Así ha cambiado la belleza humana a lo largo de la historia

Una nueva exposición de CaixaForum Madrid analiza cómo la humanidad se ha representado a sí misma en el arte

El deseo primordial de definir y explicar el lugar que ocupamos en el mundo está detrás de la obsesiva representación del cuerpo humano en todas las sociedades y pueblos desde la prehistoria. Con multiplicidad de formas y estilos, simbólicas, realistas o metafóricas, estas representaciones encarnan conocimientos de la vida, de quienes creemos ser y de lo que aspiramos a ser. Una exposición en CaixaForum Madrid analiza la asombrosa variedad de figuraciones en cuanto a estética y finalidad, pero también ideas y conceptos comunes a todas ellas.

Organizada en colaboración con el British Museum, la muestra acoge 145 obras de arte y objetos de los fondos del museo británico, además de 7 obras de la colección de la Fundación ”la Caixa”, un óleo del Museo del Prado, una instalación del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) y una instalación interactiva del artista digital Rafael Lozano-Hemmer.

La imagen humana

Belleza ideal, retratos, el cuerpo divino, el cuerpo político y la transformación corporal son los cinco ámbitos temáticos que sirven para explorar los mil y un significados de la representación del cuerpo humano en La imagen humana. Arte, identidades y simbolismo, que podrá verse hasta el 16 de enero de 2022 en CaixaForum Madrid.

La muestra La imagen humana. Arte, identidades y simbolismo cuenta con una selección de obras de la Colección ”la Caixa” de Arte Contemporáneo

Como explica el comisario de la muestra y conservador del British Museum, Brendan Moore, “El cuerpo ha sido un vehículo para representar ideas a lo largo de la historia”.

Así lo mostrarán las más de 150 piezas, de distinta procedencia y heterogéneas disciplinas -escultura, vídeo, fotografía o pintura-, y de autores tan dispares como Henri Matisse, David Hockney, Goya, Manet, Alberto Durero, Luis de Madrazo, Koya Abe o Vanessa Beecroft.

“El cuerpo ha sido un vehículo para representar ideas a lo largo de la historia”

Brendan Moore

Sin afán cronológico, con un enfoque atractivo, fresco y accesible, la muestra yuxtapone piezas con el afán, además de sorprender y provocar placer estético, de que el espectador establezca lazos de unión a través del tiempo y el espacio.

Así, la pieza más antigua de la exposición, un cráneo encontrado en Jericó (Cisjordania), con más de 10.000 años de antigüedad, convive con una instalación de arte contemporáneo del artista Óscar Muñoz, un vídeo en el que se ve cómo dibuja con agua y un pincel su propio retrato en una baldosa. ¿Qué tienen en común? Según Moore, “Estos dos rostros están conectados por la idea de mortalidad”.

El cuerpo en diferentes épocas

Este tipo de conexiones se repiten a lo largo de todo el recorrido de la exposición, inicialmente expuesta en Seul en 2015 pero que se ha rediseñado ahora con un discurso más actual.

Cabeza de una reina o diosa, granito, XVIII Dinastía, alrededor de 1400-1390 a.C., posiblemente de Sais, Egipto. ©Trustees of the British Museum.

La primera sección del recorrido indaga en cómo artistas de tradiciones diversas han querido representar el cuerpo en su forma más perfecta y elevada de modo que encontramos cánones de belleza en sociedades que van de la Grecia clásica a la India medieval y el Japón de comienzos de la era moderna.

En este ámbito dialogan desde una escultura clásica romana correspondiente a un desnudo masculino del dios Pan asociado con Dionisio, del 45 al 25 a.C., a una estatua sepulcral de un funcionario egipcio que responde a los cánones de belleza de final del Imperio Antiguo de Egipto, entre 2345 y 2181 a.C.

Además, una estatua de Venus se muestra junto al de una diosa de Rajastán y una obra de Koya Abe (2008) que transforma la Venus ante el espejo de Velázquez, con una mujer con la espalda grabada con tatuajes japoneses. La sensual litografía de Henri Matisse Grande Odalisque à culotte bayadère (Gran odalisca con pantalón a rayas) de 1925 se enfrenta a la obra contemporánea Eva Saumell, carrer de Manso, Barcelona, a cargo de Craigie Horsfield, y a un grabado de la serie los Caprichos de Goya que ofrece una reflexión acerca de la explotación de la belleza femenina y el carácter transitorio de la juventud.

La muestra es un recorrido por uno de los temas más recurrentes del arte figurativo: el ser humano.

Historia del retrato

Otea de las secciones funciona como un homenaje a la historia del retrato que, según el comisario, ofrece una “visión subjetiva y parcial del modelo, no una imagen incontestable”.

Entre las piezas que lo atestiguan, la expresionista Head of Julia (Cabeza de Julia) del británico Frank Auerbach, el melancólico estudio que el maestro flamenco Anton van Dyck hizo del escultor Hubert van den Eynden, el autorretrato de tamaño natural de Ali Kazim, o el retrato que David Hockney pintó del su amigo y mentor Henry Geldzahler.

“Los líderes políticos desde siempre han usado la imagen para transmitir poder, bien sea como estatuas, pinturas, monedas o pósters, siempre para idealizar al gobernante”

Brendan Moore

A continuación, la muestra aborda las muchas representaciones que el cuerpo ha tenido a lo largo de la historia como algo sagrado. Una cabeza romana del dios Apolo en mármol, una figura del dios hindú Visnú, un Buda, una figura de Amón-Ra o una Virgen María con el niño Jesús del siglo XV se codean con una imagen más contemporánea, Black Madonna with twins, de la fotógrafa Vanessa Beecroft, pero que también representa lo sagrado.

El cuerpo y su representación también han sido claves en la propaganda política. “Los líderes políticos desde siempre han usado la imagen para transmitir poder, bien sea como estatuas, pinturas, monedas o pósters, siempre para idealizar al gobernante”, subraya Moore.

Foto: Fundación La Caixa.

Prueba de ello es una estatua de Marco Aurelio, una ilustración de Indira Gandhi o una de las millones de estatuas de Mao Tse Tung que se atesoran en los hogares chinos y que está presente en la exposición.

El cuerpo transformado

Como broche final, el último tramo de la exposición se dedica a profundizar en cómo el cuerpo ha servido para abordar “rasgos extremos” y su poder de transformación. La presentación visual de la figura humana en una forma fantástica o drásticamente alterada es un fenómeno “prácticamente universal”, relata el comisario.

Máscaras funerarias, cabezas de difuntos, una videoinstalación del artista digital Rafael Lozano-Hemmer, que usa la cara de los visitantes para transformarse, o un aguafuerte de David Oxtoby sobre David Bowie, el artista que se reinventó una y otra vez, así lo demuestran.

“La exposición explora la evolución de la imagineria de los tiempos antiguos a la actualidad”, resume Moore, quien cree que la heterogeneidad de los artistas y disciplinas reunidas en la muestra, comparten “un propósito común”, que es hablar sobre “cómo somos y cómo nos vemos en el mundo”.

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