El horrible fin de semana de Airbnb en EEUU

La tecnológica trata de recuperarse del duro golpe recibido en Nueva York, que acaba de aprobar una de las legislaciones más duras contra la compañía

Los problemas para Airbnb crecen casi al mismo tiempo que lo hace su expansión por medio planeta. La compañía de alojamiento compartido ha vivido este fin de semana su particular resaca, después de que el viernes el estado de Nueva York aprobase una de las legislaciones más duras contra la tecnológica estadounidense. Además del contenido de la norma es de especial relevancia el marco en el que se da: el área metropolitana neoyorquina es el principal mercado de Airbnb en EEUU.

La nueve legislación dictada por el gobernador Andrew Cuomo trata de hacer cumplir una norma previa, aprobada en 2010, que impide el alquiler de apartamentos por un tiempo inferior a 30 días cuando el propietario no se encuentra en la vivienda. Lo grave para Airbnb (además de para otros portales como HomeAway o FlipKey) es que desde este fin de semana su incumplimiento acarreará multas monetarias severas.

Las sanciones van desde los 1.000 dólares para la primera violación de este tipo, 5.000 en la segunda y hasta 7.500 dólares cuando el propietario incumpla la ley por una tercera vez.

Así, la actual legislación de uno de los grandes estados por población de la conferencia este de EEUU limita la actividad de este tipo de compañías al alquiler de habitaciones u otros espacios de la vivienda, siempre que el inquilino real se encuentre también en ella, pero no al arrendamiento por días de la vivienda completa, uno de los nichos más lucrativos para estas empresas. 

El 72% de los anuncios de Airbnb en Nueva York podrían considerarse ilegales, según un informe de la fiscalía

Airbnb tardó apenas unas horas en reaccionar al órdago del demócrata Cuomo. La multinacional anunció que acudirá a la justicia para recurrir la nueva ley, tal y como ha hecho en otras ciudades con legislaciones restrictivas, como San Francisco –curiosamente, lugar de nacimiento y sede principal de la compañía. 

En base a la anterior normativa en el estado y según los datos de la propia Airbnb, aproximadamente un 54% de los anuncios etiquetados en Nueva York podrían ser considerados ‘ilegales’ con la aplicación estricta de la ley. Un informe de 2014 del fiscal regional elevaba esta cantidad al 72%, informa Skift

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