Fotografía: cuanto más grande, mejor
Una nueva edición del concurso Epson Pano Awards elige a fantásticas imágenes panorámicas de paisajes y ciudades, con presentaciones estéticas inesperadas
Uno de los concursos de fotografías de paisajes más importantes, Epson International Pano Awards, permite descubrir imágenes de paisajes que engañan a los sentidos.
En la 11ª edición el certamen recibió casi 6.000 fotografías enviadas por 1.452 fotógrafos, entre amateurs y profesionales, provenientes de 96 países.
Estas imágenes panorámicas, obtenidas desde lo alto de montañas, con drones o en el corazón de un bosque, no se limitan a presentar paisajes de singular belleza, sino también a enseñar caras pocas veces vistas de las ciudades, sus edificios y monumentos singulares.
Los españoles ganadores
En este último concepto vemos como ganador a un español, Juan López Ruiz, quien triunfó en la categoría Amateur con su imagen Luz y sombras en las torres.
A pie de calle este fotógrafo retrató la poesía arquitectónica de dos de los rascacielos del complejo financiero Cuatro Torres, en Madrid, que dialogan con una marquesina en primer plano.
El fotógrafo español Juan López Ruiz capturó una interesante poesía arquitectónica entre las torres del complejo financiero ubicado al norte de Madrid
“Realicé la fotografía pensando en realizar un procesamiento digital en blanco y negro, y en mejorar el contraste agregando sombras y luz para crear una imagen más impresionante”, dijo López Ruiz.
Pero no fue el único español galardonado. Segundo también en la categoría Amateur está Carlos Turienzo con su imagen Janela, en donde retrató una melancólica puesta del sol en la isla de Madeira, en Portugal.
La soledad en la nieve
El ganador absoluto fue Matt Jackisch, de Canada, con su imagen Hibernación de primavera.
Se trata de una toma de estética minimalista, de las montañas de la Columbia Británica cubiertas de nieve, como si fuera un mar níveo.
Solitaria, tapada por el manto blanco, asoma la pequeña rama de un pino. Cuando realizó la toma, tras una jornada de caminata con raquetas de nieve, el fotógrafo dijo que le aportó una sensación de soledad y bienestar.
Hay belleza hasta en los desperdicios
Dentro de la categoría Medio Ambiente y Arquitectura, el premio mayor fue para Colin Leonhardt, que fotografió la surrealista composición de dos minas a cielo abierto en la región desértica de Collie, en el oeste de Australia.
Separadas por una carretera, a cada lado el paisaje se hunde en dos fosos donde la tierra naranja, roja y gris crea un efecto sorprendente. Pero hay un lado oscuro, porque ese despliegue cromático está creado por desperdicios arrojados a las minas.
La cueva dividida
Dentro de las imágenes de Realidad Virtual y 360 grados está la ingeniosa toma de Oleg Gaponyuk, de Rusia, con Dividido en la cueva.
Se trata de una fotografía submarina en la Cueva de los candelabros, en las Islas Palau (Micronesia), donde las gruesas estalactitas crean un efecto de iceberg invertido, formación fascinante donde con un poco de atención se puede descubrir a un buzo explorándolas.
El ojo de la bestia
En Arte Digital Manis Mamtani, de EEUU, usó un dron para retratar a una laguna en Islandia. La alta concentración de azufre y otros minerales en el agua, y la textura del terreno que la rodea, da la sensación de estar mirando al rostro de un terrible monstruo mitológico.
La toma aérea de una laguna volcánica en Islandia recuerda al ojo de un dragón
No en vano la fotografía se llama El ojo de dragón.
Montañas como escamas
El premio de los curadores del concurso fue para Armand Sarlangue, de Francia, por su imagen Convergencia en la oscuridad.
Se trata de las montañas Badlands en el desierto central de Utah, en EEUU, que bajo una tenue luz nocturna recuerdan a las escamas de un reptil.