En el estudio de Philippe Starck: así trabajan los mejores diseñadores del mundo

Starck, Urquiola, Ridolfo, Häberli, Cazzaniga, Lievore, Hubert y Morrison: 8 de los mejores diseñadores del mundo comparten su experiencia profesional en un nuevo libro de Andreu World

Philippe Starck. Foto: Andreu World.

No hay dos diseñadores iguales como no hay dos modelos de ejercer una profesión o dos formas de afrontar el proceso creativo. Tampoco hay una fórmula para alcanzar el éxito, ni siquiera los mejores del mundo. O quizás deberíamos decir menos aún los mejores del mundo, como demuestran los testimonios tan diferente de los ocho personajes escogidos por Andreu World para dar forma a Diálogos sobre el trabajo, un nuevo manual que es un acercamiento humanista y filosófico a la profesión.

Sobradamente documentadas, ya conocemos sus obras, que van de piezas icónicas de mobiliario a hoteles y automóviles hablan por ellos. Pero ahora entramos en sus estudios.

Philippe Starck, Patricia Urquiola, Giulio Ridolfo, Alfredo Häberli, Piergiorgio Cazzaniga, Alberto Lievore, Benjamin Hubert y Jasper Morrison abren sus puertas a través de las 408 páginas de la obra, publicada por Edhasa y a la venta a partir del 1 de septiembre.

Patricia Urquiola en su estudio de Milán. Foto: Andreu World.

Cómo trabajan los genios del diseño

Starck, Urquiola, Ridolfo, Häberli, Cazzaniga, Lievore, Hubert y Morrison tienen en común el éxito. También una relación laboral con Andreu World, una empresa familiar nacida Alacuás (Valencia) y con proyección en todo el mundo.

Poco más une sus respectivas experiencias profesionales y sus respectivas trayectorias, que ahora podemos conocer de primera mano desde el interior de sus estudios y contado por ellos mismos. ¿Cómo trabajan? ¿Por qué eligen un lugar del mundo y no otro para instalarse? ¿Cómo organizan sus empresas? ¿Qué relación tienen con sus colaboradores y empleados?

«No puedo trabajar en una ciudad. Las vibraciones son demasiado fuertes, no hay lugar para la concentración. Por eso mis lugares de trabajo están en la naturaleza»

Philippe Starck

Philippe Starck confiesa que puede trabajar en cualquier lugar: lo hace tanto en un antiguo palacio como en una cabaña perdida en el bosque portugués, al ritmo de un gran proyecto por día que después se ejecuta desde su oficina parisina. “Tengo un monstruo dentro de mi, que debe llamarse ‘inconsciente’ y que trabaja constantemente en todo lo que sé y todo lo que no sé. Nunca reflexiono, nunca pienso, este inconsciente proporciona las respuestas en unas pocas decimas de segundo a las preguntas que a veces nunca me he hecho”.

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Subversivo e iconoclasta, impredecible y visionario, Starck defiende que la creación, en cualquiera de sus formas, debe hacer la vida mejor al mayor número posible de personas, ya sean muebles, exprimidores de naranjas, restaurantes megayates o estaciones espaciales. Su propósito es ser «buenos» antes que bonitos.

Su modo de trabajar es el un ermitaño, confiesa. Partiendo de que considera su cerebro su principal lugar de creación, para diseñar se recluye en sus “en medio de la nada”, que puede ser su refugio en las montañas o las dunas de Portugal.

Odia los brainstorming (“si me pidieras que piense con otras cinco personas alrededor de una mesa, no podría hacerlo”) y cree firmemente que los edificios de oficinas son “máquinas destructoras de trabajo al suprimir el placer de trabajar”.

«No quiero estar cerca de nadie que no tenga miedo. La gente que es valiente es la que sabe medirse con su miedo, sus dudas y preocupaciones»

Patricia Urquiola

Patricia Urquiola: trabajo en familia

La arquitecta ovetense Patricia Urquiola trabaja con su pareja (Alberto Zontone) y una gran familia de colaboradores de distinta procedencia en el centro de Milán. Adora su trabajo y considera que tener una casa-estudio es “perfecto”. La suya ocupa el espacio de una antigua fábrica de tejidos, con su vivienda familiar encima.

En el estudio de Patricia Urquiola trabajan alrededor de 70 personas. Foto: Andreu World.

Correcta, directa, valora la preparación personal de sus colaboradores, la cultura propia de su país, su experiencia como elemento que se añade a la discusión. Como líder se fía de los demás, les da la posibilidad de tener su espacio y se porta con ellos como con ella misma.

Giulio Ridolfo: vivir sin oficina

En el polo opuesto, Giulio Ridolfo no necesita ni oficina ni ayudantes, le basta con una maleta y un cielo de cualquier color en cualquier lugar para satisfacer cualquier encargo.

Este diseñador, que se dedica principalmente a recorrer el mundo en busca de colores, afirma no usar ordenador para trabajar. Eso sí, se desplaza con libros, retales de tela, plásticos o joyas, todo metido en una maleta que contiene todo su trabajo.

Giulio Ridolfo, el diseñador del color. Foto: Andreu World.

Aunque trabaja en la piel de los objetos, su color, dibujo y textura, consigue no quedarse en la superficie. El color, afirma, “me interesa cuando está integrado en el proyecto”.

Alfredo Härberli: artesano de la creación

Alfredo Häberli es un artesano de la creación al servicio de la industria que ha cumplido su sueño de diseñar un vehículo (proyecto Spheres para BMW), entre otras muchas cosas.

Nacido en Buenos Aires e instalado en Zürich, su trabajo combina rigurosidad y poesía, pizcas de humor y emoción y abundante racionalidad. Mima cada proyecto y se involucra en muchos de ámbitos muy distintos entre sí.

Alfredo Haberli. Foto: Andreu World.

Aunque las ideas vengan en cualquier sitio, las materializa en su estudio, que es un universo propio, a medio camino entre la casita del árbol de la infancia, en el sentido de tu lugar privado, y un gabinete de curiosidades con objetos inspiradores: “Es como una batería llena de energía que tienes ahí a tu disposición”.

De soledad y discípulos

La obra, dirigida por Ramón Úbeda basada en entrevistas realizadas por Ana Domínguez Siemens, repasa también la visión del trabajo y la profesión de Piergiorgio Cazzaniga, quizás el último de los creadores solitarios, un auténtico maestro que no se ha movido del pequeño pueblo donde nació y aprendió el oficio como antaño, de su padre, su abuelo y su bisabuelo.

Alberto Lievore, por el contrario, siempre ha preferido asociarse para seguir creciendo y ha sabido elegir los mejores compañeros de viaje. Con oficina en Barcelona desde 1977, en este momento sus partners oficiales son Jeannette Altherr, Delphien Désile y Dennis Park, con quienes comparte valores como la armonía, el equilibrio, la sensualidad y la contención.

Jasper Morrison. Foto: Andreu World.

Benjamin Hubert, el más joven de los ocho, es el único que se estrenó profesionalmente en el siglo XXI, y también el único que ha dejado su nombre en segundo plano para diluirse en una agencia de diseño, LAYER, un estudio multidisciplinar que se distingue por lo ingenioso de las soluciones que aporta a necesidades de nuestra vida diaria (por ejemplo, creando artilugios que no sabíamos que necesitábamos y sin los que una vez conocidos no podríamos vivir).

Cierra el manual Jasper Morrison, que no tiene un estudio sino tres (Londres, París y Tokio) repartidos en dos continentes. En España trabaja para Camper y Andreu World y diseña objetos humildes, útiles, simples y bellos, con frecuencia anónimos, que pasan desapercibidos peo que contribuyen a nuestro bienestar.

Su experiencia sirve para hablar de las relaciones laborales con empleados, discípulos y clientes.

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