La música húngara estrena un nuevo (y maravilloso) hogar

Una cubierta flotante y perforada con 100 vanos por los que entrará luz y saldrán las copas de los árboles define este original museo que abrirá sus puertas en 2021

Casa de la Música Húngara portada

Ondulada y sin ángulos rectos, sutil y etérea -algo así como una representación arquitectónica de las ondas sonoras-, la cubierta de la nueva Casa de la Música Húngara parece flotar sobre el edificio translúcido que albergará un museo, salas de conciertos y un centro educativo en la capital de Hungría.

Hasta 100 vanos o pozos de luz permitirán la entrada de claridad y dejarán salir las copas de los árboles que crecerán en su interior, permitiendo así una mimetización perfecta con su entorno, uno de los grandes espacios verdes de Budapest que se extiende junto al lago Városliget.

Diseñada por el arquitecto japonés Sou Fujimoto, la Casa de la Música Húngara es el gran homenaje del país al campo de la música, quizás en el que más han destacado sus talentos nacionales, con nombres como los de los compositores e intérpretes Ferenc Liszt, Béla Bartók, Zoltán Kodály, György Ligeti y Zoltán Kocsis. Su vanguardista concepto, además, tiende un puente hacia el futuro del sector.

Liget Budapest

El museo, en el que lugar que ocuparon las antiguas oficinas del gran centro de convenciones húgaro Hungexpo, hoy desmanteladas, busca regenerar esta zona de la ciudad. Ecológico y de paredes translúcidas, sin duda crea una transición armónica entre los entornos naturales y artificiales.

El arquitecto japonés Sou Fujimoto ganó con su proyecto un concurso internacional entre más de 165 propuestas

Enmarcado en un ambicioso programa, Liget Budapest, que tiene por objetivo revitalizar los museos de la capital de Hungría, entre los que se incluyen el futuro complejo de Etnografía, el Foto Museo local y el Museo de la Arquitectura Húngara, lo que lo convierte en uno de los desarrollos culturales urbanos dedicará más grandes de Europa, 9.000 m2 a la música en un original concepto.

Como explica el arquitecto, en un museo moderno, el clásico espacio de exposición ya no es suficiente: se deben agregar funciones adicionales como salas de conferencias y espacios educativos.

Sou Fujimoto ganó el concurso internacional entre más de 160 propuestas.

El lugar para aprender y disfrutar de la música

Exposiciones, música en vivo y educación musical en un solo lugar. Esa es la propuesta de la Casa de la Música Hungara que, según su director, András Batta, “guiará a los visitantes por el mundo de la música”.

Así, se podrá asistir a exposiciones en el nivel subterráneo del edificio, incluida una muestra permanente sobre la historia de la música que empleará las más modernas tecnologías interactivas; asistir a una actuación en vivo en la planta baja, bien en el auditorio, las salas de concierto o en el escenario al aire libre, o formarse en las aulas de educación musical y la biblioteca digital del primer piso.

Cada uno de los niveles se reservará para un tipo de experiencias relacionadas con la música.

Un techo flotante

La cubierta es, sin duda, el elemento más característico del edificio. Un tejado sin un solo ángulo recto. Según el arquitecto, de hecho, “casi no hay dos elementos iguales”. Su superficie está perforada por cerca de 100 agujeros de diferentes formas y tamaños por los que emergerán las copas de los árboles del interior. También funcionarán para canalizar la luz hasta los niveles más bajos, ayudando a iluminar los interiores y crear un ambiente único.

Según el estudio de Fujimoto, la idea del techo flotante está inspirada en la “representación visual de la vibración del sonido, la onda sonora”. Además, el famoso edificio secesionista de la Academia Liszt en Budapest y, en sentido amplio, la tradición musical húngara estuvieron también entre sus fuentes de inspiración.

El edificio se mimetiza con el parque circundante.

Las paredes laterales, por su parte, se diseñaron en cristal para favorecer la impresión de apertura y transparencia, además de para recibir la luz exterior.

Otra de sus innovaciones se aloja en el subsuelo: se trata de una cúpula de sonido con forma hemisférica y en la que se crearán diversos ‘espacios sonoros’ con tecnologías únicas de audio y proyección. 

La espectacular apariencia del edificio, además, se combina con novedosas soluciones de ingeniería, según sus responsables. Por ejemplo, la fachada de cristal consta de 94 paneles con aislamiento térmico fabricados a medida y que alcanzan alturas de casi 12 metros en algunas partes del edificio.

Edificio verde

La conciencia ambiental fue otro de los aspectos clave en el diseño de la Casa de la Música, con especial énfasis en la energía renovable y el uso de sistemas de calefacción y refrigeración eficientes energéticamente.         

Los agujeros de la cubierta permiten hacer llegar luz natural a todos los niveles.

Así, por ejemplo, se instalaron 120 bombas de calor a 100 metros bajo tierra en una pequeña zona del City Park, llamada Nagyrét, junto al edificio para proporcionar energía geotérmica renovable.

Otra solución económica y extraordinariamente innovadora es el sistema que denominan ‘teleenfriamiento’. Tanto el edificio como su construcción fueron calificados como ejemplares desde una perspectiva ambiental por BREEAM, el primer certificado de construcción sostenible del mundo.

Sou Fujimoto fue escogido para desarrollar su proyecto en el marco de un concurso internacional al que se presentaron 168 propuestas. Con la construcción de la estructura prácticamente concluida, se espera que la Casa de la Música Húngara pueda ser inaugurada a finales de 2021.

a.
Ahora en portada