Una ballena de hormigón para descubrir la fauna marina de Australia

Con un gran ojo de cristal y sumergido parcialmente en el agua, el nuevo centro submarino se mimetiza con su entorno tomando la forma de una enorme ballena azul

AUDC. Imagen: Baca Architects.

En el extremo del muelle de madera de Busselton Jetty, el más largo de todo el hemisferio sur con sus 1,8 km y en pie desde 1865, se encuentra el acceso a un observatorio submarino sobre la costa de Geographe Bay, en el oeste de Australia. Inaugurado en 2003 y a 8 metros bajo el nivel del mar, permite ver los corales y el resto de vida marina a través de un total de 11 ventanas que se abren en una plataforma de 9,5 m de diámetro. Con capacidad para solo 44 personas simultáneamente, su éxito pronto superó cualquier expectativa: la experiencia requería de mejoras.

Ahora la ciudad de Busselton, a unos 220 km al sur de Perth, invertirá 30 millones de dólares australianos (18,9 millones de euros) en instalaciones del futuro Australian Underwater Discovery Centre (AUDC).

El nuevo edificio proporcionará más espacio y nuevas posibilidades, que van desde un restaurante a un parque submarino de esculturas pero, además, cuenta con un innovador proyecto arquitectónico que lo integra perfectamente con el entorno. Y es que entrar en el nuevo observatorio será como hacerlo en el interior de un gigantesco animal marino.

Una gran ballena de hormigón mirará hacia el horizonte desde el muelle. Imagen: Baca Architects.

Hay ballenas en la costa

Cuando se complete el edificio, previsto para 2022, una enorme ballena azul emergerá en la costa junto al histórico embarcadero de Busselton Jetty. Dos kilómetros mar adentro, el cuerpo de hormigón del cetáceo alojará el observatorio más grande del mundo de estas características y estará abierto tanto al público como a los científicos para el estudio de los hábitats de Geographe Bay.

Entrar en el nuevo observatorio de Busselton Jetty será como hacerlo en el interior de una enorme ballena azul

El estudio londinense Baca Architects está detrás del concepto, que los gerentes de Busselton Jetty -con ayuda de la comunidad local a través de sus votaciones-escogieron entre tres proyectos (los otros dos se inspiraban en Castle Rock, la icónica colina en el Parque Nacional de Porongurup, al oeste de Australia, y en un barco amarrado en el muelle).

Así, además de poder acoger a un mayor número de visitantes (se estima que 200.000 más al año, lo que elevará la cifra a 900.000) y ampliar la ventana submarina al fondo del océano, el nuevo edificio se constituirá en un icono arquitectónico. Forma y función, arquitectura e ingeniería se alían para “promover la educación, la conciencia y la observación del entorno marino del muelle y los alrededores de la bahía” explica el director de Baca Architects, Richard Coutts.

El obsevatorio contará también con galerías de arte y un restaurante submarino.

Un edificio para que florezca la vida

Mirando al horizonte, el acceso al nuevo observatorio se realizará en el nivel del muelle. A través de diferentes espacios, que invitarán al visitante a descubrir diferentes galerías con obras de arte y zonas de exposición para después descender a la planta inferior, ya por debajo del agua, donde se instalará el observatorio marino.

El observatorio, abierto al público y a la comunidad científica, se completará con un restaurante submarino y un parque de esculturas ubicado en el fondo del océano

A lo largo del fascinante paseo se podrá observar el exterior a través de ventanas con vistas tanto por encima como por debajo del mar, entre las que destaca una que ocupa todo el frente del edificio y que se ha bautizado como el ‘ojo del cetáceo’.

El AUDC se completará con un restaurante submarino para una experiencia gastronómica inolvidable, así como un parque de esculturas ubicado en el fondo del océano.

El edificio estará construido en su mayor parte en hormigón, escogido por su durabilidad y capacidad para resistir las condiciones que impone el entorno marino. Sus características también contribuirán a mantener estable la temperatura interior del edificio. La parte posterior del edificio se recubrirá con una variación porosa y bioreceptiva de este material para estimular el crecimiento de algas y fauna marina.

Un parque submarino de esculturas convivirá con la fauna marina en el exterior. Imagen: Baca Architecs.

La estructura se fabricará en un astillero cercano para después ser remolcada y sumergida en su destino final, algo parecido a lo que se hizo en la construcción de Under, el primer restaurante submarino de Europa, firmado por Snøhetta, en la localidad noruega de Båly.

“Es tan auténtico como parece”, señala el presidente de Bustleton Jetty, Barry House, confiado en que el proyecto mejorará sustancialmente la experiencia del histórico muelle, que cuenta con 155 años de vida. “Involucrar nuestra oferta marina actual es la mejor manera de crecer y cumplir con nuestros objetivos ambientales”, añade.

Respecto al observatorio que existe actualmente, será transformado en un centro de investigación marina para promover océanos limpios, investigaciones y educación sobre el cambio climático oceánico.

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