Hay un nuevo mundo para descubrir bajo el mar. Y es fascinante

El concurso de fotografía de Scuba Diving presenta increíbles imágenes de la fauna submarina y los paisajes oceánicos

Fotografia Scuba Diving

El célebre buzo y conservacionista Jacques Costeau recordaba el mundo oculto que se encuentra debajo de las olas: “habremos puesto un pie en la Luna, pero conocemos menos de 20% de los océanos”.

Debajo del agua hay una biodiversidad de la que apenas somos conscientes, allí viven las criaturas más grandes de la historia y las más pequeñas; en los mares se originó la vida y a las aguas regresaron muchas especies en su camino evolutivo.

La dura tarea de fotografiar en el mar

Fotografiar bajo el agua es más complejo de lo que parece. No solo se trata de que haya aguas claras y una biodiversidad que merezca la pena sumergirse, sino que hay que saber cómo encuadrar y crear la composición con las trampas ópticas que genera el agua.

También está el tema de la luz y tener que luchar por estar quieto frente a las corrientes, los sedimentos y mil obstáculos.

Y luego están los protagonistas, cómo capturar a un minúsculo hipocampo con sus crías o a gigantescas ballenas que nadan en una danza sincronizada.

Estas son las fotos ganadoras del concurso Trough Your Lens, organizado por la revista Scuba Diving.

Viajando en la boca de un tiburón

La ganadora es la toma de Evans Baudin. Realizada en junio de este año en una expedición para documentar el impacto del Covid-19 en el tráfico marítimo, el fotógrafo se encontró con un tiburón ballena.

Foto: Evans Baudi.

La foto ganadora muestra a un grupo de rémoras instaladas cómodamente en la boca de un tiburón ballena, el pez más grande de los océanos

Este pez, el más grande del mundo con sus 12 metros de largo, es inofensivo para el hombre. Y para otras especies, como las 50 rémoras instaladas con toda comodidad en su boca.

Segundos para fotografiar

Además de todas las limitaciones técnicas de la fotografía submarina, hay que tener sentido de la oportunidad.

Foto Jules Casey

Como la que tuvo Jules Casey, que en las aguas de Port Phillip Bay, en Australia, vio a un pequeño hipocampo atrapar con su cola a un pez aguja, quizás pensando que era un trozo de hierba.

La pequeña escena duró 10 segundos, hasta que el pez aguja se liberó. Pero fueron suficientes para capturar esta bonita imagen.

Ejemplares sorprendentes

Hay criaturas marinas que ni imaginamos que existen. Ejemplares de colores y formas inéditas.

Los moluscos como los pulpos y babosas de mar presentan unas formas y colores fotogénicos que no tienen rival

Es el ejemplo de este pequeño pulpo de la variedad Wunderpus photogenicus, que como su nombre indica, pareciera haber evolucionado para brillar ante las cámaras.

Foto: Tobias Fredich

La fotografía es de Tobias Fredrich, ganador del primer lugar en la categoría de cámaras compactas.

Insistir e insistir

Hay que tener paciencia y constancia para lograr las mejores imágenes. Yury Ivanov tuvo que sumergirse cuatro oportunidades y descender hasta los 32 metros para fotografiar a esta hermosa ‘reina de las nieves’.

Foto: Yuri Ivanov

Se trata de un ejemplar de Phyllodesmium iriomotense, una especie de babosa de mar de gran belleza y plasticidad, que aquí vemos alimentándose entre los corales.

Paseando entre naufragios

No todas son imágenes de peces, moluscos y cetáceos. Con los restos de un naufragio se pueden crear logradas composiciones, como esta de Marc Henauer con un buzo paseando entre los restos del Olympia.

Este barco, yacente cerca de la isla griega de Amorgos, en Grecia, fue usado por Luc Besson en el film El gran azul, de 1988.

Foto: Marc Henauer

El mérito de Marc Henauer fue sincronizar el movimiento del oleaje con la luz del sol y al buzo mantiendo su postura con elegancia.

Escuadrón de peces

Algunos comportamiento de los peces nos recuerdan a actividades humanas, aunque debería ser al revés.

En Escuadrón Dennis Whitestone fotografió a un grupo de peces voladores sobre una formación de sargazos en las aguas de Palm Beach, en Florida.

Foto: Dennis Whitestone

Como si fuera una formación de cazabombarderos, los pequeños peces desplegaban sus alas para buscar su objetivo: la comida del día.

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