Hotel Kimpton Vividora, urbanismo responsable en Barcelona

Todo lo que no esperas de un hotel realzado por un interiorismo que bebe del estilo y el espíritu de la ciudad de Gaudí

Kimpton Vividora en el Barrio Gótico

Fachada Kimpton Vividora. Foto: One Represent Agency.

Es casi un milagro que, tras la llegada del turismo de masas de la última década y la estampida de viajeros de 2020, Barcelona mantenga un comprometido idilio con la arquitectura de calidad. El carisma de la ciudad de Gaudí estalla y se derrama sobre cualquiera de sus edificaciones, sin importar categorías, dimensiones o estilos. Así lo corroboran algunos de sus discípulos como es el caso de los socios de El Equipo Creativo.

Para los que conocen los devaneos del sector, la trayectoria del estudio de arquitectos fundado por Oliver Franz Schmidt, Lucas Echeveste Lacy y Natali Canas del Pozo es intachable. El paradigma de una labor creativa –nunca mejor dicho– integradora y profundamente comprometida con el entorno social. Lo atestiguan diez años cuajados de gestas arquitectónicas y un total de 100 proyectos (50 ya concluidos que incluyen restaurantes, hoteles, bares) y 40 premios internacionales, entre ellos ‘el estudio del año’ otorgado por el jurado de los WIN (World Interiors News) Awards.

Lo responsable no quita lo valiente

Desde su oficina del distrito de Poblenou, el estudio ha proyectado buena parte de sus desafíos a lo alto y ancho de la Ciudad Condal. “Nuestros diseños huyen de las modas. El proyecto ha de hablar del cliente, no del estudio, ni de sus arquitectos. Es como un traje hecho a medida”, apunta Natali Canas del Pozo a Tendencias.

De izquierda a derecha Lucas Echeveste Lacy, Oliver Franz Schmidt y Natali Canas del Pozo. Foto: El Equipo Creativo.

Con esa filosofía creativa han comisariado restaurantes como Pakta, con sus envolventes telares, la ‘ola’ cerámica de Blue Wave y el estilo más irreverente y surrealista del Tickets, todos en Barcelona. Un rasgo destacado de su trabajo se centra en el tratamiento de los techos, como si fueran una pared más o la propia fachada. Se ve bien en el reflectante del restaurante One Ocean y en el de Ikibana. También característicos es el tratamiento del color y sus contrastes, como el blanco mediterráneo que ‘baña’ el salón del restaurante Disfrutar, el azul mar de Tunateca Balfego y el terracota en contraste con los azules cerámica del nuevo Café Got, en el Kimpton Vividora Hotel.

Vividora nace y se hace

Cuando El Equipo Creativo asumió el desafío de erigir un hotel en uno de los distritos más deseados por los hoy casi extintos turistas de Barcelona, sus arquitectos urdieron el nuevo reto sobre plano con el entusiasmo de esa ‘vividora’ a la que homenajea el primer hotel de la cadena de lujo Kimpton Hotels en España.

Todo cuanto se ve desde que pones el primer pie en Vividora es de una sensatez arquitectónica acorde a la ciudad que la acoge y exenta de artificios. El hotel conmemora el diseño, el estilo y la personalidad de la ciudad: desde las mascarillas color terracota, a juego con los ligeros albornoces de algodón, a los suelos hidráulicos, las cerámicas azuladas y hasta los vinilos que señalan la distancia de seguridad reproducen la inmortal flor de los panots de las aceras de Barcelona.

“En Vividora se hizo una clara apuesta por firmas de Barcelona con trayectoria internacional con el fin de apoyar la economía y con el propósito de reducir al máximo las emisiones generadas por transportes de larga distancia”, reconoce la arquitecta.

Cafe Got. Foto: Adria Goula.

Kimpton es el resultado urbanístico del diseño interior de El Equipo Creativo, de una profunda reforma arquitectónica dirigida por GCA Arquitectos, el diseño de iluminación de Artec3 y el diseño gráfico e identidad corporativa comisariados por la agencia Mucho. En la inmensa lista de colaboradores y proveedores, aparecen los azulejos y cerámicas de Fabrica de Rajoles, de Tous, Cevica, Equipe o Peronda, muchas diseñadas en exclusiva para el hotel.

Boom de los hoteles boutique

En los últimos años, las cadenas hoteleras de lujo han puesto el foco en los distritos históricos de la ciudad. Ya lo hicieron Barcelona Edition o el Soho House, que operan desde hace menos de un lustro en el vecino Borne, y no en plazas habituales como Diagonal o Paseo de Gràcia. 

Desde febrero, hace lo propio la cadena norteamericana Kimpton con un sobrenombre, en castellano y en femenino, difícilmente cuestionable en este momento de la historia. En palabras de Mike Robinson, director del nuevo hotel del Gótico, “Kimpton Hotels siempre busca conexión con el lugar donde se sitúan. Vividora es una persona que celebra la pasión por viajar y reivindica el vivir al día de la mejor manera posible. El nombre es también un guiño a Bill Kimpton, fundador de la cadena hotelera que, en 1981, quiso trasladar la atmósfera chic de los hoteles boutique de la Europa de los 70 a América”.

“Aquí puedes desayunar, trabajar en una ‘oficina de diseño’, practicar fitness, darte un baño en la piscina, cenar con puesta de sol y tomar un cóctel antes de abandonarte a una de las suites. Y sin moverte de edificio”

Mike Robinson, director del Kimpton Vividora

Para ello, el equipo impuso la premisa de la autenticidad. Cada hotel Kimpton debía ser distinto e irrepetible, profundamente ligado a la esencia del destino. Robinson subraya, sonriendo por debajo de la mascarilla: “Queremos ser reconocidos por un ‘servicio sin guante blanco’. Eso significa excelencia, pero desde la cercanía”.

Guiños a la cultura urbana barcelonesa en la recepción. Foto: One Represent Agency.

Y continúa: “Aquí hemos intentado trasladar el alma de las calles de Barcelona y la actitud de sus habitantes. Además de toda la factura arquitectónica, Barcelona está en el modelo de las bicicletas de tokiobike y los longboards de diseño para alquilar, en ciclistas urbanos y patinadores, en el café de Nomad Coffee y en las cañas artesanales de Garage Beer, así como en la carta de vinos naturales de Catalunya”, resume el director de Kimpton Vividora.

Yulia Orlova, directora de Marketing y Ventas, añade que “siendo un hotel de grandes dimensiones, con 156 habitaciones y 10 suites, tienes la sensación de estar en un lugar acogedor y silencioso”. Desde su apertura, en un febrero que no parecía presagiar las consecuencias de una pandemia ya en ciernes, el equipo ha demostrado estar a la altura de las excepcionales circunstancias. Desde la devolución de las reservas o las buenas prácticas a la hora de acometer una milagrosa reapertura (en agosto) hasta dos iniciativas que han sembrado la confianza y alegría entre el vecindario: la disponibilidad de todas las zonas comunes del hotel como espacio coworking, con tarifas especiales y asequibles y, por otro lado, la apertura de la piscina de la azotea, en la Terraza de Vivi, para todos sus públicos: viajeros, vecinos y, claro, huéspedes.

Hotel internacional, diseño local

“El Gótico está plagado de callejuelas que conducen a plazas y patios de antiguos edificios residenciales. La piedra, la vegetación, el agua, los arcos o los azulejos con patrones geométricos son los ingredientes esenciales de estos oasis dentro la ciudad. Decidimos incluir estos elementos en el Café Got con un toque contemporáneo”, explican desde El Equipo Creativo.

El Café Got –guiño al barrio (Got-ico) y al idioma local, got significa vaso – se encuentra en la planta baja, es la sala de estar visible desde la calle –y no el vestíbulo, como sucede con la mayoría de los hoteles–.  A través de sus amplias cristaleras, luce una discreta selección de piezas de Sancal, De Padova y Gubi, así como alfombras de Nani Marquina, producidas ex profeso. El café es lo primero que se encuentra el huésped nada más entrar al hotel, por eso “la iluminación era primordial y para ello encargamos a Galotti & Radice una exuberante cascada de lámparas de vidrio. Para compensar, sobre la barra instalamos unas discretas lámparas de Vibia”.

Fauna Restaurant. Foto: One Represent Agency.

En el segundo piso, el restaurante Fauna supuso todo un reto. “Decidimos convertir el desafío de ubicar un restaurante en una segunda planta en una oportunidad”, relata Canas del Pozo. “Ir a este restaurante debería ser como ir a cenar a la casa de un amigo”. Una de las zonas más apreciadas de las casas de Barcelona son sus galerías: espacios acogedores llenos de plantas entre el interior y el exterior, que aquí se demarcan con elementos divisorios acristalados y de madera. En ellas se inspira este espacio, con un pavimento de piezas cerámicas que destila intensidad de color y patrones cambiantes, como referencia a uno de los elementos más característicos de la casa tradicional de Barcelona.

“Los hoteles se han convertido en los lugares más seguros de las ciudades”

Yulia Orlova, directora de Marketing de Kimpton Vividora

Como parte de la misma estrategia, los techos están pintados a mano con gráficos aportando un toque artesanal al espacio. Para recrear la casa echaron mano de sillas de Expormim, Sancal y Knoll, y las mesas fueron diseñadas a medida con acabados en diferentes piedras naturales locales.

Y ya en la azotea, la Terraza de Vivi, el tercer espacio gastronómico, fue diseñado a la manera de los chiringuitos mediterráneos. “Para ello, utilizamos muebles de exterior de Lobster’s Day, Expormim y Kettal y lámparas de Marset”, concluye Natali.

Suites con detalles precovid. Foto: One Represent Agency.

Habitaciones para después de una pandemia

Yulia Ordova nos abre las puertas de una de las suites con tres ángulos distintos de la ciudad. En la misma estancia, puedes despertar mirando al sur, darte un baño mirando al norte y leer con vistas al este. Además, cada habitación cuenta con un guiño al espíritu local, en este caso, un pequeño skate decorativo en la pared de la habitación –de una colección que suma 15 modelos–.

En su compromiso con el medio ambiente, sus amenities, elaboradas en exclusiva para Kimpton, reducen al mínimo el empleo de envases y envoltorios plastificados.

Orlova cuenta que “en este momento, mantenemos dos tipos de habitación: pre y post pandemia. De tener revistas, libros, cojines y complementos textiles en abundancia hemos pasado a una intencionada sobriedad”. Hay menos decoración a la vista y desaparecen todos los elementos mencionados. Pero cuentan con un servicio llamado Forgot it, you’ve got it: sonunos 30 items que habitualmente olvidamos y que resultan, en ocasiones, imprescindibles. Desde una plancha de pelo, adaptadores de enchufe y hasta corbatas.

Para la arquitecta de El Equipo Creativo, las habitaciones supusieron uno de sus mayores retos a la hora de trasladar el espíritu de la ciudad a una estancia privada: “En las habitaciones, queríamos reflejar el estilo de vida barcelonés, a medio camino entre la sofisticación y el ambiente bohemio. En esta línea, nos encantaron las sillas de Sancal, Lolbster’s Day y Missana para mobiliario de las suites, Nani Marquina para las alfombras y las lámparas de Foscarini y Vibia”.

Suites con vistas al Barrio Gótico. Foto: One Represent Agency.

Con respecto a los colores, añade, “Barcelona es terracota en su arquitectura y azul mediterráneo. Introdujimos estos dos bloques de color como si se tratara de una composición abstracta: el cabecero de cuero cálido, con cojines y decoración de cama de Mikmax en contraposición a divisores de cerámica artesanales más fríos y azulados en la zona del baño con acabados de Dekton”. Y culmina con un guiño: “Nosotros siempre decimos: el diseño es el alma del proyecto. Cada línea, como cada recuerdo, importa”.

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