‘India’: una cartografía fotográfica de rincones y miradas del coloso asiático

Tras ‘Himalaya’ y ‘Birmania’, Tania Abitbol publica un intimista paseo fotográfico de geografías y estaciones, de trenes y festivales, de paisajes y ciudades de la India

India. Foto: Tania Abitbol.

Hay quien califica su fotografía de naíf porque siempre logra enfocar lo bonito de la vida. Tania Abitbol se defiende: no se trata de buscar el lado amable sino de fotografiar lo que uno encuentra. Y, en su caso, lo que encuentra es mucha bondad. Por supuesto, también en la India, un auténtico continente que centra su tercer libro de imágenes publicado por Lunwerg y que ella califica como una cartografía de rincones y ojos iluminados con el brillo que solo puede encontrarse en este lugar del planeta.

Por supuesto, no es ajena a la realidad. Abitbol (Madrid, 1965) reconoce que hay escenas terribles, muy duras en el país: “las peores, las de los niños huérfanos o que son utilizados por hombres desalmados para su propio beneficio, viviendo los horrores de las calles día tras día. Y también lo es el hecho de que algunas de las creencias arraigadas al pasado durante siglos, como el sistema de castas o los matrimonios concertados, así como la complicada situación en la que se encuentran millones de mujeres, son difíciles de asimilar y de aceptar en pleno siglo XXI”. Sin embargo, su fotografía es, en cierto modo, militante de la bondad: “una vez más, y en absoluto con la intención de querer ignorar estas crudas realidades, he tratado de centrarme en la cara bonita y amable… porque la hay, y en grandes dosis”.

La golfista metida a fotógrafa de viajes

Esta cara amable de la India llega en forma de su tercer libro. Tras Himalaya y Birmania llega India, una historia ilustrada con 178 imágenes repletas de belleza con las que zambullirnos en ciudades alborotadas y luces tardías del desierto, en el cromatismo desordenado de los festivales y la hipnótica belleza de los muros coloreados, en la presencia constante de Buda y en la expectativa pintada en la mirada de los pasajeros de un tren.

«Mi ilusión durante todo el proceso creativo de esta historia ilustrada ha sido la de ser capaz de acercar al lector a muchas de ellas; no a todas, me temo»

Tania Abitbol

Abitbol iba para deportista de élite; de forma casual y casi sin pretenderlo se convirtió en golfista profesional, seguramente una de las mejores de los años 90 en nuestro país, con victorias en el Ladies European Tour o el el WPG European Tour Classic, e incluso una cuarta posición en el US Open. Una grave lesión de espalda y algo de desencanto con la aventura americana forzaron un cambio de rumbo. De nuevo casi de forma casual -un paseo con amigos por Chinchón- se topó con la fotografía. Como el golf, lo que aparentaba no dársele de todo mal se convirtió en su profesión. Se lanzó a viajar casi con fruición, centrándose en la que siempre fue su pasión: Asia. Recorrió Vietnam, Birmania, Nepal, Bután, Tíbet… y la India. Y, casi como si nada, tiene tres libros publicados y ha sido finalista en 2014, 2015, 2017 y 2018 del prestigioso concurso internacional Travel Photographer of the Year.

La obra refleja un inmenso país lleno de contrastes. Foto Tania Abitbol.

India de sur a norte

Más que un libro, sostiene, India es una lección interminable. “Hay tantas Indias tan diferentes. Mi ilusión durante todo el proceso creativo de esta historia ilustrada ha sido la de ser capaz de acercar al lector a muchas de ellas; no a todas, me temo, porque se necesitaría una vida entera para poder abarcar la infinidad de matices que definen la idiosincrasia de este fascinante coloso asiático”.

Y así, buscando la parte más humana, sin ambición didáctica –para eso ya están las guías de viaje, opina- nos propone su paseo fotográfico a la India. Un viaje en el que capta multitudes, animales, vehículos y templos, pero también sensaciones y percepciones, olores, sabores o ruidos, “todo ello latiendo fuerte al mismo compás bajo un sonido incesante de bocinas”.

El color explota en los festivales de la India. Foto: Tania Abitbol.

El libro de 376 páginas es fruto de innumerables viajes a la India y, a su modo, un homenaje a sus gentes, una colección de imágenes dividida en diferentes espacios que logran trasladar los contundentes contrastes del país: por ejemplo, el bullicio ensordecedor que inunda las grandes ciudades como Delhi y Bombay frente al ritmo sosegado y alegre que impregna el aire del sur, visitante los lagos y canales de Kerala o las calles de la antigua ciudad de Cochin.

India, o la amas o la odias

El objetivo se detiene en la locura indescriptible que se experimenta al desplazarse en tren, la espiritualidad que reina en los templos y lagos sagrados, como Templo Dorado de Amritsar, o la magia que envuelve las arenas del desierto de Thar en una de las ferias ganaderas más grandes del mundo.

Las imágenes nos hacen además vivir la contagiosa jovialidad que se vive de manera intensa en las festividades, el colorido vibrante que pinta cada rincón de las ciudades de Rajasthan, la paz que reina en la zona budista de Ladakh -conocido como el pequeño Tíbet- o la serenidad mística que envuelve los Ghats de Varanasi -las gradas que descienden al río Ganges en su paso por esta ciudad del estado de Uttar Pradesh-.

La obra se divide en secciones que muestran los contrastes en el país. Foto: Tania Abitbol.

Las fotografías, como ya es habitual en Abitbol, están cargadas de espontaneidad, de vida y de color y logran retratar la bondad y la parte más hermosa que habita en el alma humana.

Dicen que la India no tiene término medio: o la odias o la amas profundamente. En su caso, “por suerte, sucedió lo segundo”. Y advierte: “es más que probable que regrese una y otra vez a esta singular parte del mundo que tanto me fascina y que tanto me ha dado”.

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