Kengo Kuma viste la Casa Batlló con una espectacular piel de aluminio

Una monumental cortina de cuentas de aluminio cubre nueva la escalera interior de la Casa Batlló atrapando en el edificio de Gaudí la luz del Mediterráneo

Foto: Casa Batlló.

Quien acceda hoy a la Casa Batlló, una de las obras con las que Gaudí elevó el modernismo a un nuevo nivel, encontrará varias sorpresas, entre ellas 2.000 m2 nunca antes abiertos al público y novedades que van de salas inmersivas a realidad aumentada y ‘cuadros mágicos’, mapping y una escultural piel metálica desplegada por el arquitecto japonés Kengo Kuma que recorre verticalmente las 8 plantas del edificio.

Elaborada con 164.000 metros de cadenas de aluminio que forman una suerte de gigantesca escultura, la cortina acompaña a la nueva escalera, diseñada por el estudio londinense Ancient & Modern Chesneys Architectural que vertebra el edificio y permite el acceso a las antiguas carboneras, ahora parte del recorrido.

Se trata, según el arquitecto nipón, de una obra que rinde homenaje a la elocuencia del uso de la luz en la Casa reinterpretando el magistral trabajo de Gaudí.

Foto: Casa Batlló.

Una escalera flotante de mármol

La propia escalera, que es la mayor intervención arquitectónica jamás realizada en Casa Batlló desde la restauración de Gaudí en 1904, es también significativa.

Se trata de una pieza flotante de 13 toneladas de mármol pulido -la mayor instalación de este tipo jamás realizada- de formas curvilíneas y esbeltas columnas de piedra, inspirada en la fachada y tejado del edificio y en la ambición de Gaudí de crear estructuras sin líneas rectas.

Más parecida a la columna vertebral de un majestuoso dragón que a una tradicional escalera, se inspira en la fachada y tejado del edificio y en la ambición de Gaudí de crear estructuras sin líneas rectas y combina los antiguos conocimientos de albañilería de piedra con la tecnología de vanguardia.

Cómo atrapar la luz en un espacio interior

Kengo Kuma, precisamente conocido por el uso de la luz y la materialidad para disolver los límites entre los espacios y su entorno en lugares como el V&A Dundee Museum, Hiroshige Ando Museum, China Accademy of Arts y el Estadio Olímpico Nacional de Japón, fue el encargado de envolver esta estructura, en colaboración con el iluminador italiano Mario Nanni.

La cortina viste una nueva escalera que recorre las ocho plantas. Foto: Casa Batlló.

La tarea se afrontó en relación a la escalera diseñada por Gaudí en el patio central original, “uno de los espacios más icónicos de la Casa” explica el arquitecto, “que representa un homenaje al Mediterráneo: a su luz, su sombra, y a los colores de su cielo y su mar”.

Por eso se buscó establecer un diálogo entre ambas. Así, si el patio central de Casa Batlló atrapa la luz del exterior y la reparte hasta el último rincón, sus colores azules, en una gradación de oscuros a claros, dosifica la luz en su recorrido vertical.

Alrededor de la nueva escalera, que forma parte destacada de la nueva experiencia expositiva denominada Experiencia 10D, “queríamos hablar del uso genial de la luz de forma abstracta”, como como concepto articulador total, sin distracciones ni nostalgia, y libre de los colores de la Casa, sus materiales y su dimensión histórica.


Por eso se empleó el aluminio, cuya meticulosa materialidad atrapa la luz, declinándola en todas sus formas, brillos, siluetas y sombras. La cortina se forma a partir de cadenas de eslabones individuales suspendidas de los techos y superficies por debajo de las escaleras.

Como Gaudí, utiliza un único color, el gris del aluminio, y también como Gaudí coloca los tonos más oscuros arriba que van oscureciéndose a medida que descienden hasta llegar al negro que viste el espacio de las antiguas carboneras, en los sótanos.

Foto: Casa Batlló.

La simbiosis entre arquitectura e iluminación

Con esa gradación de luz, que replica al uso del color en el patio, “se hila una historia sin palabras que nos acompaña en todo el recorrido”, detalla el arquitecto. “Partimos del tejado para acabar en los sótanos, del cielo a la tierra, de la luz a la sombra… y todo esto explicado solo con luz como si de una gramática propia de la Casa se tratase”.

En el proyecto juega un papel destacado la iluminación, que corre a cargo del italiano Mario Nanni, y que complementa el aspecto arquitectónico con el objetivo de crear una experiencia de brillos, sombras, transparencias, siluetas, formas y matices que invite a reflexionar sobre la importancia de la luz en la Casa.

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