja.

En El universo surreal, Vamshi Krishna logró crear un microcosmos usando elementos de limpieza de su casa. Con las reacciones químicas, pudo recrear cuerpos celestes de una galaxia lejana de morados y violetas. Y fue una de las elegidas de la categoría Abstracto.

En el apartado de Naturaleza, impacta la mirada fija de un búho nival que realizó Grégory Pol, quien estuvo más de una semana, día tras día, tratando de ganarse la confianza de una de estas aves que buscaba comida.

[Para leer más: El triunfo de las fotografías que revelan un mundo diferente]

El mérito de Pol es que realizó su fotografía sin tener que alimentar al búho, un truco que realizan muchos profesionales para seducir al animal.

Más respeto con las fotos de bodas: son producción muy complejas, y muchos profesionales y aficionados no deberían desdeñarla.

El ganador de esta categoría fue Gianfranco Bernardo, con una magnífica composición de un grupo de mujeres preparando un vestido de novia, traslúcido tras un fondo luminoso, con sus manos en una composición etérea.

Entre las fotos de Arquitectura, nos quedamos con Zaha, el homenaje de Florian Böttcher a la arquitecta iraní Zaha Hadid.

Sus creaciones orgánicas, de formas curvas y despojadas de accesorios, se encuentran en las principales ciudades del mundo. En este caso, la imagen retrató una mujer que camina solitaria junto a un arco del centro Heydar Aliyev, en Bakú, la capital de Azerbaiyán.

En la categoría de Naturaleza los animales sirven de modelos para diferentes mensajes inspiradores. Así lo vio Budi Gunawan, quien combinando la fotografía con abundantes recursos de retoque y manipulación creó esta composición llamada Los afortunados siete, donde seis pequeños abejarucos coliazul ven con resignación cómo uno de ellos fue más listo y está a punto de capturar una libélula como almuerzo.

Entre los retratos, muchos fotógrafos jugaron a representar obras clásicas pero con elementos modernos.

En la categoría de Retratos muchos fotógrafos recrearon pinturas clásicas pero con detalles del siglo XXI

Ese fue el camino que tomó Kristian Piccoli con una composición que parece del siglo XIX, pero en donde resalta un cubo de Rubik con su cara sepia, entretenimiento que representa “la inteligencia del dueño y el intento de poner orden en la vida”, dice el autor.

Y cerramos con la temática abierta, en que Hisham Karouri realizó una imagen con dron de la festividad de Sitti Mariam, una celebración musulmana del este de Sudán. Allí los hombres con túnicas blancas y las mujeres con telas de colores se dividen como el agua y el aceite, una clara frontera social y religiosa a través de las vestimentas.