Banksy da un golpe maestro al turismo masivo (en forma de arte)

El artista reaparece en Venecia con una obra en la que la que denuncia la masificación turística que sufre la ciudad con los cruceros como máximo exponente

Diferentes lienzos que conformaban la imagen de un enorme barco, en alusión a la llegada constante de cruceros a la ciudad, y la leyenda ‘Venice in oil’ conforman la última obra del artista urbano Banksy, esta vez en forma de instalación en Venecia.

Cuando la ciudad, que estos días celebra la Bienal de Arte, se pregunta aún si la obra aparecida la semana pasada, en la que un niño vestido con chaleco salvavidas que recuerda las escenas de migrantes rescatados en el Mediterráneo, es del escurridizo artista, una publicación en sus redes sociales confirma, al menos, su presencia en Venecia.

No es casualidad que Banksy haya escogido Venecia en esta ocasión: la ciudad se divide desde hace años entre detractores y defensores de la llegada masiva de visitantes

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Turismo incómodo

“Preparando mi puesto en la Bienal de Venecia. A pesar de ser el evento artístico más grande y prestigioso del mundo, por alguna razón nunca he sido invitado”, añadía en una publicación en su canal de Instagram.

 

El texto acompaña un vídeo en el que se muestra un artista callejero (¿Banksy?) que se detiene en la Plaza de San Marcos para exponer su pintura: un conjunto de lienzos que conforman la imagen de un enorme crucero entrando en el Gran Canal veneciano en contraste con las frágiles góndolas que se balancean vulnerables.

El nombre de la obra, ‘Venice in oil’, refrenda la crítica: la ciudad está invadida por un gran crucero como el que se retrata, y que arroja hordas de turistas que la recorren por unas horas con las consiguientes molestias a los vecinos y presión sobre el patrimonio, además del incremento de la contaminación por el combustible de estos barcos.

En el vídeo, el supuesto artista aparece siempre de espaldas, en planos cortos, con sombrero o tapado con un periódico

En el vídeo, donde el supuesto artista cuya identidad sigue siendo un misterio aparece siempre, con sombrero y gabardina, de espaldas, en planos cortos o tapado con un oportuno periódico, se recogen las impresiones y comentarios de vecinos que se paran a admirar y comentar la obra.

También intervienen en el vídeo dos policías venecianos que le invita a marcharse por carecer los permisos necesarios para exponer en la calle (y es que Bansky no fue invitado a la Bienal).

El supuesto artista, sin oponer resistencia, recoge sus cuadros y se marcha arrastrando un carrito con su trabajo mientras una bocina anticipa la llegada de un enorme crucero que cierra la escena.

Epítome de la masificación

No es casualidad que el irreverente Banksy haya escogido precisamente Venecia para poner el foco el problema de la turistificación.

El gobierno italiano lanzó medidas para alejar a los grandes barcos de cruceros del puerto de Venecia.
Las administracines tratan de alejar a los grandes barcos de cruceros del centro de Venecia.

La ciudad se divide desde hace años entre los partidarios y detractores del turismo masivo, del que los cruceros son epítome. La polémica se ha saldado hasta el momento con diversas iniciativas que buscan frenar la llegada de estos grandes barcos al centro de la ciudad.

De hecho, el Ayuntamiento introdujo recientemente una nueva tasa para quienes visiten Venecia sin pernoctar. Se busca desincentivar la excesiva afluencia de turistas de un solo día, como los que llegan en los cruceros, y de quienes negocios como restaurantes y hoteles no obtienen beneficios.  

Banksy también en España

Justamente hoy el arte-protesta de Banksy llega al centro La Térmica de Málaga, que inaugura una exposición en la que se muestra su concepción del arte como herramienta para la denuncia a través de 45 piezas procedentes de colecciones privadas.

Niña con globo, Banksy.
Niña con globo, Banksy. Foto Sold Out | La Témica.

Entre las piezas se encuentra la serigrafía original de ‘Niña con globo’, similar a la que se autodestruyó parcialmente el pasado octubre poco después de ser vendida por 1,1 millones de euros en la casa de subastas Sotheby’s.

Según el comisario de esta muestra no autorizada (¿quién podría hacerlo, si se desconoce la identidad del artista), Alexander Nachkebiya, se busca “proporcionar una experiencia cultural que ayude a entender a Banksy y su arte, su compromiso con la sociedad, la reivindicación de ideas importantes o la lucha contra las desigualdades».

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